Era de noche cuando la puerta de la gran mansión fue abierta con bastante lentitud y pereza, pasando por esta primero unos cuatros hombres y después el dueño de casa que con cansancio camino dentro de su hogar mientras se sacaba el saco de su traje para dejarlo en el perchero. Fue un día bastante ajetreado y lleno de asuntos que le daban un dolor de cabeza terrible, su cabeza literal estaba a punto de explotar. Sin embargo, dejo en segundo plano su dolor para fijarse en el ambiente que había en la mansión.
Frunció su ceño en completa confusión al sentir todo tan tranquilo y en completo silencio, algo que no era muy usual en su hogar, ya que siempre era recibido por un pequeño ser de manera bastante alegre y emocionada. Además, de escuchar bastante ruido de sus empleados.
Miro a sus hombres con firmeza y estos entendieron lo que significaban esa mirada de forma inmediata, en menos de un segundo se pusieron alerta y los cinco sacaron sus armas cargadas al instante. El dueño de casa dio indicaciones con sus manos para que los cuatro revisaran los pisos de arriba y él se quedaría abajo.
No esperaron ni un segundo más cuando ya estaban acatando sus ordenes y se quedo solo en la gran entrada de su casa. Soltó un suspiro pesado, saco el seguro del arma que estaba en su mano y apuntando al frente, empezó a caminar hacia la gran sala esperando encontrar a alguien, pero nada, ni siquiera se podía sentir a su personal.
Algo había pasado y no se veía para nada bueno.
Se puso alerta apuntando con su arma con mucha más firmeza cuando escucho la puerta de la cocina siendo abierta con brusquedad y al girarse hacia ahí, con el arma apuntado, sus ojos filosos miraron a su jefa de cocina que tenía muchas lágrimas tanto secas como húmedas en su rostro, además que esta reflejaba preocupación y miedo. Bajo su arma hacia su muslo, prestándole atención.
- ¡Señor!
- ¿Qué paso Momo? -El dueño de casa interrogo de forma monótona.
La mujer al estar frente a su jefe se arrodillo con su cuerpo temblando por completo y con la cabeza agachada, incapaz de mirarlo a la cara y luego de unos minutos eternos, y armándose de valor le comento la noticia con voz cortada. -Su-u hijo-o fue secuestra-ado señor.
El dueño de casa al escuchar esas 4 palabras no dudo ni un segundo en salir corriendo hacia el cuarto de su pequeño, dejando a Momo en el suelo sollozando. Su corazón saltaba de un lugar a otro y dentro de él rezaba que esto fuera solo una broma de su pequeño, que las palabras de Momo no fueran verdad, pero... el entrar al cuarto que le pertenecía y encontrarlo totalmente, oscuro, desordenado y frio, sin un indicio del menor, la angustia se apodero de él completamente.
Empezó a correr por toda la mansión gritando el nombre de su pequeño y de pasaba llamando la atención de sus hombres que ya sabían lo que pasaba, pues se encontraron con el personal escondidos en algunos cuartos y al preguntar el por qué, estos al igual que Momo entre sollozo, lágrimas y temblores explicaron la situación.
Los hombres agacharon su mirada con pena
Llegó al lugar de partida con su pobre corazón bombeando a mil por hora y con firmeza le hablo a Momo que seguía en el suelo sollozando. -Párate ¡AHORA! -La mujer cocinera temblando ataco la orden y mantuvo su mirada agachada, pero moviendo sus dedos de forma nerviosa.
Los hombres por su parte al escuchar el grito, le pidieron al personal que se quedara aquí y rápidamente bajaron a donde se encontraba su jefe, colocándose en una hilera, con la frente en alto y esperando las indicaciones de lo que deberían de hacer.
Porque sabían que ahora se venía algo fuerte
El dueño de casa se giró hacia ellos y con firmeza sentencio. -Quiero que todos empiecen a buscarlo y me importa una mierda si están con sus familias. Los quiero en menos de 5 minutos en sus putas camionetas y recorriendo todo el maldito país. - Los hombres de forma obediente y automática dijeron ''Ok, jefe''.
-Tu. -Se giro apunto a un hombre en específico que se puso más recto y empezó a sudar frio al tener la atención de su jefe sobre él, algo que muchas veces era tanto bueno como malo. -Traerás a todos los empleados de seguridad que estuvieron esta noche para que me den explicaciones en este instante y si alguno pone objeción no dudes en tomar la fuerza, los quiero a todos. ¿entendiste?
El hombre tragando con dificultad, insistió con su cabeza y corrió hacia afuera de la casa.
-Tu. -Ahora apunto a Momo que se asustó y retrocedió unos pasos con miedo, acción que no paso desapercibida por el dueño de casa y que lo ayudo a calmarse un poco. – Quiero que... te relajes y después me contaras todo con lujos de detalles. Ahora anda a la cocina a tomar un vaso con agua y busca al personal para que hagan lo mismo.
La mujer levanto su mirada con sus ojos rojos y brillosos por las lágrimas, y con estos mismo vio a su jefe notando con su mirada por los años que llevaba ahí el dolor que reflejaban, por ende, insistió con su cabeza ahora un poco más calmada y camino hacia el segundo piso en busca de sus compañeros.
El dueño de casa al quedarse ya completamente solo empezó a caminar hacia su gran patio que se encontraba en silencio y en este mismo unos pasos más allá, diviso el peluche favorito de su pequeño con un poco de sangre y un gran tajo en el centro, como si alguien le hubiese enterrado un filoso cuchillo... Lo abrazo con fuerza, arrodillándose en el pasto sin importar si su pantalón se ensuciaba y sin poder aguantarlo más las lágrimas empezaron a caer por si solas de sus ojos una por una de forma lenta y dolorosa. Susurrando el nombre de su pequeño con hipos de por medio y voz quebrada.
Uno de sus hombres, que se podía considerar un mejor amigo se sentó a su lado en silencio y de forma lenta empezó a dar pequeños golpes en su hombro, mostrándole apoyo, que sabía muy bien que necesitaba.
-Lo encontraremos Minho. -Habla en voz baja.
El contrario al escuchar esa frase, con brusquedad se limpió las lágrimas de sus ojos para ver el peluche y después a su amigo directamente a los ojos. –Los quiero en mis manos lo más pronto posibles y vivos. Yo mismo me encargare de hacerlos pagar.
El hombre restante fue testigo del brillo peligroso que había en los ojos de su jefe, tan macabro y tenebroso que hasta se le pusieron los pelos de puntas y solo pudo insistir con su cabeza, porque sabía que el hombre frente lo cumpliría.
-Tu hijo es inteligente jefe.
-Si lo sé, solo que... -El jefe agacho su mirada ahora con pena y dolor. -No quiero perder a alguien más Changbin, no puedo.
El hombre amigo acaricio su hombro con lastima. -No lo perderás, estará a tu lado en menos de lo que piensas.
Minho se paró del césped y admiro la luna brillante en el cielo oscuro junto a las estrellas que había alrededor, jurando a esta. -Te encontrare hijo, cueste lo que cueste.
El amigo de nombre Changbin de igual forma se levanto para pararse al lado de su amigo y insistir con su cabeza, ambos se dieron vuelta y entraron a la gran casa, pues había que encontrar al pequeño Jeongin.
Hola❣, espero que disfruten la lectura y en caso de cualquier error me avisa<3
Bye, cuídenseee<3333
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Hijo de un Mafioso~ MinLix
Action"Felix nunca imagino que el pequeño niño pelinegro que encontró afuera de su trabajo sería el causante de que su vida diera un vuelco, ni menos de quien sería su padre." +Historia 100% mía. +Contenido Homosexual. +Felix, bottom; Minho, top +Prólogo...