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El grupo llegó finalmente al hotel que Jungkook había dispuesto para descansar después de la exitosa misión. Era un lugar discreto, propiedad del alfa, usado frecuentemente por su equipo en situaciones como esa. Hyuna no tardó en acercarse a Jungkook, preocupada al notar la sangre en su brazo.

—Jungkook, déjame ver esa herida —dijo, extendiendo la mano hacia él.

El alfa dio un paso atrás con una expresión fría.

—No necesito ayuda, Hyuna. Estoy bien. No me toques.

Hyuna se quedó helada, reprimiendo una mueca de disgusto. Namjoon, que observaba desde un lado, suspiró y la llamó para que lo ayudara a revisar el equipo, dejando al alfa solo con su terquedad.

Unos minutos después, Taehyung, que había cambiado su camisa ensangrentada, apareció con un botiquín en las manos. Caminó directamente hacia Jungkook y lo observó con calma.

—Déjame atenderte —dijo sin titubear.

Jungkook frunció el ceño.

—No es necesario. Estoy bien.

Taehyung rodó los ojos, dejando el botiquín sobre una mesa cercana.

—Deja de comportarte como un niño. Esa herida necesita ser tratada, y no voy a discutir contigo.

El tono firme y despreocupado del omega lo dejó sin palabras. Sin esperar una respuesta, Taehyung se sentó a su lado y comenzó a limpiar la herida con movimientos cuidadosos. Jungkook, sorprendido por su actitud autoritaria, se quedó quieto, observándolo en silencio.

Mientras el omega trabajaba, una sensación extraña comenzó a recorrer el cuerpo de Jungkook. Era como si el tacto de Taehyung, aunque firme, transmitiera una calma inusual. Un leve calor recorrió su brazo, aliviando el dolor. Sin saberlo, el poder de curación del omega empezaba a manifestarse de manera sutil.

—¿Siempre eres tan mandón? —preguntó Jungkook con un tono burlón, intentando disimular su incomodidad.

—Solo cuando la gente actúa como tú —respondió Taehyung sin levantar la vista.

El alfa sonrió ligeramente, intrigado.

—¿Siempre ayudas a personas que apenas conoces?

—Depende —dijo Taehyung mientras comenzaba a vendar su brazo—. Pero suelo ayudar cuando veo que alguien lo necesita, aunque sea alguien terco como tú.

Jungkook soltó una leve risa, algo raro en él. Era la primera vez en mucho tiempo que alguien le hablaba con tanta honestidad, sin temor alguno.

—¿Siempre has sido así de directo? —preguntó, fijando sus ojos en el rostro concentrado del omega.

Taehyung finalmente levantó la vista y lo miró fijamente.

—¿Siempre haces tantas preguntas?

El alfa alzó una ceja, divertido.

—Tal vez.

El ambiente entre ellos se llenó de una tensión suave, casi imperceptible para cualquiera que no estuviera cerca. Jungkook estaba intrigado, y aunque no quería admitirlo, había algo en Taehyung que no podía ignorar. Por su parte, Taehyung terminó el vendaje y se levantó, recogiendo el botiquín.

—Listo. Intenta no mover demasiado el brazo si no quieres que esto empeore.

—Gracias —murmuró Jungkook, sorprendiendo incluso a sí mismo.

Taehyung asintió con la cabeza y se alejó, dejando al alfa solo con sus pensamientos. Jungkook observó su figura mientras desaparecía por el pasillo, con la ligera sensación de que aquel omega era mucho más de lo que aparentaba.

the fate of omega  (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora