together again

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Tori's pov

—¿Estás emocionada? — Cat me preguntó con una sonrisa de oreja a oreja, mientras comíamos cada una un helado en el centro comercial.

—Bueno... Definitivamente estoy... Sorprendida. — Ladeé la cabeza y suspiré, realmente me preocupaba no ser lo suficientemente buena, no es como si dependiera de ese papel, pero quería la aprobación de la señora West.

—No tengas miedo. No es como si fueses a hacer algo muy difícil, es solo mostrar tu lindo rostro y decir dos que tres líneas. Es pan comido. — Me animó, dándole un pequeño apretón a mi hombro. — Lucirás genial. Te haré ver genial. Serás la chica más genial del mundo.

—¿Realmente crees eso?

—No lo creo... Estoy segura. — Me animó con una gran sonrisa.

A pesar de conocernos por un corto periodo de tiempo, yo ya podía considerar a Cat una de las pocas verdaderas amigas que he tenido en mi vida. Sin importar que yo solo fuese la empleada de la señora West, ella nunca dudó en acercarse a mí amistosamente, sin importar mi situación. No cualquiera haría eso en su posición.

Sin duda, Cat tiene un corazón muy noble.

—Muchas gracias. — Murmuré levemente, viéndola con afecto.

—No hay nada de qué agradecer.

—Claro que lo hay, has sido una gran persona conmigo desde el primer segundo que nos conocimos... Y realmente aprecio eso. — Me sinceré, tomando su mano y apretándola levemente. — Cualquier cosa que necesites, no dudes en decirme. Te debo muchas... — Reí suavemente y vi como su rostro se ruborizaba un poco, tornándose rojizo.

—Es... Un placer ayudarte siempre. — Murmuró y vio nuestras manos. — Ya que es tu día libre... ¿No quisieras... Ir al mismo bar de aquella vez?

—¿No invitamos a la señora West? — Sugerí con curiosidad.

—Me dijo que estaba bastante ocupada. No quería que la interrumpieran... — Ella me vio haciendo una pequeña mueca.

—Oh, entiendo. — Asentí y terminé mi helado. — ¿Vamos ahora? ¿O quieres ir a otro lugar primero? — Ella pareció meditarlo por un momento hasta que volvió a hablar.

—Es muy temprano todavía, vamos a divertirnos un rato. — Me guiñó un ojo y tomó mi brazo, guiándome hacia otro lugar.

Estuvimos caminando por un momento, hasta que llegamos a una zona de juegos, donde la mayor parte de presentes eran niños y los pocos adultos eran posiblemente sus padres.

—¿Qué hacemos exactamente aquí? — Se notaba la curiosidad en mi tono.

—¿No quieres divertirte? — Alzó su ceja con una sonrisa.

—Sí... Pero, ¿Aquí?

—Seguro, podemos subirnos a los juegos. — Me vio con emoción y tomó mi brazo, jalándome más adentro del lugar.

—No creo que nos dejen subir, estamos demasiado grandes para ellos... — La vi de pies a cabeza y sonreí. — Al menos yo lo estoy.

—¡Eres mala! — Hizo un pequeño puchero. Linda. — Soy de tamaño promedio.

—Promedio para un enano... — Murmuré y ella jadeó, dándome golpecitos en el brazo.

—Debes dejar de juntarte tanto con Jade, te estás volviendo igual de mala. — Dijo en un falso tono de reproche.

La mención de mi jefa me hizo sonreír inconscientemente, una vez te acostumbras a su compañía, es hasta divertido interactuar con ella. No podía negar que yo había adquirido algunos de sus hábitos.

The BabysitterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora