❂ Bewitching Love ❂

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La magia es algo sumamente poderoso y difícil de controlar, un destello, una chispa que pocos seres humanos poseen.

Algo que te puede traer lo que más anhelas, lo que más deseas, pero al mismo tiempo puede arrebatarte esa chispa de tu mano en un abrir y cerrar de ojos.

Para Davina que comenzaba a utilizar su magia era algo que simplemente no podía controlar, era un simple chiste lo que sentía correr por sus manos, sus dedos, una corriente que apenas y se inmutaba cuando movía sus brazos.

- Demonios - envuelta en frustración tras no poder mover un simple árbol en el bosque, llevaba alrededor de tres horas y media, sus pies estaban exhaustos, el frío le helaba todo el cuerpo y su estómago rugió por un trozo de comida.

Escucho un pequeño susurro, una ligera voz proveniente del fondo del bosque, ¿Quién podría estar a esa hora en lo más interno de el?

- ¿De verdad no me hablaras lo que resta de camino? - la voz comenzó a intensificarse - Bien, no importa, Scott si me entenderá.

Era un humano, probablemente no más de 20, llevaba una sudadera color rojo y pantalón de mezclilla deslavado.

Tomo su chaqueta del suelo y se la coloco para esconderse, pero antes de que eso sucediera una segunda voz escucho.

- Hay alguien aquí - dijo con voz ronca.

¿Cómo lo supo?, ni siquiera había hecho un pequeño ruido.

- ¿De verdad? - contesto el humano comenzando a avanzar donde ella estaba.

En solo segundos estaban delante de ella.

El primero en dar un paso fuera de la oscuridad que se acumulaba en gran parte del bosque fue un chico castaño.

- ¿Estas bien? - pregunto algo preocupado - ¿Estas perdida? - pregunto dando un paso a la chica.

Permaneció estática sin saber que hacer o actuar, por algo le habían pedido que se mantuviera en la mansión, pero ella no obedeció.

- No - dijo tajante.

- ¿Como te llamas? - pregunto el castaño, pero la chica simplemente no respondió, al menos no a él.

Como si fuera una ligera brisa de verano, un huracán interno la sacudió en el instante en que esos ojos verdes la divisaron con un ceño fruncido mientras se colocaba justo al lado del humano, sus brazos cruzados en torno a su pecho, llevaba puesta una chaqueta de cuerpo perfectamente ajustada y pantalones intensos, ¡Dios era perfecto!

Quisiera decir que le fue un placer verlos en ese momento, pero realmente mentiría, la verdad es que no estaba en su mejor momento, el haber escapado de casa para aumentar sus poderes le habían cansado bastante.

Pero ver a ese chico de barba era algo que mejoraba su noche.

- Davina - dijo específicamente al lobo quien paso de ella tomando al castaño de la muñeca y arrastrarlo lejos de ella, su olor, no se equivocaba, era una bruja.

- ¡Hey, ¿Qué haces?! - exclamo el castaño sin poder zafarse de su agarre mientras lanzaba una fugaz mirada a la chica.

Pero Derek no respondió, continuo de esa manera hasta llegar a la carretera donde había aparcado su camaro, subiendo bruscamente al chico y salir de ese lugar sin que la chica dijera algo al respecto.

Una bruja en el bosque a esa hora significaba problemas y estando el solo y sin ayuda no era buena idea, sin contar a Stiles quien solo buscaba un pretexto para contradecirlo ese día.

Davina permaneció en el mismo lugar, no se dio cuenta de la fuerza que había comenzado a ejercer en sus puños al ver como tomaba a aquel humano insignificante como si fuera algo especial.

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