𝗔𝗺𝗼𝗿 𝗗𝗲 𝗖𝗶𝗻𝗲 | 𝑀𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟𝑖𝑡𝑎

✧── 𝑪𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒐𝒔 𝒚 𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒐𝒔 ──✧

Al día siguiente, Olivia llegó a la casa de Delfina con su maleta y otras cosas, acompañada de su madre.

—Mirá vos, Melinda Torrenegro y su hija… —dijo Malala con una sonrisa algo fingida.

—Olivia, —respondió Olivia diciendo su nombre.

—Sí, claro, Olivia —dijo Malala, alzando las cejas.

—Hola, Malala. ¿Cómo estás? —preguntó Melinda.

—Bien, bien, todo en orden —respondió ella, mirándolas de arriba a abajo.

—¿Delfina está por acá?

—Acá estoy, —respondió Delfina bajando las escaleras con elegancia—. Melinda, ¿necesitás algo? ¿Teníamos alguna reunión?

—No, Delfina, pero quería charlar un momento. Nosotros nos vamos de viaje y quería saber si podés cuidar a Olivia mientras tanto. Ya sé que somos vecinos, pero, recordando lo que pasó el año pasado, creo que necesita estar vigilada. Y considerando que ella participa en tu concurso...

—Entiendo, Melinda, —respondió Delfina con una sonrisa tranquilizadora—. Por supuesto que Olivia puede quedarse. De hecho, tanto ella como Marcela pueden venir a quedarse siempre que lo necesiten.

—Gracias, Delfina.

—Alguien que ayude con las maletas, por favor —ordenó Delfina, y uno de sus guardias se acercó a ayudar a Olivia—. ¡Y vos, Malala, andate! —agregó con firmeza.

—Ya me voy, pero acordate de mis palabras, Delfinita: vas a caer —dijo Malala, saliendo con aire de superioridad.

—¿Qué quiso decir? —preguntó Olivia, un poco confundida.

—Nada, mi amor, que tiene ganas de hacer drama nomás. Ahora andá a buscar a Daisy, está en su cuarto —le dijo Delfina mientras acariciaba su cabello.

—Claro, hasta luego, mamá.

—Comportate bien, Olivia, no quiero escuchar ni una sola queja —advirtió Melinda con tono serio antes de despedirse.

Olivia subió las escaleras, pero no fue directo a ver a Daisy; en su lugar, se dirigió a la habitación que Delfina le había asignado en visitas anteriores. Era un espacio suyo dentro de la casa, y eso le daba algo de paz.

—¡Olivia! ¿Cómo es eso de que te vas a quedar acá? —preguntó Daisy, entrando con emoción.

—Sí, ¡imaginate! Mi familia se va de viaje y parece que por un buen rato. Creo que este es el momento perfecto para hacer lo que venía planeando.

—¿Ya hablaste con tu tío?

—Aún no, eso iba a hacer ahora.

—Bien, te dejo. Y no te preocupes, sabés que yo no voy a decir nada —Daisy le guiñó un ojo y se retiró.