Hoy cumplo dieciséis años, y, como si fuera poco, también es mi primer día en una escuela nueva. Me dijeron que es por el trabajo de papá, pero no entiendo cómo un empresario de la gran ciudad cambia todo por un puesto en este pueblo remoto. Además, tuvimos que dejar nuestra manada. Todo se había vuelto demasiado conflictivo. Mi padre nunca se llevó bien con el Alfa, y este trabajo probablemente le cayó del cielo como la excusa perfecta para irse.
Me levanté en una habitación extraña, en una casa extraña. Genial. Me dirigí al baño a ducharme antes de ir a la escuela. Mi aspecto era horrible, todo me dolía, y no estaba de humor para conocer gente nueva. Siempre duermo con shorts cortos y una blusa holgada. Soy de piel blanca, cabello negro y ojos azules. Me duché y me vestí rápidamente: unos jeans rotos y una camiseta blanca, algo discreto. Me puse mis lentes, recogí mi cabello en una coleta alta y bajé a desayunar. Mis padres y mi hermano mayor ya estaban allí.
"—Buenos días, familia", saludé a mi madre con un beso en la mejilla y me senté. Inmediatamente, escuché el molesto comentario de mi hermano.
"—No puedes elegir algo mejor que eso, pareces una pordiosera", dijo Kail con una sonrisa burlona.
"—Kail, deja de ser molesto", lo reprendió mi padre, su tono severo.
"—Aunque no estaría mal que nuestra hija empezara a cuidar un poco más su imagen", añadió mi madre, su comentario me dejó helada. "—Después de todo, ya es una señorita", continuó. Su comentario me molestó. Antes, no me decían qué ponerme; les gustaba como era. Han estado actuando raro desde que llegamos a este pueblo, pero, sinceramente, me daba igual.
"—Ya me tengo que ir, o llegaré tarde", dije, levantándome y dirigiéndome a la puerta. Tomé mi patineta. Siempre prefiero ir en patineta a la escuela; es una parte de mí. Aunque soy una loba, no iba a correr; eso solo me haría sudar y arruinar mi atuendo, que, para mí, era perfecto.
Salí rumbo a la escuela escuchando música, tratando de relajarme y disfrutar del paisaje. Lo único bueno de este lugar es el gran bosque cercano, con su aroma característico a pino y tierra mojada. Ignoré a los jóvenes hormonales que pasaban en sus vehículos, gritando como idiotas. ¿Qué tiene de divertido el primer día de clases? Siempre es un infierno, una lucha por no ser categorizada como "rara" y terminar aislada o invisible. Mi anterior escuela, con los lobos de mi manada, había sido un tormento; me trataban peor que a nada.
Llegué a la entrada de la gran escuela. El bullicio de la multitud era ensordecedor. Desde aquí podía ver a los populares, aquellos que atraían más miradas y a los que muchos intentaban evitar por miedo a convertirse en la diversión del día.
Entré en la escuela y, claramente, me gané las miradas de varias personas. Muchos comenzaron a murmurar. Tal vez era mi imaginación, pero sentía los nervios punzantes a cada paso que daba, adentrándome en ese lugar desconocido. El ambiente era denso, cargado de una tensión palpable. Sentí un escalofrío recorrerme la espalda. Este no era solo un nuevo comienzo; era un salto al vacío.
Es mi primer capitulo y mi primera vez escribiendo en esta categoria perdón si es corto >_<

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~Eres mio~
WerewolfAlguna vez les a pasado algo tan doloroso que no pueden aguantarse el llanto?, y tienes personas a tu lado que siempre terminan diciendo esa estúpida frase, "si algo pasa es porque el destino así lo escribió ", pues yo no creo en el destino, es una...