-Joven DeWitt Bukater, lo están esperando. -Una de las sirvientas entró a mi habitación--Mady, cuantas veces te he dicho que me llames "Daryl". -Sonreí dulcemente-
-Está bien! -Cierra la puerta- Daryl te están esperando. -Dijo entrando otra vez-
-Reí... Mucho mejor!
Había estado esperando media hora para que me llamasen, me había colocado una preciosa camisa verde menta, con un pantalón gris, acompañado de una gabardina color marfil.
Acomode mi cabello, y me gustó la forma en que algunos de mis rizos caían sobre mi frente.Delante de todo el mundo debía sonreír, y nunca dejar de hacerlo. Todos me conocían como el joven que siempre sonríe... Pero nadie sabe que esa sonrisa, en parte es obligatoria.
Mi nana, quien es la que me crió desde pequeño solo ella sabe la razón del vacío en mi corazón.Suspiré y me dirigí a la puerta, para luego abrirla y dirigirme hacia las escaleras. Iba bajando, mientras me tomaba de la baranda, observando a mi padre junto con uno de sus empresarios.
-Hasta que por fin bajas. -Dijo mi padre-
-Lo siento si es que me tarde. -Dije con educacion- Señor Evans, cómo está? -Le pregunté al señor que estaba con mi padre-
-Daryl, estoy muy bien y tú?
-Muy bien gracias! -Sonrei-
Luego de esas palabras nos dirigimos hacia afuera, el chofer nos estaba esperando, lo abordamos y nos dirigimos hacia el restaurante.
Al llegar, mi padre y su amigo se adelantaron un poco. Yo quedé atrás algo distraído. Siempre que acompañaba a mi padre a sus cenas me aburría mucho.
No puedo hacer nada más que escuchar y asentir con la cabeza. Iba mirando hacia el suelo cuando de repente sentí que choqué con alguien y éste cayó al suelo.-Lo siento tanto! -Me agache- Estás bien?
-Si. -Tosió- No hay problema... -Trató de sonreir-
-Seguro? -Le pregunté asustado-
-Seguro! -Sonrió y se levantó- Muchas gracias. -Me miró por última vez y siguió su camino-
Mientras él se iba caminando lo observé, era uno de esos vagabundos que rondan en la ciudad buscando ayuda. Seguí con mi camino, pero de mi mente no salian sus preciosos ojos verdes. A pesar de tener el rostro sucio, era muy hermoso.
-Hijo! -Me llama la atención mi padre- Que haces ahí? Entra...
-Lo siento papá. -Corrí hacia él- Me distraje y yo...
-No importa. -Me interrumpió y fue hacia la mesa-
*Narrado por Bernard*
Caminaba sin rumbo, ésta vez buscando si podía encontrar algo de comida. Hasta que siento que alguien choca conmigo, y yo caí hacia el suelo.
-Lo siento tanto! -Dijo una voz muy dulce- Estás bien?
-Si. -Tosi- No hay problema... -Traté de sonreír viendo sus perfectos ojos-
-Seguro? -Preguntó dulce y a la vez asustado-
-Seguro! -Sonreí y me levanté- Muchas gracias. -Lo miré por última vez y seguí caminando-
Un chico verdaderamente hermoso, y a pesar de ser un joven rico, fue muy amable y dulce conmigo. Espero volver a encontrarlo otra vez! Pero... No creo que exista una posibilidad, él es un chico rico, lleno de dinero... Y yo soy solo un vagabundo, que a nadie le importa.