Sigewinne picó la mejilla de Wriothesley con su dedo índice varias veces hasta que logró despertarlo. El pelinegro pasó por un momento de confusión, dejando que su mirada se acostumbrara poco a poco a la luz, reconociendo casi al instante a su hermana menor encima suyo y preguntándose en su mente qué hora sería.
—Wriothesley, alguien está en la puerta —empezó a explicar la niña—. Creo que es el señor Neuvillette, estuve por abrir porque se escucha preocupado, pero después recordé lo que me dijiste sobre nuestras palabras secretas, así que se las pregunté... No se las sabe.
El mayor dejó una caricia suave en el cabello de Sigewinne. Le daba gusto que ella jamás rompiera la regla de no abrir la puerta a nadie que no fuera capaz de decir la contraseña que se habían inventado por seguridad, incluso si la persona del otro lado aseguraba ser alguien que ya conocían.
—Muy bien, Winne —dijo antes de apartarla con cuidado y levantarse de su cama—. Vamos a ver... Puede que sí sea Neuvillette y que se esté congelando ahora mismo, le tendremos que enseñar cuáles son las palabras secretas para que no vuelva a pasar por una situación así.
Wriothesley fue a abrir la puerta y la pequeña de cabello azul pastel lo siguió con curiosidad. Tan pronto como la mirada del pelinegro se encontró con la de Neuvillette, éste no dudó en avanzar hasta quedar dentro del apartamento, aunque la baja temperatura en el exterior no era el único motivo. Bastaba verlo durante un segundo para darse cuenta de que algo lo tenía inquieto.
—¡Wrio! ¿Te encuentras bien? ¿Sigewinne se encuentra bien?
—Hola, Neuvi. Feliz inicio de año —fue todo lo que respondió mientras cerraba la puerta—. Estamos bien, pero... ¿Qué hay de ti?
Le dedicó una sonrisa sincera a Neuvillette, experimentando luego una muy agradable calidez en su pecho cuando el mismo colocó ambas manos sobre sus mejillas. No importaba que la tela de sus guantes estuviera fría.
—Ayer no contestaste mis mensajes y tampoco atendiste mis llamadas. ¡Pensé que te había pasado algo malo! ¡O a la pequeña Sigewinne! De haber podido venir antes, lo habría hecho, créeme —frunció el ceño—. Furina me dijo que te vio en la tarde y que conversaron, pero eso fue todo.
Wriothesley entonces recordó que no había revisado su teléfono para nada desde que habló con la prima de su novio en Epíclesis. Esa conversación que tuvieron en la oficina de la mujer fue más que una confesión para él y lo dejó convencido de que quería encontrar un lugar que lo pudiera hacer auténticamente feliz. Pasaron tantas cosas por su cabeza que llegó al punto de preferir dedicar el resto del día a relajarse antes de que sus pensamientos se convirtieran en un nudo enorme, por ello ni siquiera le prestó atención a las llamadas o mensajes que mencionó el de cabello platinado, aunque recién veía la preocupación que le había causado con su acción.
Subió sus manos hasta las mejillas ajenas, como si lo estuviera imitando, y las acarició con suavidad.
—Lo siento —casi susurró—. Mira, estoy aquí y estoy bien, no pasó nada.
—Wrio —lo miró fijamente—, te lo suplico... Dime qué sucede —también le hablaba con voz suave—. Estás actuando de una manera que no puedo entender. Sé que algo cambió desde que mi padre habló contigo, ¡pero no sé qué es! Sólo... dímelo, por favor. Y si puedo ayudar de alguna manera, lo haré, te lo prometo.
El pelinegro dejó un beso fugaz sobre los labios de Neuvillette, finalmente lo soltó y dio un paso hacia atrás para que él también pudiera bajar sus manos. Era evidente que el mayor no había descansado ni un poco la noche anterior. Antes de volver a abrir la boca, Wriothesley lo ayudó a quitarse su bufanda, sus guantes y su gabardina para que estuviera más cómodo.
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Cerca de ti | Wriolette
FanfictionCreció convencido de que nadie podría amarlo... hasta que conoció a Neuvillette y le permitió entrar a su vida. ⛓️ AU : Entorno moderno.