Conan entraba distraido a la casa del profesor Agasa, quien se estaba levantando recién, por tanto andaba con pijama y se preparaba el desayuno. -Hola Shinichi buenos días, porque llegas tan temprano si es Sábado- preguntaba curioso el anciano ante la mirada perdida del niño.
-Ran debía salir asi que se levanto temprano hoy, la acompañe hasta acá, además no podría seguir durmiendo sabiendo que estamos tan cerca de encontrar en antídoto del Apotoxin- respondia con seriedad el muchacho.
-Que pasa, por qué vienes a molestar tan temprano Kudo, además se nota que andas de malas pulgas, vete a dormir- rezongaba la pequeña niña que salia desde el laboratorio también en pijamas refregándose los ojos y bostezando. -Ni creas que trabajaré a esta hora, despiértenme al medio día- volvio a responder Haibara entrando al laboratorio y cerrando detrás de ella la puerta.
Antes de bajar, la pequeña científica abrió la puerta solo para molestar a Conan- Espero que no estes con esa cara por no haber recibido tu chocolate hoy- volviendo a cerrar la puerta, dejando con el ceño fruncido al chico y sorprendido al anciano.
-Quieres desayunar conmigo- preguntaba amablemente el profesor.
-No gracias, ya lo hice en la agencia antes de salir- seguía molesto.
-Qué sucede Shinichi, por qué estas tan enojado, ¿es porque no saliste hoy con Ran, acaso no te preparó un chocolate hoy?- .
-Nada de eso, el chocolate me lo dió para que usted se lo entregue a Shinichi...mi molestia es por un chico nuevo llamado Takeda Taicho, Ran me dijo que habia llegado un alumno al instituto, que estaba solo porque aún no encaja con los demás y Ran como es de esperar, ha sido muy amable con él- mientras hablaba su enojo se hacia cada vez más evidente.
-Bueno, Ran es una chica muy amable Shinichi y es natural que trate de hacer amistades con él, cuál es el problema entonces - se preguntaba el científico.
- Esta sentado en mi puesto, eso no lo puedo creer, además estoy seguro que lo hizo por estar cerca de ella, presiento que me traera solo problemas ese chico- decia el niño sentándose en el sofá.
-¿Solo es por eso?, o te preocupa que este muy cerca de Ran- volvia a dar en el clavo el anciano.
Shinichi fulminó con la mirada al profesor, quien sonreía sarcásticamente.
-Es algo más que eso, estoy casi seguro que hay algo más- los azules ojos del pequeño se perdieron en el horizonte y la tensión se sentía en el ambiente.
Ran y Sonoko caminaban por el centro de Beika hacia una cafeteria, ya habían pasado dos horas en donde pasearon por todas las tiendas en busca de ropa y accesorios nuevos, asi que estaban agotadas y habian pensado en tomar un café con un pastel.
-Ran, cuando piensas darle tu chocolate a Takeda-Kun- sonreia Sonoko con picardía.
-No lo sé, supongo que se lo daré en el instituto ya que no se donde vive, es decir no se nada sobre él- respondía triste ella pensando en lo solo que debía sentirse ese chico.
Aunque no era tan guapo como Shinichi, Taicho también era apuesto, de cabellera rubia, con grandes ojos marrones y una nariz perfecta, era bastante callado pero con solo una mirada podía describirte perfectamente.
En la casa del profesor Agasa Conan intentaba concentrarse en encontrar junto a Haibara, el antidoto final del apotoxin, ya que la pequeña cientifica habia avanzado en el tiempo de duración del medicamento intentando que sea duradero.
A ratos el pequeño recordaba los comentarios de Sonoko, lo que hacia que sus cejas se enarcaran.
-Por qué pones esa cara tan desagradable- preguntaba la cientifica al muchacho sentado junto a ella.
-Lo siento- respondia automáticamente.
-Creo que ya hemos trabajado lo suficiente, continuaremos mañana- exclamaba la niña.
-Pero por qué, aún no es tarde- respondia el chico sorprendido.
-Ya viste la hora, creo que deberías irte porque la chica de la agencia se preocupará- salia del laboratorio la niña bostezando.