Capitulo 2

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Desperté... desgraciadamente sigo con vida, no tuvo ningún efecto una dosis más de heroína en mi.
Otro día mas, sin saber que hacer de mi maldita vida.
La mañana era fría, pero el sol resplandecía y entraba por mi ventana.
Mi celular empezó a sonar, Era Danny.

Danny, que quieres?

—jajaja Buenos días Sykes, sabes no sólo eres un drogadicto hijo de puta, sino también eres un maldito estúpido que tiene el descaro en preguntar que es lo que quiero cuando la respuesta es obvia, ¡¡¡quiero mi maldito dinero!!!

Ya te dije que necesito que me des tiempo, en lo que lo consigo.

—¡¡¡más!!!, Con quien carajos creas que tratas, yo no soy un maldito avonero.

Lo se, lo se, pero en una semana te lo doy todo

—Ok, una semana Sykes, ¿entendiste?, Una semana tienes para pagarme, pero si no lo haces tu vida será mi paga— Colgó sin más.

<<Demonios, que haré para pagarle a Danny>>.
Yo soy tatuador, pero últimamente casi no he tenido clientes, y creo que así seguirá siendo por una larga temporada.
En serio, no se qué voy a hacer para pagarle a Danny. Si no lo hago el me matará.
Pero... ¿por que me preocupo por vivir?, no tengo familia, ni siquiera un maldito perro que mueva el rabo de emoción al llegar a casa, y en cuanto a una pareja sentimental mucho menos.
Decidí pararme de la cama y me metí a la ducha, al acabar me vestí y fui directamente a la cocina, cuando de repente un papel tirado en el suelo delante de la puerta llamo mi atención, fui por el para leerlo.

«Sabes que Oliver, mejor quiero el dinero para hoy a más tardar a las 8:00 de la noche, en el callejón de siempre.
Si no está a esa hora... creo que no hace falta mencionarlo.
Danny.»

Me recargue en la pared que se situaba detrás de mi y me deje caer poco a poco, hasta llegar al suelo. Una lágrima corrió por mi mejilla, ¿que carajos puedo hacer para pagar?, ¿Por qué tuve que enviciarme con las drogas?.
No se qué hacer.
Agarre mi suéter gris de lana y una mochila donde metí mi cuaderno de diseños,y decidí salir a caminar para ver que se me ocurría para pagarle a Danny.

Mi vida, en definitiva estaba acabada.
Mis pies me llevaron a la estación de autobuses y espere a que llegara uno. Mientras lo esperaba, una chica llego corriendo. La verdad no le tome importancia hasta que note que se me quedaba mirando, por lo cual volteé a verla, ella se sonrojó y sonrió, yo solo moví mi cabeza en señal de saludo. El autobús llego y casi choco con ella al tratar de subir, la deje pasar primero, digo, no tengo nada que perder con hacer eso. Me senté y lo único que hice fue ver a través de la ventana. El paisaje era hermoso, con ese sol asomándose entre los árboles y me concentre en él todo el camino.
El autobús paro en la estación a la que quería llegar y baje.
Decidí caminar por la carretera, hasta que llegue al inicio de la entrada del bosque, la cual daba directo hacia el risco.
Quería pensar que podía hacer para pagar mi deuda, sin que el medio de pago implicara mi vida.
Me senté en una piedra que estaba muy alejada de la orilla del risco.
Sinceramente no se me ocurre nada para liquidar mi deuda.
Eran las 9:00,no tenía nada que hacer así que saque mi cuaderno de diseño y empece a dibujar lo único que pasaba por mi mente, muerte, así que ¿por que no dibujarla?.
Creo que al ver el resultado hizo que tuviera más preocupación por lo que probablemente va a pasar.
Estaba totalmente desesperado, no sabía que hacer, arranqué la hoja en la que acababa de dibujar y la destruí con mis manos.

La necesidad de drogarme se apoderó en ese momento en mi. Me puse a caminar como loco por todos lados.

— ¡¡¡ESTO ES UNA TOTAL MIERDA!!!— grite lo más fuerte que pude

Mi desesperación me llevo hasta el suelo, donde lo único que podía hacer era golpearlo con mis puños. Una vez cansado de hacerlo, me tire completamente al suelo en posición fetal. Mi respiración era acelerada, las lágrimas, de mis ojos comenzaban a emerger, así permanecí por lo menos 10 minutos, hasta que me quede dormido.

[...]

Al despertar, mire mi reloj, eran las 12:00, ¿tan rápido avanzaba el poco tiempo que me queda?.
Me senté de nuevo en la roca y mire hacia el horizonte pero...
¡¡¡NO LLEGA NINGUNA IDEA DE QUE HARÉ!!!

Me siento terrible tengo en definitiva que inhalar cocaína.
Busque apresuradamente,en mi mochila y afortunadamente la encontré, saque la pequeña bolsa donde se encontraba la mejor cosa que me quedaba en este mundo. La inhale y se sintió como estar en la gloria, desgraciadamente era todo lo que me quedaba.
Al pasar el efecto, reconforte mis 5 sentidos, y vi la carta.
Suspire la vi fijamente hasta que vi que el tiempo no me perdonaba, eran las 3:30.

Sí voy a morir mañana a manos de un idiota, ¿por que simplemente morir hoy por decisión propia?

Camine, recorriendo la distancia sobrante para llegar al risco, y vi como el risco se acercaba más y más con forme daba pasos lentos, seguí y seguí caminando, no planeaba parar.
Una vez en la orilla, me sentí más convencido que nunca a saltar. No había ninguna otra forma de arreglar mis deudas.

-¡¡¡NO LO HAGAS!!!

Al instante oír eso alguien halo de mi brazo, retirándome del borde del risco y tirándome al suelo.
Al observar, vi que era la misma tipa que me miraba en la estación de autobuses en la mañana, tenía la cara de preocupación.

—¿Estas bien?¿por qué lo ibas a hacer?¿acaso estas loco?— lo dijo rápido agarrando mi brazo, la última pregunta hizo que me enojara.
Retire mi brazo de manera brusca para que me soltara y me levanté del suelo, la vi feo por unos cuantos segundos, me di la vuelta y me dispuse a retirarme de ahí para ir a casa.

-¡Oye, te estoy hablando! - me detuvo de nuevo agarrando mi brazo e hice lo mismo que hace rato, zafarme de ella.
La voltee a ver, la agarre fuerte de los hombros con ambas manos y le dije.

No te metas en lo que no te importa — y la solté con brusquedad alejándome de ella.
No voltee, ni siquiera para ver su expresión. Agarre mis cosas y me dirigí al bosque.
Camine por toda la carretera y decidí ir a un bar cercano.
Al entrar, vi que había varias personas, lo primero que hice fue sentarme en los bancos frente a la barra y pedí un trago.

Al lado de mi pude observar a un tipo totalmente ebrio, dormido sobre la barra. Su billetera se asomaba por el borde de la bolsa de su chamarra.
Vi hacia todos lados para ver si alguien me miraba y para mi suerte no. Decidí con cautela extraer su billetera, nunca había hecho algo parecido pero esto era de vida o muerte, una vez en mis manos la billetera, la abrí, tenía mucho dinero y saque la mitad.
El barman vio todo y moviendo la cabeza con decepción se acercó a mi y...

Oye amigo, tanto como yo, tu sabes que eso no se hace y no intentes negarlo...
Si no quieres que llame a la policía... dame la mitad de lo que le dejaste.

«Genial, esto me faltaba»
Le di lo que quería y regrese la billetera a la chamarra.
Fue un placer hacer negocios contigo — dijo el desgraciado alejándose a atender a otro cliente.

Seguí tomando y tomando, hasta quedar levemente ebrio.
Vi el reloj eran las 7:45, tenía que ir al callejón para pagar mi deuda.

Me dirigí al callejón y efectivamente ahí estaba Danny esperándome...

Deathbeds |• Oliver Sykes •|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora