Sophie
Eran las diez y media cuando Zoe y Vía subieron las escaleras para buscar las cosas que iban a llevar a la playa. Conociéndolas, iban a tardar al menos diez minutos si no subía alguien. Y Vía seguro que no se decidiría si le gustaba el traje de baño que llevaba puesto o no. Probablemente se lo cambiara una tres o cuatro veces. Y volvería a elegir su primera opción. Aunque yo no puedo hablar, hago lo mismo. Y cuando pasa, Zoe siempre esta ahí para ayudarnos. Ella nos tiene paciencia.
Abrí las puertas corredizas de la sala de estar para ir al porche donde se encontraban los chicos; Bruno y Leo. Cuando escucharon el ruido de la puerta ambos se dieron vuelta a ver quien era.
-Hola- dije mientras cerraba la puerta.
-Hola- contestó Bruno.
Estaba de muy buen humor y además se me había ocurrido algo gracioso pensando en Zoe y Vía y en lo que estaban haciendo.
¿Alguna vez les dije que me gustan los comentarios ingeniosos? ¿Y les dije que soy buena haciéndolos?
Se ve que Bruno se dio cuenta de mi humor y me preguntó que me pasaba. Yo me reí.
-Del uno al diez, ¿cuán retorcidos creen que son mis pensamientos a veces?
-Díez- dijo Bruno.
-Ocho- remató Leo.
-Nueve cincuenta-Dijo Felipe apareciendo por donde, momentos antes, lo había hecho yo y con Agusto a su lado.
-Bien. ¿Quieren que les cuente algo que es muy gracioso?-Asintieron los dos.-Bueno, verán, las chicas y yo teníamos pensado hoy hacer algo común para nosotras. Pero si se los decimos van a pensar que somos unas locas.
-¿Qué cosa?- Preguntó el rubio curioso.
-Mm, no se sí contarles ahora.-Me puse los anteojos de son negros-No, mejor no.
-Ahora lo decís Sophia.-Añadió exasperado Bruno.
-Bien.
Tomé asiento al lado de Leo en una reposera de madera igual a las que estaban sentados ellos dos, esas con un fino colchón blanco. Las que se utilizan para tomar sol.
Me senté, crucé y estiré las piernas, me acomodé los anteojos y el pelo y con una amplia sonrisa mirando al frente dije lo que los dejó boquiabiertos:
- Zoe, Vía y Yo, ahora no llevamos ropa interior.
Sus caras:paralizadas.
-¿Cómo...?-trató de preguntar Felipe.
-Simplemente no.
Y para agregarle la cereza al postre, aparecieron las chicas con todos los bolsos.
-¿Por qué están todos tan callados?-Preguntó Zoe.
-Se les murió las capacidad de pensar.
-Entonces es aniversario de muerte.- Comentó Vía. Me levanté y les choqué los cinco a las dos. Leo nos dio una mirada de arriba abajo a las tres, Bruno no podía despegar la mirada del piso, Felipe estaba con el ceño fruncido y Agusto contenía la risa.
-¿Qué?- preguntó Vía.
Les agarré las manos a las dos y las llevé al extenso jardín, cerca de la pileta.
-¿Qué les hiciste Sophie?
-Les dije algo que los dejó un poquito shockeados.
-Y eso fue...-Me miró impaciente Olivia.
-Les dije la verdad un poco retorcida, pero verdad al fin.-Me encogía de hombros conforme hablaba.-Les dije que no teníamos ropa interior.
Las dos los miraron con detenimiento. Volvieron a mi y se rieron.
-Están impactados.
Zoe asintió.
-Es que es verdad, estamos usando bikinis.-Comenté mientras las tres mirábamos lo chicos.-¿Les decimos la verdad?
-Mmm,no, dejémoslo así. Es más divertido.-Apuntó Vía.
Volvimos las tres a donde esperaba el resto del grupo.
-¿Y bien? ¿Nos podemos ir ya?-Preguntó Leo.
-Sip.-Asentí yo.
-Tenemos que llevar un bolso y las toallas.-Nos recordó Zoe.
-Bueno, yo llevo nuestro bolso- Vía nos señaló a Zoe y a mi- Y ustedes guarden todas sus toallas en algún lugar porque después seguro que las pierden.
-Si, mamá-Se le burló Felipe. La castaña la fulminó con la mirada.
Momentos después estábamos saliendo de la casa todos listos, y cuando llegamos a la calle Bruno no pudo contenerse y dijo:
- Paren.-Nos frenamos todos y nos volvimos a verlo- Ustedes saben que no vamos a una playa nudista ¿no? Porque a decir verdad, no quiero que las manden presas a las tres, porque si pasa eso, van a llamar a un responsable a cargo y todo esto fue inútil.
-Bruno, no vamos a hacer nada que no hayamos hecho antes.-Respondió Vía despreocupada dejando a los chicos más asombrados.- Además si nos mandan presas no los vamos a delatar- remató de forma muy despreocupada. Como si ir presas sea cosa de todos los días.
Las chicas y yo que íbamos al frente, seguimos caminado hacia la playa. Desde la casa de Bruno a la playa solo nos separaban unos cien metros aproximadamente.
Nos fuimos acercando cada vez más mientras nos reíamos de lo que había ocurrido cuando nos preparábamos momentos antes, hasta que llegamos a la arena y el mar.
-¡Ey chicas!-Gritó Felipe desde atrás nuestro- Busquen un buen lugar, ya las alcanzamos.- Inmediatamente después, los chicos se cerraron en un círculo y se acercaron a hablar.
Se creen la mafia cuando hacen eso y les sale coordinado.
En fin, la playa estaba poblada por madres con hijos jugando y haciendo castillos de arena, abuelas tomando sol, chicos (lindos, algunos) jugando al volley, y chicas mirando a los chicos(grupo en el cual me incluyo), tomando sol o sacándose fotos.
Dejamos las cosas en un lugar cómodo, sacamos las toallas, y las colocamos sobre la arena.
-Entonces... ¿ahora que hacemos?-preguntó Zoe.
-Esperar a que vengan.
-Llegando en: diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos,- los chicos se iban acercando mientras Vía hacía la cuenta regresiva, pero resulta que se frenaron antes de llegar- uno, uno, uno, uno -Zoe y yo nos reíamos de su error- uno, uno, uno. Ay gracias ya me estaba quedando sin aire.- Dijo agitada cuando el resto llegó.
Nos reímos de las tonterías de Vía.
-Bueno, creo que llegó la hora de la verdad- apunté.
-Perfecto- continuó Zoe.
-Bueno no se ustedes pero yo tengo bastante calor.-Dicho esto me saqué la remera, el short y las zapatillas; mis dos amigas me siguieron.
Leo, con una sonrisa boba, se sacó la remera dejando a la vista un abdomen, bastante... ustedes sabrán como definir el término, se dio vuelta y les dijo a sus compañeros: "Son predecibles", refiriéndose a nosotras.
Yo, que lo escuché, me quedé parada mirándolo, mientras que Zoe y Vía, ha disfrutaban del agua salada.
-¿Predecible?
-No, no sos una persona predecible pero sabíamos que no serias, serían, capaz de algo semejante- me dijo petulante mi mejor amigo.
-Ah, yo soy totalmente capaz.
-Los dos sabemos que no, Soph- me miró con sinceridad, pero desafiante a la vez.
Me di media vuelta a donde estaban los chicos desvistiéndose para estar mas cómodos.
- Ey chicos- los llamé- Yo no soy predecible ¿o si?
Al mismo tiempo que decía esto, jugaba con el tirante de mi bikini. Si vamos a jugar, juguemos bien.
-Uhh, Sophie, no dejas las manos quieras ni para un chiste...- me burló Bruno.
Felipe y Agusto miraban atónitos.
-Esta bien, ya hiciste tu punto, me equivoqué. ¿Ahora podemos irnos?-Dijo Leo.
Sonreí cómo las mujeres en la publicidades de dentífricos.
-No sí llego primero- salí disparada para el mar, con Leo que me pisaba los talones, gritándome que me iba a agarrar y tirar al agua, pero en el momento que mis pies tocaron el agua di una media vuelta y exclamé:-¡ Está helada, está helada, está helada!¡Me congelo, como Jack en Titanic!
Me tiré al piso, a la caliente arena, y la gente me miraba raro. Puede que haya puesto una escena un tanto dramática. No me gusta el agua fría.
Estaba tirada tomando sol desde hacia ya unos segundos cuando algo, o más bien alguien, me agarró por los pies. Abrí los ojos y vi a Leo que se reía mientras me llevaba a rastras por la arena hasta el agua. Yo me resistía con todas mis fuerzas, pero me reía mucho también. Llegado el momento, me mojé y entonces Leo me levantó y me empujó al agua empapando cada centímetro de mi cuerpo.
-Es la guerra- sentencié contundente y dramática.
-Y no vas a poder conmigo- me siguió el juego el rubio que tenía en frente.
Ahuequé las manos y lo mojé, el solo estaba metido al mar hasta la cintura, y la parte alta de su cuerpo estaba seca. De momento.
-No tendrías que haber hecho eso...- dijo mientras se secaba el agua de la cara.
-¿O qué? ¿Me vas a mojar? Bueno, adiviná que Leo: ¡ya estoy mojada!- y lo empujé haciendo que cayera al mar azul. De momento me había asustado porque no había salido a la superficie, pero después me metió un tacle por debajo del agua haciendo que caiga de frente.
Seguimos así varios segundos, sin prestar atención al resto del grupo, jugando como lo hacíamos de niños. Completamente concentrados en el otro para no perder.
Finalmente salimos, y nos dirigimos hacia los bolsos para agarrar unas toallas, ahí se encontraban Vía y Felipe, que se estaban tirando arena, y mi amiga se enojaba porque se le pegaba a la piel por el protector solar.
Cuando se dieron cuenta de que ya no estaban solos se pusieron a hablar con nosotros.
Más allá había un grupo de chicos jugando al volley, la pelota se les había escapado del partido y había chocado conmigo.
Me agaché para buscarla y traté de divisar a su proclamador que llegó momentos después, caminado de espaldas a mi.
-Eh, Soph- me susurró Olivia- fijate si esta bueno- me dijo antes de que el chico se diera vuelta con cierta gracia.
Cuando finalmente el sujeto lo hizo, los dos quedando estupefactos.
Era él.
Después de tanto tiempo era él.
-Hola- me saludó sorprendido.
-Hola- respondí.
Le devolví la pelota, y por un breve instante nuestras manos se rozaron. El suficiente contacto para hacernos sentir eso otra vez.
-¿911 tensión escándalo?-Preguntó Vía en voz casi inaudible.
- Definitivamente.~~~~~
Un nuevo personaje entra en juego, uno bastante importante en la historia de Sophie.
Y que va a poner todo patas arriba.
Compenso esta casi dos semanas sin actualizar con dos capítulos largos.
Besos brillantes
💋💋
ESTÁS LEYENDO
Globos de Helio
Teen Fiction-¿ Y si nuestros padres no nos dejan? -Entonces no les digamos- Nos reímos. 7 amigos. 8 ruedas. 3 días. 1 aventura. La historia de un viaje improvisado y secreto entre amigos. ¿Tenés curiosidad de saber que pasa en esta historia? Escapate de la rea...