Capitulo 5

271 29 3
                                    

•Oliver

Abrí los ojos de golpe, gracias al terrible sonido del despertador.
Me levanté y fui directo al baño a darme una ducha, al salir, me vi en el espejo y el color de los moretones en mi rostro no se hizo esperar.
Abrí el ropero y agarré lo primero que vi, una playera azul marino de mangas largas y unos pantalones negros, antes de serrar la puerta del ropero, llamó mi atención la caja donde hay varias bolsas pequeñas de cocaína, lo cual me recuerda que ayer no sentí ninguna desesperada necesidad de inhalarla, cerré la puerta y me vestí.
Tome mi mochila y salí de casa, no sin antes regresar a mi cuarto y guardar una bolsita de cocaína en mi mochila.
Me dirigí a la estación de autobuses y afortunadamente acababa de llegar el que tomaría.
Al llegar a la estación a la que quería llegar, baje y camine hasta llegar al pequeño restaurante donde casi siempre desayuno.
Entré y me senté en la primera mesa libre que vi.
Al instante una mesera rubia llegó a tomar mi pedido.

—¿Que se te ofrece,cariño?... Wow!!.Pero, ¿que te paso en la cara?— lo dijo sorprendida pero de una manera un tanto coqueta.

Tuve una pelea y... Creo que sólo serán huevos estrellados con tocino y pan tostado, y de beber jugo de naranja— dije sonriéndole de lado.

Oh!,cielo... — exclamo de nuevo de una manera coqueta, se acercó a mi dejado su boca en mi oído — ...creo que yo tengo la cura para ello— susurro con un tono sexy, se alejo —en un momento te lo traigo— dijo en un tono normal y guiñando un ojo.

Gracias— lo único que hice fue dedicarle una sonrisa coqueta y antes irse se lamió el labio superior de una manera provocativa.

No la había visto, creo que es nueva, era bonita y de muy buen cuerpo, pero el hecho de coquetearme hizo que mi primera perspectiva de ella fuera la de una "chica fácil" y eso no es lo que buscó en una relación seria, por que todos saben que sólo sería un encuentro de una noche y ella no estaba mal como para no seguirle el juego a esa sabiduría.
Se escucho la puerta del restaurante abrirse lo cual me saco de mis pensamientos, para mi sorpresa era Nataly la que entró. Se sentó en la barra, de pronto giró la cabeza y en su expresión se le pudo notar cierta sorpresa al verme, sonrió, me saludo con su mano extendiday con sus labios articulando la palabra "Hola". Yo solo sonreí y con las manos hice señas para que se sentará con migo; no fue impulsivo, quería que se sentara, para así tener la oportunidad de pagarle el desayuno, tratando de alguna manera agradecerle lo que ella había hecho por mi, se que eso no es suficiente pero con el tiempo haré mas cosas para poder hacerlo. Si no me hubiera detenido cuando iba a lanzarme por el risco, ahora estaría muerto.

Ella se acerco y se sentó en frente de mi.

Hola, no esperaba encontrarte aquí— dijo con una sonrisa iluminando su cara.

Ni yo a ti

La rubia se acercó a tomar el pedido de Nataly, y en su expresión se podía notar seriedad.

Buenos días, ¿Que se te ofrece para desayunar?— dijo extendiéndole el menú a Nataly, sin verme disimulando que lo anterior no había pasado.

mmmm...— dijo dudando por unos segundos viendo el menú —Creo que será un emparedado de jamón, un coctel de frutas pequeño y café.

Ok, en un momento te lo traigo— la rubia contesto con cierta pereza hacia Nataly y se alejo.

—¿Siempre vienes a desayunar aquí?— preguntó con curiosidad.

Si, verás, no se cocinar mucho y aquí la comida no esta nada mal.

Emitió una risita —ok...y ¿Cómo va?— dijo señalando con su dedo su propia cara para referirse a mis moretones.

Bien, sólo duele cuando toco

La mesera llego con nuestra comida. Empezamos a comer y no volvimos ha hablar. Hasta qué terminamos.

Estuvo rico...— dijo Nataly rompiendo el silencio cuando término, miro su reloj y suspiro sorprendida — lo siento me tengo que retirar— miro a todos lados en busca de la mesera para pedir la cuenta.

No te preocupes yo pago— se que suena tonto al tener una gran deuda pero... Le tengo que agradecer lo que ella hizo por mi.

Ella solo me miro un poco ruborizada —No, no es necesario— dijo un poco apenada.

Vamos, no es ninguna molestia y no acepto que sigas diciendo que no— complemente con un condicionamiento tal como ella lo hizo ayer.

Ok...esta bien— lo dijo muy apenada— pero sólo por esta ves.

Reí por lo bajó —Ok... ¿En qué trabajas?

—Por el momento está por definirse.

— ¿Definirse?— no entiendo eso.

ah... Sí, es que ahora voy a una entrevista de trabajo— dijo levantándose y agarrando su bolso —Muchas gracias, Oliver, Hasta luego— se alejaba y yo solo sonreí y me despedí de ella agitando mi mano extendida.

Termine de comer y pedí la cuenta, la rubia llego con una cara sería y me dio la cuenta.

Dime, ¿qué te hizo cambiar tan rápido de humor?— dije viéndola de reojo

Bueno, pues no sabía que tenías novia y aún así coqueteaste con migo.

— ¿Novia?, ni yo lo sabía

No te hagas el mogigato

—¿De qué hablas?

Tú y la chica que se acaba de ir son novios.

Di una pequeña carcajada –oye yo y ella sólo somos conocidos y ya.

—¿En serio?— dijo levantando una ceja algo sorprendida.

Si— dije dándole la carpeta de la cuenta con el dinero exacto.

Sonrió y tomó la carpeta, estaba a punto irse cuando se arrepintió y volvió
—¿Tienes planes esta noche?— dijo con una sonrisa coqueta.

No

— ¿Te párese bien si nos vemos hoy en la noche?

Sí, ¿a qué hora?

Salgo a las 8... Por cierto me llamo Kelly.

Sonreí —yo me llamo Oliver.
Me levanté y colgué mi mochila en mi hombro
entonces a las 8 será.
Me despedí de ella con un beso en la mejilla y me fui.

Deathbeds |• Oliver Sykes •|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora