Beyond Omega: Ecos del original

82 Yuri Watanabe

Me teletransporté a su vecindario y miré a mi alrededor. Si bien la zona había sufrido durante el caos, estaba notablemente mejor que la mayoría de las partes de la ciudad. Las casas mostraban señales de reparación: pintura fresca sobre grietas, techos parchados y algunos andamios aquí y allá. La gente estaba afuera, reparando cercas, barriendo escombros o simplemente haciendo sus actividades diarias.

La casa de Yuri se destacaba un poco. Tenía un pequeño y ordenado jardín delantero con hileras de plantas de flores recién plantadas y un pequeño y prolijo camino que conducía a la puerta. La casa parecía recientemente reparada y pintada con una nueva capa de pintura azul claro. Había algunas plantas en macetas en el porche y algunas herramientas de jardinería cerca de las escaleras.

La vi en el jardín. Estaba arrodillada en la tierra y plantaba con cuidado algunas plántulas nuevas. Vestía una camiseta blanca sin mangas y unos vaqueros descoloridos. Llevaba el pelo recogido en una cola de caballo suelta. Parecía un poco distinta a la versión del juego.

Caminé hacia la puerta, la abrí con un suave crujido y pisé el sendero del jardín.

Yuri levantó la vista y sus penetrantes ojos se clavaron en mí al instante. Frunció ligeramente el ceño, aunque no parecía alarmada. "¿Puedo ayudarte?", preguntó mientras se secaba las manos con una toalla que llevaba colgada del hombro.

Le di una pequeña sonrisa. "Sí. Tengo algo para usted, detective Watanabe. ¿Le importa si hablamos?"

Ella se puso de pie, sacándose la suciedad de los vaqueros. "Depende. ¿Quién eres? Dudo que nos hayamos conocido antes".

—No, no lo hemos hecho, pero te mantuve ocupada desde tu ascenso. Hammerhead, Stryker, experimentos ilegales, rendición masiva... Lo hiciste bien. Pensé que también terminarías como uno de esos policías corruptos, pero no fue así, lo cual me alegra ver —dije mientras me acercaba a ella, deteniéndome a unos metros de distancia.

Ella me miró con los ojos entrecerrados. "¿Eres tú el que está detrás de todo esto?"

Asentí. "Así es. Quería agradecerte por todo lo que hiciste. La presión era muy alta, pero te encargaste de esa escoria, los arrestaste y pusiste fin a sus tonterías. Ahora mismo tengo un caso que podría interesarte".

"Todos en aquel entonces confesaban sus crímenes sin mentir. Nos sorprendió. Entonces, si no te molesta que te pregunte primero, ¿eres un mutante con control mental? ¿O usaste algún tipo de hipnosis con ellos?", preguntó.

Me puse la capucha y le mostré mi verdadero rostro. Bueno, ahora soy bastante popular, así que no hay forma de que no me reconozca.

—Espera... ¡Eres él! —jadeó y retrocedió unos pasos—. Aron. El tipo que devolvió la vida a los muertos. Sabes, yo estaba entre ellos. Morí. Recuerdo haber estado esperando en la cola del metro, pero luego... Sé que morí, pero no puedo recordar nada.

—Sí, ese soy yo. Pero antes de que saques conclusiones precipitadas, déjame que te lo aclare. No soy el dios ni el diablo que la gente cree que soy. Solo soy un tipo con poder que quiere hacer lo correcto. Ahora, ¿qué tal si hablamos en privado? —dije con una sonrisa.

-Sí, por supuesto.- Me invitó a entrar.

Nos sentamos en su sala de estar. Su casa estaba limpia y ordenada. Una alfombra colorida en el suelo, algunos cuadros en la pared, un pequeño televisor, una pequeña chimenea y una pequeña colección de libros en un estante. Era como una sala de estar normal. Tenía un ambiente acogedor y hogareño. ¡Ay! Me pregunto si alguna vez tendré una casa como esta sin que alguien la haga estallar.

Yuri nos preparó una taza de té a los dos y se sentó en el sofá frente a mí. "Entonces, ¿de qué quieres hablar?"

—Estoy bastante seguro de que has oído hablar de la estafa de las cuentas bancarias que circula por la ciudad, ¿verdad? —pregunté, colocando el maletín sobre la mesa.