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024. Dylan Hoffman
El pelirrojo estaba recostado en su cama con la espalda apoyada en un montón de almohadas mientras sostenía su teléfono en las manos. En la pantalla, Ruby aparecía relajada sentada en su escritorio, con su cabello rubio perfectamente recogido en un moño desordenado. A pesar de la distancia, la confianza entre ellos había crecido y Lukas sabía que podía hablar con ella de cualquier cosa. Sin embargo, esta conversación era diferente. Había un nudo en su pecho que no desaparecía, y necesitaba sacarlo de alguna manera.
—No sé qué hacer, Rubs —admitió finalmente pasándose una mano por el pelo rizado. Sus palabras estaban cargadas de frustración y un toque de miedo.
Ruby arqueó una ceja, apoyando el mentón en la palma de su mano mientras lo miraba con atención.
—¿Por qué siempre tenés que pensar tanto, Lukas? —preguntó con una mezcla de ternura y exasperación.
—Porque no es tan simple. Si fuera sólo entre nosotros, tal vez sería más fácil, pero esto no es sólo Walker y yo, Ruby. Está todo el mundo ahí afuera: las redes sociales, los fans, los periodistas, el trabajo. Todo.
Ella entrecerró los ojos inclinándose un poco hacia la cámara como si quisiera atravesarla para mirarlo más de cerca. —¿Y qué? ¿qué tiene que ver eso con lo que sienten ustedes dos?
—Tiene todo que ver. ¿Sabés lo que puede pasar si esto se hace público? Las redes pueden ser crueles, podrían destrozarnos y no quiero poner a Walker en esa posición.
—Okey, entiendo que te preocupes, pero ¿por qué asumís que va a ser algo malo? Lukas, si él te hace feliz, ¿qué más importa?
—No sé si estoy preparado para eso. Ni siquiera estoy seguro de lo que Walker quiere, nunca hablamos de hacerlo oficial. Esto siempre fue algo entre nosotros, algo privado.
—Bueno, por lo que me contás, Walker está tan loco por vos como tú por él —sonrió en confianza—. Si no quieres arruinar nada, la solución es simple: hablalo con él.
—¿Y si lo arruino? —cuestionó bajando la mirada hacia la pantalla, con una expresión de preocupación.
—Lu, no podés vivir siempre con miedo de arruinar las cosas. Si Walker te ama, y, seamos sinceros, por lo que me dijiste lo hace, entonces él va a entender lo que sea que sientas. Pero no puedes quedarte en esta incertidumbre.
—Tal vez tengas razón, pero tampoco quiero que sienta que lo estoy presionando.
—¿Lukas enamorado teniendo miedo de presionar? —llevó una mano a su pecho para fingir dramatismo— ¿quién lo diría?
