the fate of omega (En Emisión)

12

El aire seguía tenso en la oficina. Los omegas, incapaces de resistir el llamado de las feromonas, comenzaron a retroceder lentamente, aunque no con gusto. El alfa estaba claramente alterado, y la feroz mirada que lanzó a cada uno de ellos era suficiente para hacer que se apartaran. Namjoon, Yoongi y los demás no podían hacer más que esperar, preocupados, pero sabían que era mejor dejar que Taehyung tomara el control de la situación.

Taehyung, aunque nervioso, se adelantó unos pasos hacia la puerta y, sin mirar a nadie en particular, habló con firmeza.

– Todos salgan. – dijo con una calma que sorprendió a los presentes. – Yo me encargaré de él. Salgan, por favor.

Las palabras de Taehyung hicieron que los demás vacilaran por un momento. Nadie había visto al omega hablar con tanto poder antes. Pero, al ver la determinación en sus ojos, todos asintieron sin protestar y salieron de la oficina, cerrando la puerta tras de sí.

Una vez que la puerta se cerró, el silencio llenó la habitación. El alfa se acercó rápidamente a Taehyung, su mirada era salvaje, casi peligrosa, y su respiración se había hecho más pesada.

– No te acerques más... – murmuró Taehyung, tratando de controlar su propio corazón que latía con fuerza.

Pero el alfa no lo escuchó. De alguna forma, él no parecía dispuesto a escuchar nada en ese momento, demasiado ensimismado en sus propios deseos. Taehyung sintió la presión de estar tan cerca de él, las feromonas que lo rodeaban lo hacían sentirse un poco mareado, y el instinto del alfa era lo único que podía captar en ese instante.

– Taehyung... – dijo el alfa, su voz grave, cargada de un deseo casi primitivo. – Ayúdame...

Taehyung sintió un nudo en el estómago, sin saber si estaba haciendo lo correcto. No podía dejar que las cosas se descontrolaran, no podía permitir que el alfa lo arrastrara a su espiral de caos sin pensar. Pero no podía negar que el aura del alfa le resultaba innegablemente poderosa y atractiva.

– No aquí... – dijo Taehyung, tragando con dificultad mientras se apartaba un paso.

Pero el alfa no lo dejó. Con un movimiento rápido, lo acercó de nuevo a él, apretando su muñeca con fuerza, casi como si no pudiera controlar lo que estaba sucediendo.

Sin previo aviso, el alfa se hundió en el cuello de Taehyung, inhalando su aroma como si fuera lo único que pudiera calmarlo. La calidez de su aliento en la piel de Taehyung provocó un escalofrío que recorrió su columna. El omega trató de mantenerse firme, pero la cercanía de él lo estaba debilitando poco a poco. El contacto de los cuerpos, tan cercanos ahora, hizo que Taehyung sintiera el gran bulto del alfa presionando contra él, una evidencia palpable de lo que sentía en ese momento.

– No... – susurró Taehyung, incapaz de apartarse del abrazo del alfa, su cuerpo temblando ante la presión.

El alfa levantó la cabeza para mirarlo, sus ojos ardiendo con un deseo casi incontrolable. En su rostro había una mezcla de frustración y necesidad, y cuando sus miradas se encontraron, Taehyung pudo ver cuánto lo necesitaba, cómo lo reclamaba, como si todo lo demás en el mundo no tuviera sentido.

– No me importa donde sea, solo quiero... – sus palabras fueron interrumpidas por un gruñido bajo y gutural, cargado de frustración.

Taehyung estaba perdiendo el control. Nunca había estado tan cerca de alguien tan... intenso, tan arrollador. Y aunque no quería, no podía evitar sentirse atraído por la necesidad palpable del alfa.

– Taehyung... – susurró el alfa, mirando los ojos del omega. – Calma, por favor...

Pero sus palabras parecían perderse en el aire. En ese momento, Taehyung se dio cuenta de que las cosas se estaban tornando peligrosas, no solo para él, sino para el alfa también. El uso de supresores, aunque comunes entre los alfas, no eliminaba por completo el deseo de un alfa en celo, y mucho menos las feromonas que seguían invadiendo el espacio.