Hijo de un Mafioso~ MinLix

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Minho ha sentido muchos sentimientos y emociones a sus cortes 26 años de vida, desde lo que es el amor, felicidad, decepción, tristeza, etc. Sin embargo, ahora teniendo a su hijo sano y salvo en su habitación, el alivio era palpable en todo su ser. Desde el momento en que entro a esa pequeña casa en un barrio de mala suerte y fue recibido por esa gran sonrisa que conocía tan bien, toda esa preocupación descendió de forma tan abrupta que hasta le costó volver a respirar con normalidad.

Sus ojos nunca se desviaron de su pequeño mientras corría hacia con el como si fuera un imán y cuando estuvo en sus brazos, aferrándose a él con fuerza el aire paso por sus pulmones. Lo apretó en su pecho con la misma intensidad recibida y sin importar nada le dio un pequeño beso en su frente, agradeciendo que al fin este de nuevo con él. Donde debe estar, donde siempre debe estar.

Cuando se separó sus ojos observaron cómo estaba vestido con un pequeño short y polera bastante desgastado, ropa que él no debería de vestir. Su hijo, Lee Jeongin era un rey y debe ser tratado como uno. Además, que las prendas dejaban a la vista las heridas que estaban tratadas. La furia y la sed de venganza corrió por sus venas, las ganas de tener frente a esos hijos de puta que se atrevieron a dañar a su hijo y matarlos de la forma más lenta y dolorosa posible, con tal de que en esos últimos momentos de su miserable vida estén pidiendo piedad y perdón, que estén en el piso ahogándose con su propia sangre, que tengan cortes profundos y heridas en los lugares donde más sufren y el con su poder los dejaría así, que agonicen ese lugar o que algún animal los coma, porque ellos no tuvieron piedad con su hijo y el menos la tendría con ellos.

Pagarían

Dejo de pensar cuando sus ojos se desviaron hacia el hombre de pelo naranja que estaba en medio de la pequeña sala como animal en el matadero, paralizado del miedo y sus ojos se movía por todo el lugar en busca de una salida. Cosa que no encontraría. No duro mucho su atención a mirarlo y decidió irse, ya tenía a su pequeño y sus hombres se encargarían de llevarlo al sótano donde lo interrogaría y después lo matarían.

Sin embargo, nunca espero que su hijo interviniera ni menos que lo protegiera con tanta firmeza, exigiéndolo a un hombre más fuerte que el que no le hiciera daño y sorprendiéndolo aún más cuando este pidió que lo tomara en brazos. Nadie tenía permitido tocarlo, él fue quien impuso era regla y Jeongin tampoco se dejaba con tanta facilidad desde que su papi Hannie falleció. Pero... cuando estuvo en los brazos de ese hombre se aferraba con tanta fuerza y sus orbes brillosos con prontas lagrimas, supo que algo más paso.

Estrecho sus ojos mirando ahora un poco mejor a ese hombre, diviso su delgado cuerpo sin ningún tipo de musculo a simple vista, tapado con un jean desgastado que hasta el color azul estaba indescriptible y una polera en el mismo estado. Su piel pálida y el inconfundible cabello naranjo.

Alguien ordinario.

Se acerco con firmeza escuchando la pequeña conversación entre ellos, dejándolo mucho más sorprendido. Era tanta la determinación de su hijo a protegerlo, que hasta cuando este hombre le pidió ir con el lo negó, diciendo que se iría con él. Era la primera vez desde que su otra padre se fue que Jeongin actuaba de esta manera, solo lo hacia con su otra padre. Frunció su ceño con completa confusión y al estar más cerca vio mejor los rasgos faciales del hombre anaranjado. Unas cejas delgadas y anaranjadas, una nariz pequeña, delicada y delgada, junto a unos labios regordetes y de un natural color rosado pálido con la forma de corazón tan marcada. Un rostro completamente armonioso, casi de muñeco de porcelana.

Cuando pidió hablar con el y estuvieron en esa pequeña habitación, supo que no mentía en todo lo que decía, más aun leyendo su expediente que pidió apenas supo de su existencia. No había nada interesante a simple vista en las primeras hojas, solo un simple adulto tratando de vivir con lo poco que ganaba en ese restaurant de dudosa procedencia, además de las deudas y el tramite para quedarse en Corea por más tiempo. Ahí supo que era de Australia, cuando leyó el motivo del viaje como simples vacaciones supo que había algo más. Si fueran vacaciones estaría en un hotel turístico o paseando por los lugares más famoso de Gimpo, no en un barrio de mala suerte con constante asesinatos, narcotráficos y prostitución.