𝗦𝗼 𝗛𝗶𝗴𝗵 𝗦𝗰𝗵𝗼𝗼𝗹 | 𝑀𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟𝑖𝑡𝑎

✧── 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒊𝒄𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 ──✧

La calma por fin había llegado después de un día caótico. Habían encendido una fogata improvisada que daba una calidez necesaria en medio de la nada. Olivia estaba sentada junto a Zeki, quienes hablaban en voz baja sobre el enigmático desconocido que parecía conocer más de lo que ella misma imaginaba.

—Al parecer tu amigo secreto tenía razón —dijo Zeki mientras se acomodaba a su lado, tirando un tronco al fuego.

—Eso parece... Debería haberlo escuchado antes.

—¿Creés que está preocupado por vos? —preguntó Zeki, con un tono más curioso que preocupado.

—No lo sé, quizás sí... Tal vez está pensando en cómo sacarme de acá —bromeó Olivia, aunque su sonrisa no era del todo genuina.

—¿Es en serio o lo decís en chiste?

—Zeki, apenas nos conocemos. ¿De verdad pensás que alguien se preocuparía por una desconocida?

—Alguien enamorado, sí lo haría.

Olivia lo miró, incómoda pero sin saber qué responder. Antes de que pudiera decir algo, los demás comenzaron a acercarse, rompiendo la conversación. Pipe, guitarra en mano, propuso cantar para "festejar" haber sobrevivido el primer día. Entre canciones desafinadas y risas nerviosas, la noche avanzó y finalmente cada uno fue acomodándose para dormir.

Olivia compartía refugio con Daisy, pero evitaba cualquier tema relacionado con lo que estaba pasando entre ella y Merlin. Se acostó de lado, observando el techo improvisado de hojas mientras Daisy se acomodaba en su lugar.

—¿Escucharon eso? —gritó Sasha de repente, sobresaltando a todos.

—¿Qué cosa? —respondió Merlin.

—¡Era un lobo! No, un oso... ¡o el diablo!

—Dudo que el diablo tenga interés en un grupo de adolescentes —dijo Olivia con sarcasmo, cubriéndose la cara con el brazo.

—Sasha, acá no hay ni lobos ni osos, y mucho menos diablos. Fue el viento —respondió Merlin con tranquilidad.

—¿Puedo dormir con vos? —preguntó Sasha.

—¿Qué? —Merlin lo miró incrédulo.

—Por favor, ¿puedo dormir con vos? —volvió a preguntar.

Mientras Sasha intentaba negociar, Daisy giró hacia Olivia con una leve sonrisa.

—¿Estás bien con todo esto? —preguntó Olivia en voz baja.

—Eso creo... No sé, Liv. Es complicado.

—El amor siempre es complicado —respondió Olivia, aunque no estaba segura si hablaba de Daisy o de sí misma.

—Definitivamente, amiga. Descansá.

—Vos también.

Al día siguiente, Única armó un escándalo porque alguien se había comido su comida. Margarita salió en busca de frutas para calmarla, aunque terminó siendo blanco de uno de sus habituales dramas. Lo que comenzó como una queja se convirtió en una pelea general entre todos. Olivia, harta, decidió alejarse y siguió a Sasha y Romeo, que caminaban hacia el otro extremo de la isla.