El nuevo miembro llamado Rye

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Takeda camino bastante esa noche, no podía entender sus sentimientos, los cuales intentaba ignorar por esa chica tan preocupada y cariñosa. Su rostro en lágrimas era la imagen que no podía quitar de su mente.

Recordarle a ella hacía que su corazón sintiera una punzada, estaba tan absorto que no advirtió la presencia de su nuevo acompañante en la penumbra.

Aprovechando su distracción se le acercó silenciosamente, pudiendo oler solo su particular aroma impregnado en el aire.

-Vermouth... - susurró suavemente el muchacho.

-Takeda-kun-Respondió

- Que gusto volver a verte, o debería decir "Rye"- sonrió mientras humedecía sus labios e inhalaba una gran bocanada de humo de su cigarrillo y lo exhalaba plácidamente.

Lanzando una furiosa mirada Takeda se incorporó lentamente y observó la mujer que le veía en silencio.

-No puedo decir lo mismo -exclamo cortante.

La sonrisa de Vermouth se amplió mientras acariciaba su largo pelo rubio, el cual llegaba hasta su cintura.

-No son formas de tratarme Rye... se puede saber que sucede... estabas un poco tenso al teléfono- decía la mujer mientras volvía a inhalar su cigarrillo.

-No intentes controlarme - exclamo impaciente el muchacho.

-¿Has averiguado algo?- preguntó un poco más seria.

-No, aún no- dijo el chico mirándola de frente.

- Ran Mouri, no te involucres con ella o no le irá nada bien... Gin podría enterarse - murmulló con una sensual voz y sonrió con malicia mirando su cigarrillo a punto de terminar.

Takeda dejó de respirar por unos segundos y su rostro palideció, se volteó para que la rubia no se diera cuenta que sus palabras habían calado fondo.

-No sé de qué hablas- respondió con sarcasmo.

-Aléjate de ella Rye, los ángeles pertenecen al cielo y nosotros al infierno, no dejes que las llamas la quemen... - miro con tristeza la colilla de su cigarro que amenazaba con chamuscar sus dedos, entonces lo soltó y lo pisó hasta destrozarlo.

-¿Ángeles? -exclamo confuso el muchacho sin darse cuenta que la bella mujer a su lado se había marchado, así tal como llego.

¿Que debía hacer ahora?, era una pregunta que no dejaba de inquietarlo, puesto que estaba en misión de encontrar a la traidora de la organización llamada Shiho Miyano apodada Sherry pero con Vermouth a sus espaldas sería difícil llevar una relación de amistad con esa chica.

-Tienes razón, debo alejarme- dando un suspiro sacó la caja con el chocolate de su bolsillo, el cual tenía una pequeña mordida, y lo lanzó a la basura... así prosiguió con su camino a casa.

Ran aún estaba parada en la entrada de la agencia, mirando a Takeda hasta que se perdió de vista, le extrañaba la actitud del joven y más su doble personalidad.

Unos pequeños ojos le observaban desde el balcón, estaba hace bastante rato esperando la llegada de la muchacha y quedo preocupado al verle parada afuera, así que decidió hacerle una llamada como Shinichi.

La castaña dio un respingo al sentir que su teléfono vibraba en su bolsillo, se llevó una grata sorpresa al ver el nombre de la persona que llamaba, así que olvidó lo ocurrido y subió directo a su cuarto feliz.

Ya era lunes, Ran y Sonoko estaban en descanso cuando esta le pregunto a su amiga por el chocolate.

-Se lo entregue el sábado, pero no vi que tuviera interés en tomarlo, estoy realmente preocupada por él- respondía la castaña.

-Pero cómo, ese tipo es realmente extraño, mejor no te acerques a él, es tan raro como tu marido- Sonoko sonrió en tono burlesco para enojar a su amiga.

Takeda no apareció por el colegio, haciendo que la castaña sintiera mayor curiosidad por conocer la vida del muchacho solitario.

Genta, Mitsuhiko, y Ayumi conversaban del estupendo fin de semana que habían pasado en el camping, lamentándose por no haber podido ir con Conan y Ai.

-Me vas a contar que sucede- preguntaba Conan a la científica.

-¿Dé que hablas?- respondía la chica.

-De los llamados y mensajes secretos, además de tu excesiva ansiedad y la repentina obsesión por mirar tu teléfono cada 05 minutos- exclamaba.

-Bueno... está bien... te lo diré... Recibí un mensaje anónimo a mi teléfono el otro día, donde me hacía una advertencia... que la organización está buscándome nuevamente y tienen un nuevo miembro llamado Rye... no quise contarte porque sé que estas muy ansioso, así que pedí ayuda al profesor y al FBI... directamente a Jodie-sensei- respondio con seriedad.

- ¿Sabes a quien pertenece el número?, ¿encontraron al responsable del mensaje? - preguntaba exaltado.

-¡No!, Cálmate Kudo, era por esto que no quería contártelo - rezongo la niña enojada.

-Lo siento, es que me sorprende que estés tan calmada sabiendo que están nuevamente intentando encontrarte - dijo Conan.

-Tarde o temprano lo sabrán- sonrió haciendo una mueca.

-Y cuando eso pase, estaremos preparados...-exclamo Conan con seguridad.

Ran caminaba con Sonoko de vuelta de clases, ya cerca de casa cada una tomaba un camino diferente y se despendían, mientras el móvil de la castaña recibía un mensaje que le sacaba una sonrisa.

Ran llegó rápidamente a la agencia, preparó anticipadamente la cena y se cambió de ropa, dudo en si debía usar la hermosa blusa roja que compró días atrás.

-Sino es ahora no será nunca- se sonrió a si misma al ver su rostro en el espejo, mientras se cambiaba.

Kogoro estaba con sus amigos jugando Pachinka, por lo que no se enteró de la salida de la muchacha y Conan había ido directo al laboratorio con Haibara, debía hacer demasiadas cosas, entre ellas ayudar con la fórmula, hablar con Jodie y el agente Camel, también sabía que Akai estaba al tanto de la información, puesto que vivía en su casa y estaba en permanente contacto con el FBI disfrazado como Subaru Okiya.

De pronto el teléfono de Conan comenzaba a sonar-Diga- respondía el pequeño

-Conan-kun donde estas- preguntaba la castaña.

-Ran-neechan estoy en casa del profesor Agasa jugando, disculpa por no avisarte pero no creo que llegue a dormir así que no me esperes- contesto con la mejor voz infantil que pudo.

-Ohh está bien, bueno deje la cena hecha, al parecer papá no llegará a dormir hoy-respondía contenta.

-Que sucede, porque te oyes tan feliz- pregunto un poco curioso.

-Bueno cuando te vea te cuento, nos vemos Conan-Kun y pórtate bien con el profesor- exclamaba la chica antes de colgar.

-Espera... Ran...vaya...quería saber también porque hizo la cena tan temprano- suspiraba triste el pequeño mirando la pantalla del móvil.

-¿Te sucede algo cool kid? Pareces estar desanimado- le preguntaba Jodie.

-No es nada...entonces en que estábamos...- exclamo Conan guardando su teléfono mientras se llevaba una reunión en casa de Shinichi, entre él y el FBI.

San Valentin ennegrecido (Detective Conan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora