Capitulo 1

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Ya era de día?, Dios siento que no he descansado nada.
Rayos ya son la 7:05!!!
Se supone que tenía que estar en una entrevista de trabajo para un puesto como secretaria a las 7:40.
Como pude me arregle y salí corriendo.
Llegue a la parada dos minutos antes que saliera el autobús de las 7:20 así que me relaje y descanse tantito.
Al lado de mi note a un chico con cabello algo largo, repleto de tatuajes, destacando una rosa en su cuello, con un gorro negro y un suéter de lana gris, tenía la mirada perdida, su rostro aparentaba tristeza y angustia.
Volteo a verme, al percatarse de que lo estaba mirando, no pude hacer otra cosa más que sonrojarme de la vergüenza al ver sido descubierta, el solo hizo un gesto alzando la cabeza en son de saludo pero aún con la mirada triste, al cual sólo mostré un sonrrisa tímida, al ver que el no pasaba un buen momento, decidí mirar a otro lado y así evitar que su día se viera mas perjudicado por una fisgona como yo.
El autobús llego, yo iba camino a la puerta de entrada, pero el chico que estaba alado, iba a la par de mi, y con caballerosidad, dejo que yo pasara primero, extendiendo el brazo con la mano extendida indicando que pasara. Subí, pague mi pasaje y me fui a los lugares de hasta tras.
Como no tuve tanto tiempo de arreglarme, empece a maquillarme, no era usual que lo hiciera, pero esta vez era algo especial, por que tenía que dar una buena impresión en la entrevista.
Acabe rápido, debido a que no me maquillo mucho o más bien, no tenía tanto maquillaje en mi bolsa, como muchas mujeres.
Al no tener ya nada que hacer, decidí ver por la ventana, era una mañana muy bonita, se podía notar la pureza del sol atraves de los árboles del bosque. Al mirar hacia el frente, pude ver al anterior chico de la estación, veía hacia la ventana, como sí ya nada valiera la pena, como sí no hubiera razón para seguir viviendo, o tal vez como haber recibido la peor noticia de la vida.
El autobús se detuvo, puesto que abia llegado a la siguiente estación. El chico del tatuaje de la rosa en el cuello, se levantó y camino hacia la puerta de salida. sentía lástima por el, jamás abia visto a una persona tan triste.
El autobús arranco de nuevo, para ir hacia la siguiente estación, la cual era mi destino. Voltee hacia atrás y vi que aquel chico estaba caminando, con la mirada fija en el suelo, por la orilla de la carretera. No se sí lo vuelva a ver, pero, ojalá todo se resuelva para el.
Por fin, llego el maldito autobús a la estación donde yo bajaría. Corrí lo más rápido que pude, hacia el edificio donde sería mi entrevista, entré y una linda mujer me recibió con un amable saludo, di mis datos para registrarme y pasar a la entrevista.
Dentro de la oficina, el jefe pidió que me sentara, lo cual hice, ya el enfrente de mi empeso.

Natealy Roberts, ¿verdad?

Si

Mucho gusto, mi nombre es Christopher Becher , su jefe, claro dependiendo si la contrato—era un hombre de aproximadamente 34 años muy bien conservado, rubio de tes blanca, hay que admitirlo, era atractivo.

Gracias, el gusto es mío—dije con una sonrisita, la cual fue correspondida por el.

Dígame, aparte de ser bonita, que otros atributos tiene para que la contrate— dijo en un tono un tanto coqueto y levantando una ceja, lo cual para ser sincera me resulto algo incomodo.

mmmm... bueno, tengo un buen nivel en computacion, estoy graduada de la universidad y ...— lo demás no lo pude completar, debido a que se paseaba a mi alrededor como sí fuera un León, ¿me estaba acechando a caso?, tenía una cara rara la cual no me queda más que describirla como de lujuria.

Sabe algo, dejemonos de esas tonterias, usted sólo necesita hacer una cosa para poder ser contratada— lo dijo acercándose demasiado a mi, se separó un poco, le dio la vuelta a la silla donde me encontraba sentada y en mi oído susurro —...sólo una— al instante voltee a verlo muy confundida, y me beso a la fuerza, con una mano agarrando mi seno de manera salvaje y con la otra toqueteando todo lo que podía de mi cuerpo.
No vi otra alternativa, más que morderle el labio e inmediatamente se separó.

— ¡¡¡MALDITA PERRA!!!

El se estaba acercando muy furioso hacia mi, opte por darle una patada en el área más débil de los hombres. El solo se tiró al suelo, gimiendo de dolor.

¡¡¡No me vuelva a tocar en su jodida vida, ¿Me escucho?!!!

Y no podía irme sin antes volver a darle una patada en el estómago.
Salí del edificio y me dirigí a un establecimiento de comida rápida y me compre una hamburguesa (tenía mucha hambre). Después de comer mi hamburguesa, fui a un lindo parque y me siente en una banca y me quede viendo el paisaje.
No se cuándo, pero me quede dormida, note y había muchos niños jugando por lo cual definí que ya era tarde, y así es, eran las 3:30.
Me pare de la banca y me dirigí al supermercado, tenía que ir por comida.
Salí del supermercado con una sola bolsa. Me dirigí a la estación de autobuses, pero el siguiente llegaba a la 4:30 y apenas eran las 4:00 «Bueno, tal vez caminar no me hará daño», aparte quería pasar al risco y ver el atardecer.

Demonios, no recuerdo que fuera tan larga la carretera.
Encontré la entrada hacia el bosque, que se definía por una senda que se había dibujado por el paso de personas.
Hace mucho que no venía por aquí, todo estaba ligeramente verde, debido a que destacaba mas el café obscuro del tronco de los árboles. A lo lejos pude ver que me acercaba y el lindo sol se notaba entre los árboles.
Acabe el caminito y al llegar al inicio del risco pude ver la silueta de alguien, por la forma pude definir que era un hombre, caminando lentamente hacia la orilla del risco decidido a no parar.
—¡¡¡ ESPERA, NO LO HAGAS!!!
Solté todo lo que traía y corrí tras de el...

Deathbeds |• Oliver Sykes •|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora