De la Risa al llanto

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La casa de Victoria en Cuernavaca, Morelos, se erguía como un oasis de luz y risas en medio de la calidez de la tarde. La piscina, un espejo azul que reflejaba el sol dorado, parecía un lienzo en el que la vida se pintaba con colores vibrantes. Victoria, radiante en su vestido rojo que abrazaba su figura con la suavidad de un susurro, aguardaba en la sala, su corazón palpitando con la anticipación de la llegada de César.

De repente, la puerta se abrió de golpe, y César hizo su entrada triunfal, como si estuviera en medio de una escena dramática de su nueva telenovela "Me atrevo a amarte". Sin embargo, su vestuario era un verdadero enigma: un peluquín medio largo que desafiaba las leyes de la gravedad, un chaleco que parecía haber sido reciclado de un mariachi en su peor día, y un pantalón que, honestamente, no ayudaba en nada.

Victoria, con una sonrisa burlona que iluminaba su rostro, no pudo evitar soltar una carcajada.

—¡César! ¿Qué es eso que traes puesto? ¿Vas a grabar una telenovela o a hacer un show de marionetas? —preguntó, entre risas.

César, llevándose una mano al pecho como si hubiera recibido un golpe mortal, respondió con un tono dramático:

—¡Ay, mi vida! No me digas que no te gusta mi nuevo look. Es el último grito de la moda... pero de 1985.

Victoria, con un sarcasmo que podría rivalizar con el de cualquier comediante, replicó:

—¡Claro! Si el objetivo era parecer un muñeco ventrílocuo con chaleco antibalas, ¡lo has logrado a la perfección! ¿Que te dieron un papel en "Los Muppets"?

César, haciéndose el ofendido, puso una mano en su corazón como si estuviera a punto de desmayarse.

—Pero si estoy irresistible —exclamó, haciendo una pose exagerada, intentando lucir como un galán.

Victoria, cruzando los brazos y riendo, respondió:

—Irresistible, sí, pero solo si estás en un museo de cera. ¿Así vas a salir en la telenovela? ¡Espero que no!

César, fingiendo indignación, replicó:

—Oye, si tú hubieras aceptado el papel de mi esposa, yo no tendría que lidiar con este vestuario horroroso. ¡Tú habrías cuidado de que no me viera así!

Victoria, con una sonrisa pícara, contestó:

—¿Qué? ¿Para que me vean de esposa de un espantapájaros de huerto escolar? No, gracias. Prefiero ser la que te vea en privado, así no tengo que soportar tu estrafalario glamour.

En ese momento, Mauricio Aspe llegó en su auto, invitado por César para visitar a Victoria, a quien consideraba una verdadera madre. Al ver a César, no pudo evitar unirse a la burla.

—¡No, no! ¡No mamita, no te  andes burlando del nuevo look de mi puro! ¡No ..sin mi! —exclamó, riendo mientras le daba una palmadita en la espalda a César.

César, fingiendo indignación, se volvió hacia Mauricio.

—¡Oye! ¡Que es un vestuario de alta costura! —dijo, mirando a Mauricio con una mezcla de desafío y diversión—. ¿No te parece así, hijo?

Mauricio, con una sonrisa pícara, respondió:

—Claro, puro. Alta costura de un bazar de liquidación. ¡Te ves como una piñata toda destruida al final del cumpleaños!

Victoria, disfrutando del momento, se unió a la broma:

—O como un mariachi reciclado. Sinceramente, no sé qué es peor: tu atuendo o tu peinado.

César, haciéndose el ofendido, replicó:

—¡Es un peluquín de última moda! ¡Es arte!

Victoria, con una risa contagiosa, añadió:

—¿Arte dices? Más bien parece que te lo hicieron en una clase de manualidades de primaria. ¡De verdad, así vas a salir en la telenovela? ¡Dios mío, la vestuarista debe odiarte!

César, con una sonrisa pícara, respondió:

—Bueno, al menos no tengo que preocuparme por la lluvia. ¡Es como tener un paraguas en la cabeza!

Mauricio se rió a carcajadas mientras se sentaba en el sofá.

—¡Eso es cierto! Con ese look, podrías volar si te pones a correr. Pero, en realidad, deberías considerar pedir un cambio de imagen antes de que  empiecen de lleno las grabaciones. No me gustaria que te conviertas en el chiste de la novela (rie)

César, con una mirada desafiante, respondió:

—¡Nunca! Este es el estilo de mi personaje, y lo defenderé hasta el final valentemente ( jugando con el nombre de su personaje). Además, ¿quién necesita un cambio de imagen cuando tengo el carisma de un galán?

Victoria, riendo, agregó:

—Carisma, sí, pero también un poco de sentido común en la moda no vendría mal. Quizás deberías pedirle a la vestuarista que te haga un favor y te saque de este lío aunque más bien creo que esto es obra de ella. Estas seguro que no te odia?

- Yo más bien creo que en vez de odiarme, la vestuarista lo que me ignora. Está ropa la eligió al azar y con los ojos cerrados.

Mauricio, disfrutando de la conversación, se unió:

—O mejor aún,  podrias hacer una campaña de moda para los que no saben qué ponerse. ¡Sería un éxito viral!

César, con una sonrisa burlona, contestó:

—¡Eso suena como un plan! "César y su estilo único de cómo no debes vestirte nunca".

Victoria y Mauricio estallaron en risas, disfrutando del momento y de la compañía, mientras César se acomodaba el peluquín con un aire de orgullo.

....

Después de la broma, César y Victoria, junto a Mauricio decidieron pasar el resto del día juntos, disfrutando del sol y la compañía. A pesar de su ridículo look, César se sintió cómodo y relajado en presencia de Victoria. Ambos compartieron risas y miradas cómplices, disfrutando de la intimidad que su relación clandestina les ofrecía.

Más tarde, cuando Mauricio se fue, César y Victoria se quedaron solos en la casa. Se sentaron en el sofá, mirando el atardecer a través de la ventana. César se acercó a Victoria y tomó su mano.

—Gracias por hacerme reír hoy —dijo, mirándola a los ojos.

Victoria sonrió y se acercó a él.

—De nada, guapo —respondió, besándolo suavemente en los labios.

César la abrazó y la besó con más pasión. Se sentían cómodos y felices juntos, sin preocupaciones .

Dos días después, César se encontraba en locacion grabando algunas escenas de su personaje cuando en medio del descanso sonó su celular . Era su asistente, llamando para informarle que las fotos y los videos de la telenovela estaban empezando a salir en las redes sociales.

César se sintió emocionado y nervioso al mismo tiempo. Sabía que las fotos y los videos podrían ser un problema para su relación. Los celos y las inseguridades podrían volver a afectarlos.

¿Qué pasaría cuando Victoria viera las fotos y los videos de él besando y abrazando a su coestrella? ¿Se sentiría celosa y insegura? ¿O podrían manejar la situación con madurez y confianza a pesar de compartir la misma profesión?

La incertidumbre lo invadió y se sintió como si estuviera caminando sobre una cuerda floja. Solo el tiempo diría cómo reaccionaría Victoria y cómo afectaría su relación.

Comenten si les gustaria una segunda parte.






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