-Bernard despierta! -Escuché a alguien detrás de la puerta- Rápidamente me levanté, tenía que trabajar.Me metí al baño y me di una rápida ducha, salí, me envolvi en la toalla y me vestí, ordené mi cama y listo; ya estaba todo perfectamente bien. Salí y vi el cielo por una de las grandes ventanas de cristal, era temprano, aún no salia el sol, me dirigí hacia la cocina donde los demás sirvientes se encontraban sentados en la mesa, mientras Christine les hablaba.
-Bernard, que bueno que llegas, sientate por favor. -Me dijo-
-Hice caso y me fui a sentar a una de las sillas que se encontraban disponibles y observé a los demás.
-Primero antes que todo, él es Bernard! -Sonrió Christine-
-Hola Bernard. -Dijeron todos-
-Hoja! -Respondí sonriendo-
-Ella es Lola. -La señaló, a una de las dos chicas que estaban sentadas en el extremo de la mesa- Él es Eugene -Lo señaló, un señor que estaba al lado de Lola- y ella es Mady -Señaló a la otra chica-
-Un gusto! -Dije-
-Bueno, ya que los presente, paso a decirte, estábamos hablando de que hoy habrá una cena importante y yo y los demás empleados no estaremos aquí, solo estarás tú. -Me sonrió-
Tenemos que ir al salón donde será la cena, debemos preparar absolutamente todo, y como un sirviente se debe quedar aquí por si el hijo del señor necesita algo, estarás tú.
-Bien! -Dije-
-El señor tampoco estará, ya que él tiene que hacer sus cosas.
-Esta bien...
-Y también te digo que el joven Daryl está enfermo, necesito que estés pendiente de él. Si puedes ir a verlo cada cierto tiempo, para ver si necesita algo, ahora él está en su habitación durmiendo... Y ahí -Señaló la mesa- tienes la lista de lo que debes hacer hoy en la casa mientras no estemos. Todo está claro?
-Muy claro! -Sonreí-
-Bueno Bernard, prepararé el desayuno para nosotros y luego para el señor y luego nos iremos.
-Está bien. -Asenti-
Luego de eso entre nosotros comenzamos a hablar, los demás sirvientes eran muy graciosos, ellos tenían una historia algo parecida a la mía, creo que con el tiempo terminaríamos siendo buenos amigos. Reíamos mientras Eugene nos contaba una de sus anécdotas de niño, fue muy gracioso, creo que llegué a estar tan rojo como un tomate de tanto reír.
Hasta que llegó Christine con el desayuno, comimos algo delicioso. Mientras desayunabamos continuábamos hablando, fue un momento muy agradable. Terminamos de comer y Christine limpió y preparó el desayuno del señor.
-Bernard espera aquí, no te vallas que iré a llevarle el desayuno a Daryl. -Me susurró- Yo asenti.
-Cómo puede ser que al escuchar el nombre de "Daryl" mi corazón se acelere como nunca? Esperé a Christine, cuando bajo me pidió que por favor yo sirviera la comida del señor ya que ella necesitaba cambiarse. Le respondí que sí, la serví y minutos después el bajó.
-Buenos días señor! -Dije educado-
-Buenos días. -Dijo y se sentó-
-Necesita algo más?
-No. Puedes retirarte. -Dicho eso me retiré de ahí volviendo a la cocina-
Comence a leer la lista de cosas que debía hacer:
-Ordenar la habitación del señor
-Lavar la ropa sucia
-Limpiar toda la casa... Ésto será un trabajo duro!
-Bernard! -Me llamaron-
-Mady, qué pasa?
-Ya nos vamos, suerte! -Me tocó el hombro-
-Suerte a ustedes. -Sonreí-
Me despedí de todos, luego de Christine.
-Recuerda Bernard, mantener al tanto de Daryl por si necesita algo, contesta las llamadas, y si alguien viene ya sabes lo que debes decirle. Bueno me voy! -Me abrazó- Hasta pronto!
-Que les vaya bien. -Sonreí y cerré la puerta-
Volví a la cocina, tomé la lista para comenzar con las tareas de la casa.