CAPÍTULO 28

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Draco y Harry descendieron del aire, riendo y compitiendo en un último juego de acrobacias en su escoba tras el partido amistoso de Quidditch entre Gryffindor y Slytherin, que había terminado con una victoria para Gryffindor. A medida que aterrizaban, el aire fresco y vibrante del campo les llenaba los pulmones, pero la risa pronto se desvaneció en una sensación de agotamiento agradable.

—¡Eso fue increíble! —dijo Harry, todavía emocionado, mientras se deslizaba hacia las bancas.

Draco, con una sonrisa satisfecha y el pelo alborotado por el viento, se dirigió a su botella de agua. Pero antes de que pudiera beber, escuchó la respiración entrecortada de Theodore Nott, quien apareció corriendo, su rostro rojo por el esfuerzo.

—Lo... siento... mi... clase... se... alargó —jadeaba Theo, apoyando ambos brazos sobre las rodillas mientras intentaba recuperar el aliento. Su voz temblaba de cansancio, cada palabra le costaba.

—Es mejor que te sientes, Theo —dijo Harry con tono comprensivo, ayudándole a llegar a la banca con un gesto firme.

—Toma, bebe un poco de agua —aconsejó Draco, sosteniendo la botella como si fuera un salvavidas.

—No puedo, esa es tuya —respondió Theo, contando entre sus gemidos.

—No te preocupes por eso. Compartiré la de Harry —replicó Draco, mirando a Harry con una causa decidida. Harry asintió con complicidad, y Theo tomó la botella, casi devorándola en su prisa; el líquido se deslizaba por su garganta con alivio, pero Draco notó un brillo extraño en los ojos de su amigo.

Al poco tiempo, Theo se sacudió, levantándose de golpe, sorprendiendo a todos con su repentina energía, como un resorte.

—Hermione... ¿Dónde está Hermione? —exclamó, su voz llena de urgente entusiasmo que no pasaba desapercibido.

Los chicos intercambiaron miradas confusas, los rostros de Draco y Blaise reflejaban inquietud. Draco se levantó de su sitio al lado de Harry y se acercó a Theo, observando sus movimientos con atención.

—Theo... ¿estás bien? —preguntó, notando cómo la piel de Theo se iluminaba como si una emoción poderosa lo hubiera atravesado. Era un comportamiento inusual para él.

—Sí, sí... debo encontrar a Hermione —insistió Theo, su mirada perdida en la distancia, como si ella fuera un faro en medio de un mar oscuro.

—¿A Hermione? —preguntó Blaise, acercándose también con el ceño fruncido. —¿Por qué?

Draco sintió un escalofrío recorrer su espalda. Algo no estaba bien. La intensidad en la voz de Theo, la desesperación en su búsqueda, le pareció poco habitual.

La reacción de Theo, aunque rápida, confirmaba sus temores. Había algo en la forma en que su voz vibraba y la manera en que sus ojos brillaban que no encajaba. La idea de que una poción, un potenciómago que podía atrapar a alguien en una obsesión, pudiera estar en juego, se asentó en su mente como un peso preocupado.

Mientras los demás observaban, una chispa de alarma cruzó el rostro de Draco. La confusión y la creciente ansiedad en el aire parecían tangible. Ron, quien había estado en silencio, ahora miraba a Theo con la misma ansiedad.

—¿Por qué tan apresurado por Hermione? —murmuró Ron, su voz apenas audible, pero marcada por la preocupación.

La respuesta de Theo era solo una sombra de sí mismo, una versión alterada por la magia, y Draco se dio cuenta de que debía actuar, pero ante todo, tenía que averiguar con certeza qué lo había llevado a este estado.

—Theo, espera. Vamos a buscarla juntos —dijo Draco, pero dentro de él crecía un conflicto entre la lealtad a su amigo y la necesidad de protegerlo de las sombras encantadas que lo rodeaban.

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2024 ⏰

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La tercera en Discordia - DRARRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora