CAPITULO 8 -EL TORNEO DEL HÉROE PARTE 2-

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DÍA 14 SALA DEL GRAN HOTEL DE CIUDAD CELESTE 8:00 PM

La sala principal del Gran Hotel de Ciudad Celeste era un lugar imponente, con un techo decorado con intrincados frescos de colores cálidos que contaban historias de antiguos héroes y leyendas de la región. Grandes lámparas de araña de cristal colgaban majestuosas, arrojando una luz suave y dorada que bañaba el salón en un aura de elegancia intemporal. Las paredes estaban revestidas de paneles de madera oscura, intercalados con columnas de mármol blanco que brillaban bajo la tenue iluminación.

El sonido de conversaciones tranquilas y el tintineo ocasional de copas llenaba el ambiente, mientras los huéspedes del hotel se mezclaban en el salón. Algunos se sentaban en sofás tapizados de terciopelo rojo junto a chimeneas encendidas, disfrutando de la calidez del fuego que contrastaba con el aire fresco de la noche que se filtraba a través de las ventanas abiertas. Otros paseaban entre las mesas bajas, adornadas con jarrones de flores exóticas y candelabros de plata, cuyas llamas parpadeaban con suavidad.

Zikora se encontraba en el centro de esta escena de lujo, pero a la vez completamente desconectada de ella. Sin su casco, su rostro quedaba expuesto, y sus ojos, de colores distintos, se movían inquietos, buscando algo o alguien que no estaba allí. Su cabello caía desordenado alrededor de sus hombros, y su postura, rígida y algo desorientada, contrastaba con la calma refinada del lugar.

—Zikora, no sabía que te hospedabas aquí —dijo una voz familiar detrás de ella. Era Skibidi, con su sonrisa relajada y una ligera inclinación en la cabeza.

Zikora volteo aliviada.

—Me da gusto verte, no encuentro ese tal elevador, comó se ve?—Preguntó Zikora con un tono sincero y curioso.

Antes de que Skibidi pudiera hablar Zikora lo interrumpió.

—Todos aquí se ven iguales, visten ropas finas por algún motivo, tal vez quieran encajar en algún lugar—Dijo Zikora moviendo su cabello.

El movimiento de su cabello reveló su cuello, limpio y sin rastro de la marca que normalmente ardía como una advertencia. Skibidi frunció el ceño al notarlo.

—Zikora... qué le pasó a tu tatuaje? —preguntó con cautela, señalando el lugar donde solía estar la marca.

—Lo oculté con un hechizo—Contestó Zikora de manera natural.

—Un hechizo?, algo así como maquillaje?—Preguntó Skibidi mientras Zikora ladeaba la cabeza, pensativa.

—Creo que si— dijo Zikora sin saber que es el maquillaje.

—De igual manera ven, te llevo al elevador—Dijo Skibidi.

—Gracias, quiero conocerlo—Dijo Zikora emocionada.

Skibidi la guio hasta una puerta metálica pulida que brillaba bajo las luces del hotel. Al tocar el ícono de una flecha hacia arriba, las puertas se deslizaron suavemente para abrirse.

—Wow... esto esta increíble—Dijo Zikora mientras entraba, sus ojos recorrían las paredes metálicas y un cristal que mostraba el exterior.

—Dónde está el señor elevador?— preguntó Zikora mirando en todas direcciones.

Skibidi dejó escapar una risa breve.

—Tonta, esto es el elevador—Dijo Skibidi.

—A quién le dijiste tonta?— respondió Zikora, frunciendo el ceño antes de pisar el pie de Skibidi con fuerza.

POKÉMON ISEKAIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora