César, después de alejarse, se detiene en un rincón del parque. Victoria, sintiendo una fuerza que la atrae de vuelta, lo sigue.
Victoria: (con voz temblorosa) César… (se acerca lentamente, sus ojos llenos de lágrimas) No puedo dejarte ir así.
César: (volteándose, sorprendido y esperanzado) Victoria… (da un paso hacia ella) ¿Qué estás diciendo?
Victoria: (suspira, sintiendo el peso de sus palabras) No sé si estoy cometiendo un error, pero… (se acerca más) me duele tanto verte alejarte de mí.
César: (con el corazón latiendo acelerado) Entonces, ¿por qué me pides que me aleje? ¿ Por qué no luchamos por esto? (extiende su mano hacia ella) No puedo ni quiero perderte.
Victoria: (mirando su mano, dudando) Pero, César, ¿y si solo estamos prolongando el sufrimiento?
César: (acercándose aún más) A veces, el amor necesita arriesgarse. (acaricia su rostro con ternura) A veces, es en el dolor donde encontramos la verdad.
Victoria: (con lágrimas en los ojos) Siempre hay dolor… (su voz se quiebra) Pero hay algo más, algo que no podemos ignorar.
César: (con firmeza) Entonces, ¿por qué no lo abrazamos? (se acerca y toma sus manos entre las suyas) ¿Por qué no dejamos que el amor hable más fuerte que el miedo?
Victoria: (sintiendo la calidez de sus manos) César… (su voz es un susurro)
César: (acercándose aún más, su aliento cálido sobre su piel) Te necesito, Victoria. No puedo imaginar mi vida sin ti. (baja la mirada, sintiendo la intensidad del momento)
Victoria: (su corazón late con fuerza) Yo tampoco puedo. (su voz se vuelve más suave) Pero… (mira a su alrededor, como si buscara una respuesta en el aire)
César: (sin soltar sus manos) No busques más. (se inclina hacia ella, sus labios casi tocándose) Solo déjate llevar.
Victoria: (cierra los ojos, sintiendo la conexión) Siempre he querido… (se detiene, su corazón latiendo con fuerza)
César: (susurra) Lo se, yo tambien siempre he querido esto también. Amarte sin miedos (y, sin poder resistir más, la besa suavemente, uniendo sus labios en un contacto que enciende el aire entre ellos)
Victoria: (respondiendo al beso, se siente envuelta en una ola de emociones) César… (susurra entre besos, sintiendo cómo el dolor se disipa, aunque aún persista en el fondo)
César: (profundiza el beso, sus manos acariciando su espalda, atrayéndola hacia él) No hay nada que desee más que estar contigo. (se separa un poco, mirándola a los ojos) Eres mi todo.
Victoria: (con lágrimas de felicidad) Y tú eres el mío. (acaricia su rostro, sintiendo la calidez de su piel) Pero…
César: (interrumpe, con un brillo intenso en sus ojos) No hablemos de “peros”. (la besa de nuevo, esta vez con más pasión, como si quisiera borrar todo el dolor del pasado)
Victoria: (se deja llevar por la intensidad del momento, sus manos recorriendo su cabello) No puedo resistirme a ti… (susurra entre besos)
César: (con voz profunda y cargada de deseo) Entonces no lo hagas. (la besa de nuevo, sus labios se entrelazan con fervor, mientras sus cuerpos se acercan más)
Victoria: (sintiéndose atrapada en su abrazo) César… (cada beso es como una promesa de lo que pueden ser)
César: (acariciando su espalda, sintiendo cómo el mundo a su alrededor desaparece) Te amo, Victoria. (susurra mientras la besa con ternura y pasión)