Era una fria mañana en la agencia de detectives Mouri, como siempre muy temprano Ran se levantaba para preparar el desayuno a su padre y al pequeño niño que cumplia ya dos años viviendo con ellos.
Este no era un dia normal, pues era el segundo 14 de febrero donde su amigo de la infancia y amor secreto no estaría junto a ella, hace mucho tiempo que no le veía y las llamadas ya no eran tan frecuentes como antes, lo que se notaba en su triste mirada.
Aun era temprano, la muchacha preparaba silenciosa una receta para chocolates que habia leido en una revista, sus pensamientos de pronto fueron interrumpidos por una pequeña voz que provenia de la entrada de la cocina.
-Buenos dias Ran-neechan- sonreia el niño mientras refregaba sus ojos y se acomodaba sus gafas.
-Buenos días Conan-kun- decia la chica devolviéndole la sonrisa.
-Que haces despierto tan temprano, hoy es Sábado y no debes ir a la escuela.
-No tengo sueño, además puedo acompañarte, tu también te levantaste temprano, debes hacer algo hoy?- preguntaba inocente sabiendo que para ambos era un triste día.
-Pues sí, saldré con Sonoko, además pasaré por casa de Shinichi a dejar el chocolate que le he preparado.- sonreia melancólica.
Conan no podia seguir hablando porque un nudo en su garganta se lo impedía, la mirada de Ran en ese momento era el peor castigo que podria recibir.
-Si quieres puedo acompañarte, hoy iré a casa del profesor Agasa a jugar- respondia el niño sin mirar los ojos de la chica que amaba.
-Está bien, vamos a desayunar entonces- la muchacha salió de la cocina tomando la mano del niño dejando enfriar los dulces recién elaborados.
Kogoro como siempre seguía profundamente dormido debido a la noche de alcohol anterior, por lo que solo ellos desayunaban en silencio.
Conan había notado algo extraño cuando Ran cocinaba, dudaba un poco en preguntarle a la chica debido a lo triste de su mirada, pero no aguantaba las ganas de decirle.
-¿Ran-neechan puedo preguntarte algo?- exclamaba tiernamente.
-Que sucede Conan-kun- contestaba ella curiosa.
-Pude ver que hiciste dos chocolates, si uno es para Shinichi, ¿para quien es el otro?- Su mirada se centro fijamente en los ojos de la chica que se abrían un poco sorprendida.
-Bueno Conan-kun, no te he contado que desde hace más de un mes..- comenzaba a responder la castaña hasta que el timbre de la puerta sonó.
-Raaan- gritaba Sonoko haciendo que la castaña se levantara rápidamente dejando la conversación en el aire, mientras Conan maldecía su mala suerte.
-Estas lista- preguntaba la amiga, mirando a la castaña correr con los trastes hacia la cocina.
-Muy bien vámonos- respondió Ran tomando los chocolates y al niño de una mano.
-Por qué este mocoso nos acompaña Ran- rezongaba Sonoko fulminando con la mirada al niño.
-No seas así, Conan-kun nos acompañará hasta la casa del profesor Agasa.
Conan miraba con molestia a Sonoko, pero más enojado estaba por no haber recibido respuesta de Ran a su pregunta, deduciendo fácilmente que el segundo chocolate era para otro chico.
-Ran-neechan, sobre la pregunta del chocolate..- intentaba seguir el hilo de la conversación anterior.
-¿Chocolate?, Ran no me digas que has hecho chocolate para el ingrato de tu novio.
-No es mi novio y sí, hice uno para Shinichi y otro más..- dejó de hablar porque su amiga se detuvo de pronto delante de la chica tomándola de los hombros.
-¿Otro para Takeda-kun?- sonrió maliciosamente Sonoko esperando la respuesta.
-Sí Sonoko, el otro es para Takeda-kun- Decía Ran mientras suspiraba resignada por el comportamiento de su amiga.
-¿Quién es Takeda-kun, Ran?- exclamo molesto el pequeño mirando a la castaña con enfado.
