Cherry Bomb ♡ [Hiccelsa & Jackunzel] ♡.

Una última vez.

-¿De verdad tienes que irte este fin de semana?... No entiendo porque tanto alboroto por esto- dijo el padre de Elsa mientras cortaba un trozo de carne.
-Papá, iremos todos juntos. Confía en mi- sonrió la chica
-Fue justo lo contrario a lo que dijo tu madre que hiciera- el señor la miró mientras seguía comiendo.
-Claro... Tenía sus razones seguramente- dijo ella rodando los ojos
-Aja... A todo esto ¿Desde cuándo te llevas bien con Haddock y sus amigos?- Tuffnut la miró sonriendo poniendo nerviosa a su hija
-Papá, deja de hacerme tantas preguntas ¿Porqué no quieres que vaya?- Elsa disimulo su nerviosismo y levantó su plato de la mesa
-Quería... Quería presentarte a alguien-
-¿A alguien?...-
-Si, pero descuida. Será otro día, ve a divertirte-
-Eres buen padre Tuffnut- dijo Elsa depositando un beso en su mejilla -iré a dormir, pasaran por mi mañana temprano-
-Descansa, hija-.

Elsa se recostó en su cama, sintió un pequeño dolor en el pecho y cerró sus ojos evitando llorar. En las últimas semanas se había mostrado positiva y fuerte con Hiccup para darle ánimos, pero por dentro, a medida que el día se acercaba se iba sintiendo mas triste.
Después de unos minutos pensando y suprimiendo su malestar emocional se quedó dormida. Se despertó muy temprano en la mañana y tomó una ducha, se aseguro de no olvidar nada y se despidió de su padre que aún dormía plácidamente en su habitación. Pensó que sería mejor esperar afuera a sus amigas para no volver a despertar a su padre al salir.
Estuvo sentada bebiendo café de un termo mirando como poco a poco todo se iba iluminando cuando escucho unos pasos apresurados, no pudo evitar voltear a ver de quién se trataba y no pudo dejar de mirar. Era Eret que venía de regreso a casa después de correr, Elsa lo miraba como tratando de adivinar porque se llevarían tan mal él y Hiccup, otra vez no pudo evitar ruborizarse cuando el chico la miró y la saludó con una sonrisa mientras se detenía en su entrada. Escuchó a sus amigas llegar en el auto de Flyn, reaccionó del trance en el que había entrado y saludó sonriendo tratando de hayar la manera de bajar sus cosas.
-Déjame ayudarte- escuchó a Eret acercandose.
-No esta bien, yo..- trato de decir Elsa pero el chico ya había tomado sus cosas -Gracias...- rodó sus ojos sonriendo.
-No hay de que... ¡Que tal Flyn!- saludó al moreno que iba al volante mientras subía la maleta de Elsa a su cajuela.
-¿Que hay?- dijo Flyn sin mucho entusiasmo.
-Dijiste que no le hablabas...- dijo murmurando Merida dentro del auto.
-Bueno... Gracias, amm....- sonrió Elsa tratando de recordar su nombre.
-Eret, soy Eret- dijo él sonriendo.
-Bien, Eret. Gracias- la chica subió al auto.
-Nos vemos viejo- dijo Flyn dando marcha.
-Así que... Te llevas bien con Eret- dijo Rapunzel.
-¿Qué? No inventes, es la primera vez que le hablo-
-Aja... Pues ALGUIEN dijo que no le hablaba- dijo Merida mirando a Flyn.
-Preciosa... Es mejor llevarse bien con Eret Manodura- dijo el chico divertido.
-¿Preciosa?- dijo casi para si misma la pelirroja en un tono de molestia.
-¿Dónde estan Jack y Hiccup?-preguntó Elsa para cambiar el tema.
-Nos están esperando en casa de Ana, alguien debía pasar por ella para que la dejaran ir- contestó Rapunzel.
-Creo que hablo por todos cuando digo que será mejor que Hicc no sepa lo de Eret esta mañana- dijo Merida despues de un rato mientras se acercaban a casa de Ana.
-Si, supongo que será lo mejor- dijo Elsa sonriendo.
Llegaron a casa de Ana y todos bajaron del auto para saludar, especialmente Elsa y Rapunzel. Antes de salir de la ciudad se desviaron a comprar las cosas necesarias para el camino, planeaban que fuera el mejor viaje que hubiesen tenido hasta ese momento de sus vidas.
El camino se había hecho divertido con los chicos haciendo sus tonterías y con las chicas cantando lo que fuera que se tocara en la radio.
Al llegar a la casa corrieron a elegir en que parte de la casa dormiría cada quién; solo habían dos habitaciones con cama, en una se quedaría Jack con Rapunzel y en la otra Hiccup con Elsa, mientras que los demás se harían garabatos durmiendo juntos en la sala.
La casa tenía el espacio necesario para lo que querían, la parte de atrás tenía un asador con unas mesas y además tenía acceso directo a la playa como si fuera un patio trasero.
Todos bebían y jugaban corriendo unos tras los otros, se divertían como ya hacía tiempo que no lo hacían. Poco a poco todos fueron regresando a la casa para comer algo, todos menos Hiccup y Elsa que parecían niños sumidos en sus juegos.