Morgie y James caminaban lentamente por detrás de Merlín, quien iba murmurando cosas al azar.
Morgie miraba al suelo; ni él ni James se atrevían a hablar, solo seguían al director de cerca.
Se pasaba la mano por el cabello de vez en cuando para quitarse mechones de la cara.
En cuanto ambos adolescentes habían salido del agua, Merlín les lanzó un encantamiento de aire tibio para secarlos por completo y después los hizo seguirlo de vuelta a la escuela. Todo en un silencio enorme.
Morgie no sabía qué pensar, ¿estaba Merlín enojado porque él y James encontraron el lago encantado? Pues si era así, el anciano no debería estar molesto; fue él quien le contó a los estudiantes sobre el lago en primer lugar. Si hubiera dicho que estaba prohibido buscarlo... bueno, Morgie y James no hubieran hecho caso a esa regla de todos modos, pero al menos eso le daría un verdadero motivo a Merlín para estar molesto.
Merlín era... Merlín era un caso particular muy raro. Se supone que el anciano es el hechicero más poderoso que alguna vez haya existido, que sus conocimientos rebasaban la capacidad normal de pensamiento, que era tan culto que incluso historiadores acuden a él para pedir ayuda. Pero Morgie no veía nada de eso en Merlín.
Para Morgie, el director era un anciano despistado, distraído y con claros problemas de memoria.
Más de una vez se ha preguntado qué pensaba su madre cuando le pidió a Merlín que la tomara bajo su tutela y le enseñara magia.
Pero siempre que pensaba en eso venía a su mente que muchos de los conocimientos mágicos que Merlín le dio a Morgana fueron posteriormente pasados de Morgana a Morgie.
Todo era muy confuso. Tan confuso como la propia elección de ropa del propio Merlín.
—Realmente no pensé que ustedes harían eso. —Merlín rompió el silencio una vez que los 3 empezaron a atravesar el camino principal a la entrada de la academia— Tantos años siendo el director y jamás otros estudiantes hicieron algo parecido.
Bueno, ser el primero en algo así le daba un pequeño sentimiento de orgullo a Morgie.
Merlín entró a la academia y los fue guiando hasta el jardín, el cual estaba lleno de varios estudiantes.
Morgie pudo ver a Hades y Maléfica muy juntos en una de las esquinas. En una mesa estaba Uliana hablando junto a Yzma y Grimhilde sobre algo. En otra mesa más estaban Bridget y Fay charlando alegremente con Ella y Charming.
Merlín se detuvo ahí.
Oh no.
—¡Estudiantes! —Merlín habló en voz alta.
Oh no.
—Préstenme su atención —dijo el director, aumentando el volumen de su voz.
James y Morgie se vieron el uno al otro con algo de pánico.
¿Acaso el castigo era la humillación pública?
—Como ustedes saben, cada que una nueva generación de estudiantes llega a la escuela, yo les cuento la leyenda del lago encantado —Merlín comenzó a hablar—. Un lago capaz de contrarrestar cualquier maldición, hechizo, encantamiento o cualquier cosa relacionada con la magia y durante años la ubicación de ese lago ha permanecido oculta. Sin embargo, hoy estos dos jovencitos han logrado encontrar el lago.
De inmediato, los alumnos que prestaban atención a Merlín empezaron a murmurar, mientras que los que no habían prestado atención voltearon a verlo.
—Es por eso, James y Morgie, es que yo quiero... —Comenzó a hablar, mirando a ambos adolescentes— felicitarlos.
Bien, eso no es lo que esperaban.
—¿Disculpe?... ¿Qué? —James preguntó.
—¿Felicitarnos? —Preguntó Morgie.
Merlín sonrió; su mirada chispeante revelaba un atisbo de picardía que sorprendió a ambos chicos.
—Felicitarles, sí —Reiteró con serenidad, como si fuese lo más obvio del mundo—. Verán, desde que dirijo esta academia siempre ha sido mi tarea darles una educación de calidad, pero también les he inculcado la curiosidad, el hambre de aventura y descubrir cosas nuevas, por eso mantuve la locación del lago como un secreto.
—Usted quería que algún estudiante lo encontrara —dijo Morgie cuando la realización lo golpeó.
Merlín asintió satisfecho, como si Morgie hubiese resuelto un acertijo complejo.
—Exactamente, Morgie —Confirmó el anciano, con una sonrisa de aprobación—. Y es por eso que quiero darles esto.
Merlín chasqueó los dedos y tanto Morgie como James sintieron que en el pecho de ambos aparecía algo. En ambos, apareció un broche en su ropa que era de un color azul con un intrincado diseño plateado que representaba el lago encantado rodeado de delicadas ramas y hojas. En el centro del broche, una pequeña piedra de jade brillaba suavemente, similar al color del agua del lago que habían descubierto.
—Estos broches —Continuó Merlín—, son un símbolo de su descubrimiento, pero también una llave. Les permitirá el acceso a la zona privada de la biblioteca de la academia y permisos para estar en la cocina de la academia en horarios fuera del toque de queda. Y, más importante aún, representa su compromiso con el conocimiento y el respeto hacia la magia de esta institución.
James y Morgie se miraron asombrados mientras tocaban el broche en sus pechos, sintiendo una cálida energía emanando de él.
—¡Wow! —Exclamó Morgie, observando el broche con ojos brillantes—. Esto es... increíble.
James, aún procesando todo, asintió en silencio usando sus dedos para acariciar la piedra de jade.
—Úsenlos sabiamente —Advirtió Merlín, con una mirada más seria—. Estos broches solo funcionarán con ustedes. Ahora, para el resto de estudiantes... el lago también puede funcionar de forma recreativa.
Eso pareció animar aún más a los estudiantes.
—Pero recuerden que es un lugar mágico y hay que respetarlo como tal —Merlín asintió—. Ya tengo gente trabajando en la creación de una ruta más segura y accesible al lago y, en cuanto esté abierto, ustedes serán libres de usarlo.
Los estudiantes se emocionaron todavía más, intercambiando sonrisas y risas al imaginarse pasando tiempo en el lago encantado, y algunos ya parecían estar planeando visitas.
—Por ahora los dejo, disfruten su fin de semana —Merlín dijo eso y se alejó de los alumnos.
—Ahora seremos leyendas —Susurró Morgie mientras sonreía bastante; luego notó que los demás VK se les acercaban.
—Entonces eso hacían en sus escapadas —Uliana dijo, sonriendo aún más—, Hades creía que ustedes escapaban al bosque a besarse.
De inmediato todos menos Morgie empezaron a reírse bastante.
—¿Morgie y yo? —James preguntó al acabar de reírse—. Jamás.
—Sí —Morgie dijo, forzando una sonrisa—, jamás.
Los otros siguieron riéndose y Morgie soltaba pequeñas risas, pero ellos no se dieron cuenta de esto.
—El próximo fin de semana tienen que mostrarnos ese lugar —Uliana siguió hablando.
Mientras seguían hablando, Morgie pudo notar una mancha rosa acercarse a ellos. Miró a Bridget de pie a un lado, queriendo llamarle la atención.
—¿Podemos hablar? —Bridget dijo en voz baja.
—Sí —Morgie sonrió, luego miró a sus amigos—. Vuelvo en seguida.
—Diviértete —Uliana dijo mientras lo veía alejarse.
Morgie caminó directamente hasta Birgdet, quien le sonreía mucho.
—¿Qué pasa, Bridget? —Él preguntó.
—Antes que nada, felicidades por tu reconocimiento —Bridget dijo muy emocionada y Morgie sonrió—, y lo segundo, Charming logró apartar la sala común para una pequeña reunión hoy a las 8, nada fuera de lo normal con pizzas y refresco y yo llevaré macarons que me gustaría que me ayudaras a hacer. Los helados quedaron excelentes y sé que fue gracias a ti.
—Oh... —Morgie se quedó callado un momento.
Aquello le tomó por sorpresa, claro que él había oído sobre las reuniones de Charming, eran comunes para la gente en la escuela. Morgie fue invitado una sola vez en su primer año, Uliana y Hades hicieron un desastre esa vez y Charming terminó pagando los platos rotos.
Esa también fue la noche que Uliana y Hades se hicieron amigos de Maléfica, James y él.
—¿Estás segura de que me quieren ahí? —Morgie le preguntó y Bridget asintió.
—Sí, le pregunté a Charming y él estuvo de acuerdo con que tú fueras —La chica dijo—, aunque tus amigos no podrán ir...
—Sí, lo entiendo —Morgie asintió—. No creo que Charming quiera volver a ser castigado por unas cortinas quemadas.
—Entonces, ¿te veo a las 5 en las cocinas? —Preguntó Bridget y Morgie asintió—. Además podemos ver qué nuevos privilegios nos puede dar tu distinguido reconocimiento.
Morgie casi se suelta a reír. Nah, ¿a quién engaña? Sí se puso a reír.
—Te veré allí —Morgie afirmó y ambos se separaron.
—Muchas risas —Uliana dijo una vez que Morgie volvió con ellos—. ¿Qué quería la señorita Vómito Arcoíris?
—Bridget solo me invitó a una reunión de Charming —Morgie sonrió, aunque luego borró su sonrisa—. Ustedes no están invitados, chicos, lo siento.
—¿Qué? ¿Por qué?— James preguntó—. Entiendo que no quieran a Uli y Hades ahí, ellos fueron los que casi incineraron media sala común.
—En mi defensa, jamás nos dijeron que estaba prohibido usar fuego infernal en interiores —Hades se excusó.
—Estoy bastante seguro de que sí nos lo dijeron, sobre todo a ti —Morgie dijo. Hades solo soltó una risa.
—Dejando eso de lado —Uliana dijo, mirando a Morgie—, este es un buen momento para que tú consigas más información sobre la princesita de corazones. Si ella ya tuvo la confianza de invitarte a una reunión donde no se permiten villanos, es porque ya tendrá la confianza para contarte cosas, así que asegúrate de preguntarle cosas de su vida.
—Sí —Morgie asintió.
Morige estaba emocionado; quizás era porque tenía la oportunidad de mejorar sus habilidades como espía o porque quizás en secreto siempre quiso seguir asistiendo a esas reuniones.
Morgie quiere creer que es la primera opción.
—¿Cómo me veo? —Preguntó Morgie, mirándose al espejo de la habitación compartida.
James, que estaba sentado en su cama usando un pañuelo para limpiar su garfio, levantó la vista para ver a Morgie.
—Te ves... —Empezó a responder sin mucho entusiasmo—: Diablos, Morgie, te ves demasiado formal para una reunión escolar.
—¿Exageré? —Preguntó.
—Bastante —James dejó su pañuelo a un lado y se levantó de la cama para ver a Morgie—. Quítate los pantalones.
—¿Qué? —Preguntó Morgie, sonrojándose repentinamente.
—Esos pantalones son demasiado serios —James le dijo, caminando al armario de Morgie, buscando algo y poco después se dio media vuelta—. Jeans negros, mejor opción.
—Por supuesto —Morgie respondió, empezando a quitarse los pantalones mientras James seguía buscando en el armario.
—Y usa esta —James sacó algo más—, la camiseta que Hades te dio en Navidad.
Morgie atrapó la prenda que James le lanzó y miró la camiseta; era completamente roja con un diseño de flamas verdes en la parte baja, pero el toque distintivo eran las 4 serpientes doradas estampadas que se movían por toda la prenda como si tuvieran vida.
—¿No llamaré mucho la atención con esto? —Le preguntó a James.
—¿Y eso es malo? —James levantó una ceja.
Morgie dudó por un momento mientras sostenía la camiseta entre sus manos, observando cómo las serpientes doradas se extendían por toda la prenda.
—Supongo que no es malo... —Morgie murmuró, aunque todavía no estaba del todo convencido.
—Exacto —Afirmó James, volviendo a sentarse en su cama—. Además, si vas a entrar a una reunión de Charming como el único villano invitado, más vale que lo hagas con estilo.
—Tiene sentido —Morgie asintió mientras se empezaba a cambiar la ropa, primero la camiseta y luego los jeans negros. Se miró nuevamente en el espejo y, para su sorpresa, la combinación no se veía tan mal. Las flamas verdes y las serpientes doradas destacaban lo suficiente sin parecer exageradas.
—Perfecto —Declaró James mientras terminaba de ajustar su garfio—. Ahora solo necesitas algo para el cabello. Tal vez...
—¡Nada de eso! —Interrumpió Morgie rápidamente, alzando las manos para ponerlas como barrera contra su cabello—. Mi cabello está bien como está.
James se encogió de hombros con una sonrisa traviesa.
—Como quieras, pero recuerda: si consigues información útil, Uliana estará feliz y dejará de ser un molusco molesto la mayoría del tiempo. Si no, eres solo un tonto con que se viste bien.
—Qué alentador —Respondió Morgie con sarcasmo—. Y Uliana no es un molusco... es un cefalópodo. Creí que las cosas marinas eran tu área de especialidad.
—Muy gracioso —James dijo con el mismo nivel de sarcasmo, pero terminó sonriendo—. Y Morgie.
—¿Sí?
—Diviértete un poco. Solo porque estés ahí para un propósito no significa que no puedas disfrutarlo mientras estés allí —James le dijo y Morgie pudo sentir toda su honestidad en esas palabras.
—Gracias —Morgie sonrió nuevamente—. ¡Ay, no! Voy tarde para ayudar a Bridget, ¡gracias, James!
Morgie rápidamente salió por la puerta de la habitación y James se quedó ahí de pie, frunciendo el ceño.
—Ñeñeñe, debo ir con Bridget, blah blah blah —Se quejó mientras cerraba la puerta de la habitación—. De todos modos, a él le gusta más pasar el tiempo conmigo.
James se dejó caer en la cama con un resoplido, cruzando los brazos mientras miraba al techo con el ceño todavía fruncido.
Mientras tanto, Morgie llegó corriendo a la cocina de la academia, entrando y viendo a Bridget colocar los ingredientes en una de las mesas.
—¡Morgie! —Exclamó Bridget al verlo llegar, su sonrisa iluminó su rostro mientras caminaba al otro lado de la cocina.
Morgie se detuvo un momento, apoyándose en sus rodillas para recuperar el aliento.
—Lo siento... Llego tarde, ¿verdad? —Morgie dijo, enderezándose.
—No mucho, tranquilo, apenas estaba recolectando todo —Respondió Bridget—, y esto es para ti.
Morgie miró a la chica que le extendía un delantal de color verde, luego vio cómo la chica usaba uno igual, pero rosa.
—Ahora que me estás ayudando a hacer postres, creo que debes usar uno de estos —Bridget dijo—. Vamos, póntelo, no quieres que tu genial camiseta se arruine, ¿o sí?
Morgie tomó el delantal con sus manos, extendiéndolo para ver el delantal, y empezó a sonreír un poco. Tras eso se puso el delantal inmediatamente.
—Muy bien, manos a la obra —Bridget dio dos aplausos cortos—, esos macarons no se harán solos.
—Solo te advierto que nunca he preparado macarons —Morgie mencionó, alzando ambas manos.
—No te preocupes, yo sé muy bien cómo hacerlos —Bridget sonrió—, solo sígueme.
Morgie empezó a hacer todo lo que Bridget le decía, batiendo lo necesario, y ambos pusieron colorantes en sus mezclas. Morgie verde y Bridget rosa.
—Ahora debemos poner todo en las mangas pasteleras —dijo Bridget, mientras tomaba una manga pastelera y comenzaba a llenarla con su mezcla rosa con cuidado.
Morgie la observó atentamente antes de tomar su propia manga y tratar de imitar sus movimientos. Sin embargo, al intentar verter su mezcla verde, el bol resbaló un poco, y una parte terminó en la mesa.
—¡Mierda! —Exclamó Morgie, mirando su pequeño desastre—. Lo haces parecer fácil.
Bridget soltó una risa divertida mientras tomaba un trapo para limpiar la mesa.
—Tranquilo, pasa hasta en las mejores cocinas —Bridget lo consoló—. Pero no te preocupes, todavía queda suficiente para los macarons.
—Bueno, si lo dices tú —Respondió Morgie, algo avergonzado, pero sonriendo al ver que Bridget era paciente con él.
Con más cuidado esta vez, Morgie logró llenar la manga pastelera de la mezcla verde.
—Ahora, sigue mi ejemplo —Bridget dijo mientras colocaba pequeños círculos perfectos de mezcla sobre una bandeja cubierta con papel para hornear—. Solo tienes que apretar suavemente y mantener un tamaño uniforme.
Morgie asintió y se inclinó sobre su bandeja, concentrándose. Los primeros intentos resultaron algo irregulares, pero poco a poco fue mejorando, hasta que sus círculos verdes empezaron a parecerse a los de Bridget.
—¡Lo estás haciendo genial! —Lo animó la pelirosa, dándole un suave golpe en el brazo.
—Gracias —Morgie sonrió mirando sus creaciones con orgullo.
—Ahora los dejamos reposar mientras se forma la costra —Bridget respondió con una sonrisa.
—¿La costra? —Preguntó Morgie, arqueando una ceja.
—Sí, es crucial para que los macarons tengan esa textura perfecta —Explicó Bridget, moviendo las bandejas a la barra—. Mientras tanto, podemos preparar el relleno. ¿Te gusta la mermelada de fresa?
—Me encanta —Respondió Morgie, sonriendo ampliamente.
Ambos se apresuraron a hacer la mermelada en un tazón; Morgie no sabía, pero cocinar postres le generaba una enorme paz y, además, estar con Bridget y sus constantes palabras de ánimo y comentarios divertidos mejoraban la experiencia.
Solo se había sentido así antes un par de veces.
Cuando su madre le enseñó magia de niño.
Cuando practica magia en el bosque con Maléfica.
Cuando juega videojuegos con Hades.
Y cuando está con James.
Se siente en un lugar seguro.
—Y con este es el último —Bridget dijo cuando terminó de armar su último macaron.
La princesa levantó la vista y vio a Morgie terminar de armar los suyos también.
—¡Listo! —Morgie sonrió mientras alzaba las manos.
Ambos habían llenado en total 4 platones con macarons rosas y verdes rellenos de mermelada de fresa.
—Ya está todo listo, ahora solo debo ir a cambiarme los zapatos. ¿Podrías esperarme aquí?
—Claro, no te preocupes —Morgie dijo, lamiéndose un poco de mermelada de uno de sus dedos.
Morgie pronto quedó solo en la cocina, mirando que todo ya estaba también impecable, un logro considerando que usaron mucha harina. Lo único que destacaba eran algunos macarons sobrantes que ya no alcanzaron relleno. Bridget dijo que podían dejarlos ahí, pero Morgie no quería.
Caminó al refrigerador y empezó a rebuscar en su interior hasta que sacó la crema batida, sonrió y volvió a la mesa donde estaban los macarons sobrantes y, con cuidado, empezó a ponerles crema batida para armarlos. Tras eso se paró derecho y suspiró.
Cerró sus ojos y extendió una mano para luego pensar en un objeto en específico, lo visualizó en su mente y dejó que su magia fluyera.
En cuanto abrió los ojos, vio una caja de cartón en forma de cilindro de color rojo con una tapa con un moño negro encima. Sonrió ante su logro y la destapó para empezar a llenar la caja con los macarons de crema batida y posteriormente cerrarla.
Volvió al refrigerador y guardó la caja dentro para que la crema no se derritiera.
Cuando cerró la puerta del frigorífico, Bridget volvió a entrar y, una vez listos, ambos salieron de la cocina sosteniendo los platones y caminando en dirección a la sala común.
—Te vas a divertir, te lo aseguro —Bridget lo animó mientras se movían con rapidez a la sala.
Morgie asintió mientras caminaba junto a Bridget, equilibrando cuidadosamente los platos llenos de macarons que había ayudado a preparar.
—¿Estás segura? Porque esto de convivir con gente siendo yo amigo de Uliana no es algo muy alentador —Morgie confesó, mirando de reojo a su compañera.
—Confía en mí —Respondió Bridget con una sonrisa brillante—. La mayoría de la gente estará más ocupada disfrutando de los postres que juzgando a las personas. Además, tienes un carisma natural. Estoy segura de que te irá bien.
—¿Carisma natural? —Repitió Morgie—. Creo que me confundes con alguien más.
—Solo intenta relajarte —Bridget le dio un suave codazo mientras llegaban a la entrada de la sala común—. Y si en algún momento te sientes abrumado, ¡puedes refugiarte conmigo!
Morgie sonrió ante la propuesta, sintiendo una calidez reconfortante por las palabras de Bridget. Al entrar en la sala, el ambiente ya estaba lleno de risas, conversaciones y el sonido suave de música de fondo.
—¡Llegaron los macarons! —Bridget anunció en cuanto ella y Morgie entraron.
No muchos prestaron atención, pero los que sí voltearon les sonrieron amablemente.
—La mesa de bocadillos está por allí —Tiana fue la que les respondió, señalando a una gran mesa con diversos platillos.
—Gracias, Tiana —Respondió Bridget con una sonrisa mientras se dirigía hacia la mesa, Morgie siguiéndola de cerca con el platón de macarons en las manos.
El joven no pudo evitar echar un vistazo rápido alrededor de la sala. Había varias personas conversando en pequeños grupos, algunas sentadas en sofás y otras de pie junto a la mesa de bebidas, unos cuantos jugaban algo en las mesas. Aunque el ambiente parecía relajado, Morgie no pudo evitar sentirse un poco fuera de lugar.
—Aquí está bien —Dijo Bridget al llegar a la mesa, colocando su platón junto a un surtido de tartaletas y galletas. Luego se volvió hacia Morgie—. Vamos, pon los tuyos aquí también.
Morgie asintió y dejó su platón al lado del de Bridget. Los macarons verdes y rosas se veían llamativos y deliciosos entre el resto de los bocadillos.
—¡Tienes que probar los beignets de Tiana!
Ambos se mantuvieron en la mesa de bocadillos, probando un poco de todo, hablando en voz baja hasta que dos personas más se les acercaron.
—¡Hola! —Ella los saludó acercándose a ellos junto a Charming.
—¡Hola, Ella, hola, Charming! —Bridget se acercó a saludar a ambos, abrazando a su amiga.
—Bridget, tienes que venir, Mulan trajo un juego de mesa chino y ella, Bella y Aladdin están empezando a apostar —La chica de cabello azul tomó la mano de Bridget y se la llevó al rincón donde estaban jugando.
Eso dejó a Morgie solo con Charming.
Morgie se quedó callado, comiendo otro beignet, aunque Charming dio un paso al frente y Morgie dio uno al lado para alejarse.
—Ella me dijo lo que hiciste —El príncipe dijo.
—¿Qwueb? —Preguntó Morgie con la boca llena de postres.
—Me contó cómo la ayudaste el día de la prueba de la zapatilla —Charming se explicó—. Realmente, sin ti, Ella y yo no estaríamos juntos, así que...
Charming extendió su mano derecha y Morgie miró su mano antes de levantar la suya también, y Charming lo atrapó en un fuerte (quizás demasiado) apretón de manos.
—Gracias, Morgie —Charming sonrió—. Hiciste algo muy heroico.
Heroico...
Ahí estaba de nuevo esa palabra.
Morgie mantuvo la sonrisa, aunque incómoda, mientras sentía el apretón firme de Charming. "Heroico". Esa palabra seguía resonando en su mente desde que Ella se lo había dicho.
—No fue gran cosa —Morgie respondió con una sonrisa forzada, apartando la mirada por un momento, queriendo desviar el tema—. Solo hice...
Se quedó callado sin saber qué decir, no sabía qué palabras usar hasta que su boca se movió sola.
—Hice lo que creí correcto —Respondió él.
Y de pronto Morgie ya no estaba en la sala común de la academia, estaba en los campos de Avalon, siendo un niño de 8 años observando a su madre Morgana levantar a un ave herida del pasto.
—La pobre tiene un ala herida —Dijo Morgana, agachándose a la altura de Morgie.
Era una pequeña golondrina que apenas podía moverse.
—¿Vas a curarla, mamá? —Preguntó el pequeño Morgie, quien ya la había visto hacer eso antes.
—¿Por qué no lo haces tú, Morgie? —Morgana dijo suavemente.
—Yo no sé cómo —Morgie dijo.
—Claro que lo sabes, primero cubre al ave con tus manos —Morgana seguía sosteniendo a la golondrina con sus manos y Morgie acercó las suyas para dejarlas sobre el ave—, ahora cierra tus ojos y concéntrate en el ave, imagínala en su cabeza.
Morgie hizo todo lo que le pidió su madre.
—La magia va de la mano con la manifestación, necesitar ver lo que quieres antes de hacerlo, necesitar seguir tus instintos y...
Antes de que Morgana pudiera seguir hablando, Morgie sintió la magia fluir por su cuerpo y terminar en sus manos. Cuando abrió los ojos y quitó sus manos de encima del ave, la golondrina extendió ambas alas perfectamente y se fue volando ante la mirada sorprendida de Morgie y la sonrisa orgullosa de Morgana.
—Y hacer lo que creas correcto —Finalizó Morgana.
Morgie fue traído de vuelta a la realidad cuando Charming soltó una risita y soltó su mano.
—Eres muy modesto —Charming comentó y luego rodeó a Morgie por los hombros con un brazo—. Ven, te presentaré a mis amigos.
Morgie sonrió un poco, empezando a caminar junto al príncipe a otro rincón de la sala.
Pero aun así se sentía extraño... ¿Qué estaba pasando con él?Continuará...

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The Changed Destiny
FanfictionLa vida de Morgie le Fay tomaría un cambio de rumbo cuando gracias a dos princesas qué intervinieron en el tiempo cambiaron el futuro de sus madres y por ende de todos en la Academia Merlín. Pero quizás a veces los cambios son buenos.