Perséfone quería su vida de regreso, queria ser normal, pero eso no se puede cuando la muerte te persigue. Llega a Forks, se siente perseguida y asechada
¿Que sucede con ella?
Jasper Hale y Perséfone Jensen, dos almas gemelas sin saberlo, los vampi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Desperté con un pitido zumbando en mis oídos, estaba agotada y adolorida. Mi cabeza retumbaba en una ola de recuerdos vagos mientras que mi abdomen dolía. Fruncí el entrecejo ligeramente al inspeccionar la habitación. No reconocía el lugar. Me quité las cobijas de encima y bajé los pies de la cama, el frío de la madera debajo de ellos me hizo estremecer.
-Mierda, no recuerdo nada.-Murmuré para mi misma y me levanté caminando alrededor de la habitación. Era linda a decir verdad, rústica. La cama era enorme y las cobijas eran de un color rojo sangre que daban contraste con la madera oscura del cuarto, las cortinas-del mismo color de la cama-cubrían un gran ventanal, evitando que toda la luz pasara. Tenía un armario, un escritorio junto con algunos libros y un tocador, todo estaba perfectamente equilibrado. Tan bien que parecía un sueño. Me senté en el borde de la cama y retorcí mis manos en mi regazo, el lugar era agradable, sin embargo la incomodidad en mi pecho no me dejaba tranquila. Algo se me estaba pasando por alto, lo presentía.
La enorme puerta de madera de la habitación se abrió y me levanté de golpe con un ligero miedo, no recordaba nada y no sabía cómo había llegado ahí. Pero a decir verdad, si era un secuestro no me molestaría, el lugar se veía agradable.
Una chica rubia y delgada me sonrió de una manera que no sabía si me daba miedo o curiosidad. Era bonita. Tenía unos grandes ojos azules y una cara perfilada. Llevaba puesto un ligero vestido blanco y unas botas del mismo color. Fruncí el ceño y la miré por unos segundos más.
Se parecía mucho a-
-Qué bueno que ya despertaste, Elegida.-Esa palabra. La recordaba de algo. Ente cerré los ojos en su dirección y ella dio un paso al frente, haciendo que yo retrocediera por instinto, la chica soltó una risa nasal y me miró con curiosidad brillando en sus ojos.-Oye, tranquila. No voy a hacerte daño. Vine a guiarte.
-Perdón, ¿qué? No se si te des cuenta, pero acabo de despertar y no recuerdo nada. Así que, por favor, chica rara. Iluminame.-La chica me miró con los ojos entrecerrados y seguido soltó una risita qué de cierta manera me incomodó. Era extraña.