Los primeros días de viaje en el tren del circo, eran siempre una mezcla de emoción y ajuste. Cada sacudida del tren sobre las vías, cada cambio de paisaje, era una promesa de aventuras y descubrimientos.El primer día, el entusiasmo por la nueva experiencia era palpable. La mañana había comenzado con los artistas despertando ante un paisaje que cambiaba constantemente fuera de las ventanas. Campos verdes, que se extendían hasta donde la vista alcanzaba, comenzaban a dar paso a suaves colinas, mientras ocasionalmente se vislumbraban pequeños pueblos que se despertaban con el sol. Las casas de estos pueblos, con sus tejados de teja y jardines modestos, se veían como puntos de color en el vasto lienzo de la tierra, cada uno con su propia historia y belleza.
El sol, aún asomándose en el horizonte, bañaba todo con una luz dorada que hacía que cada momento pareciera mágico, como si el mundo mismo estuviera celebrando su viaje. Los primeros rayos de luz se filtraban a través de las ventanas del tren, creando patrones danzantes sobre los rostros de los artistas, despertándolos con un suave aura.
Jungkook, frotando el sueño de sus ojos, se asomó por la ventana, su mirada fija en el paisaje que se transformaba.
—Tae, mira, mira eso —lo llamó Jungkook con el entusiasmo de un niño—, ¿alguna vez has visto algo tan... mágico? —comentó, su voz aún cargada de la maravilla del amanecer.
Taehyung, que estaba preparando té en una esquina de la habitación, se acercó, una taza en cada mano.
—Ya ves, es como si estuviéramos viajando a través de un cuadro —respondió, entregándole una taza a Jungkook—. A mí me recuerda a mi pueblo, solo que aquí todo es... más, mágico, tal como tú dices.
Hoseok, que había estado estirándose en su litera, se bajó uniéndose a ellos, observando el paisaje con una sonrisa.
—Piensen en esto, cada uno de esos pueblos es una nueva audiencia, nuevas historias para contar —dijo, su entusiasmo evidente.
—Ya, pero necesitamos ciudades —agregó Taehyung con el reflejo del paisaje en sus ojos.
Mientras bebían su té, el vapor ascendiendo en espirales en la luz matutina, Joon, con Rubí en su regazo, añadió.
—Cada lugar tiene su magia sin importar su grandeza, muchachos —mientras le daba un pedazo de pan a su perro—. Nuestro trabajo es presentarse y compartir la magia con los demás.
La pasión y palabras de Joon sin dudas siempre venían de un lado bastante maduro, y lo era por su edad y todo lo que había vivido y visto, y nada encajaba con su papel de payaso.
Luego de que todos estuvieron de acuerdo con Joon, la conversación se llenó de risas y planes, de cómo cada detalle del viaje podría traducirse en un acto de magia y asombro.
Luego del mediodía, Jungkook, junto a Taehyung y Hoseok, había pasado la mayor parte del primer día explorando el tren, mostrándole al malabarista los rincones importantes y compartimento como si fueran niños en su primer día en un parque de atracciones. La emoción de Jungkook y la novedad los impulsaba, cada puerta que abrían, cada pasillo que recorrían, era un nuevo descubrimiento. Sus pasos los llevaron primero al vagón donde los animales descansaban, un espacio lleno de vida y sonidos que contrastaba con el resto del tren. Aquí, el aire estaba impregnado de aromas naturales, de hierba y de los diferentes alimentos preparados para los animales, creando una atmósfera totalmente diferente a la del espectáculo.
Encontraron a los cuidadores trabajando con dedicación, asegurando que cada animal tuviera su espacio, su comida y su tranquilidad. Los cuidadores, con sus uniformes manchados de barro y paja, se movían con una gracia y un conocimiento que solo los años de experiencia podían otorgar.
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🎪 Of The Wonders | Kookmin
FanfictionLos recuerdos de aquellos buenos circos, los cuáles ocultaban prejuicios, un misterio, las mentiras y el poder, cómo la vida de un joven acróbata de este circo cambia con la llegada de su nuevo compañero, la tentación les jugará una mala pasada, aco...