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*Romance*

Hoy era el día. El día de mi boda. A partir de hoy sería la mujer de Hugo Pérez. El amor de mi vida, el hombre con el que quería despertar todos los días de mi vida y ser feliz junto a él. Estaba a las puertas de la iglesia esperando la señal para hacer mi entrada junto a mi padre. Mi vestido blanco de encaje, ceñido a mi figura, mi velo a juego con el vestido y mis zapatos blancos. Blanco, ese iba a ser mi color favorito. Escucho que una mujer con un micro me llama y me dice:
-¿Lista?
-Sí.-le respondo con una sonrisa.
Miro a mi padre y me da un pequeño apretón. Dos hombres que están a los lados de la puerta la abren y nos dan paso. Camino con mi padre al compás de la música. Miro a los invitados que me sonríen y después miro hacia el altar. Allí están todas mis amigas, mis primas y mi futuro marido. El smokin que lleva puesto se ciñe a su cuerpo y me mira con una gran sonrisa. Gesticula un "Te quiero" y me coge de la mano cuando estoy en frente suyo. Le da un apretón de manos a mi padre y un fuerte abrazo. Mi padre nos sonríe antes de alejarse para poder dar comienzo a la ceremonia.
-Hoy nos reunimos aquí, para unir a Marta Rodríguez y Hugo Pérez.
La ceremonia continúa y cuando menos me lo espero, llega el momento de dar el sí.
-Marta Rodríguez, ¿aceptas a Hugo Pérez en la pobreza y la riqueza, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
Todos los invitados me miran con curiosidad esperando mi respuesta. Hugo me mira sonriendo nerviosamente.
-Sí quiero.-respondo
-Hugo Pérez, ¿aceptas a Marta Rodríguez en la pobreza y en la riqueza, en lo bueno y en lo malo, en salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?
-Sí, acepto.-responde él
-Puedes besar a la novia.
Me coge de la cara delicadamente y deposita un beso en mis labios. Aplausos inundan la iglesia y cuando nos separamos para ver a todos nuestros familiares, vemos a algunos sonriendo y otros llorando.
Mi marido me coge de la mano, me levanta para salir de la iglesia y me susurra al oído:
-Prepárate para no dormir en toda la noche porque desde que has entrado por la puerta no ha habido momento en el que no quisiese arrancarte ese vestido y hacerte mía.

-Estás loco.-le respondo sonriendo
-Por ti.-dice mientras me deposita un beso en la frente y comienza a caminar conmigo en sus brazos hasta salir por la puerta y dirigirnos hacia el coche.
Antes de entrar a este, lanzo el ramo hacia atrás y escucho como mis damas de honor se pelean por él.
Sonrío y entro al coche en el que me espera Hugo para ir al hotel en el que reservamos una habitación y en donde será la fiesta de la noche.

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