El apartamento en el corazón del DF estaba impregnado de una tensión palpable. Las luces tenues apenas iluminaban el rostro de Victoria, que seguía mirando la foto en la pantalla de su teléfono. La imagen de César con esa actriz, sonriendo despreocupadamente, parecía burlarse de su situación actual.
La puerta se abrió y César entró con sigilo como esperando que se desatara la tercera guerra mundial, y no estaba muy alejado de la realidad pues la mirada de Victoria ardía con una mezcla de rabia y celos.
—¿Qué demonios es esto, César? —exclamó, señalando la pantalla con un dedo tembloroso—. ¿Qué significa esa foto? ¿Acaso no es suficiente que no disponga de tu entera atencion , que ahora también tienes que recordarme lo cerca que puedes estar de otras actrices?
César se giró, sorprendido por la intensidad de su reclamo. Su corazón se aceleró, no solo por el susto, sino por la inminente tormenta que sabía que se avecinaba.
—Victoria, por favor, no es lo que piensas —respondió, tratando de mantener la calma—. Es solo una foto de trabajo. Ella es solo una compañera, nada más.
—¿Compañera? —replicó ella, lanzando con rabia el celular hacia el sofá y cruzando los brazos con desdén—. ¿Desde cuándo una "compañera" se convierte en alguien con quien te tomas fotos y videos así? ¡Mira cómo la miras! ¡Estás sonriendo como si estuvieras en una luna de miel!
—¿De qué hablas, Vicky? Es solo una presentación. No puedo controlar cómo se ven las fotos promocionales.
Ella sintió que una punzada de celos se instalaba en su pecho. La idea de ver a César compartiendo risas y caricias con otra la atormentaba.
—Pero lo sabes. No quiero imaginarme las escenas de amor que van a compartir. Es... es demasiado.
César la miró, sus ojos reflejando una mezcla de frustración y nostalgia.
—Si hubieras aceptado el papel cuando Chava te lo propuso, ahora serías tú quien estuviera en esas fotos conmigo.
Victoria sintió que la indignación burbujeaba en su interior.
—¡Claro! Es más fácil echarme la culpa a mí. Pero sabes lo que pasaría si volviéramos a trabajar juntos. No estoy lista para lidiar con el "entusiasmo" de las fans otra vez.
—¿Y qué hay de mí? —replicó César, su voz cargada de un cansancio que parecía pesar sobre sus hombros—. No estoy preparado para eso tampoco. Pero no puedes simplemente huir de lo que podría haber sido.
—No se trata de huir, César. Se trata de protegerme. Y de protegerte a ti también. No quiero volver a ser la que paga los platos rotos de tus decisiones.
El silencio se instaló entre ellos, como un manto pesado que cubría el aire. César, con la mirada perdida, parecía buscar las palabras adecuadas.
—No estoy pidiéndote que lo hagas. Solo... no entiendo por qué no podemos dejar el pasado atrás y seguir adelante.
Victoria cerró los ojos por un instante, como si al hacerlo pudiera borrar las memorias que la atormentaban.
—Porque el pasado nunca se va, César. Siempre está ahí, acechando. Y esas fotos son solo un recordatorio de lo que perdimos.
César, que había estado observando su rostro con atención, se acercó un poco más, como si la cercanía pudiera deshacer la distancia emocional que los separaba.
—Vicky, no es lo que piensas. No estoy tratando de hacerte daño. Es solo trabajo y en el fondo lo sabes.
—César, no puedo evitarlo. Cada vez que te veo con cualquiera de ellas, siento que me estás ocultando algo —dijo Vicky, con la voz entrecortada—.
