CAPITULO 6

52 3 0
                                    


Mi cuerpo ya no dolía, todo lo que había experimentado minutos atrás había desaparecido pero aun sentía mi cuerpo un poco pesado y mi garganta seca.

-¿Cómo te sientes? - escuche la voz de Alessandro a mi lado su mano seguía aferrada a la mía.

-¿Que me sucedió? - fue lo primero que pude decir mire a mi hermano que aún me sostenía.

-Te desmayaste, tal vez comiste algo que te enfermo. - su respuesta no era demasiado convincente para mí, porque lo que experimente no fue un simple desmayo o dolor de estómago fue algo mucho más fuerte e intenso.

Como pude me coloque de pie.
-No entiendo que hacen aquí yo... no los llame-.

-Deberías agradecer que estamos aquí y te encontramos - la voz cortante de mi hermano me sorprendió.

-Robert, cálmate, - Alessandro se acercó a mí.

-¿Qué me calme? Es una inconsciente manejar en ese estado, es que alguna vez vas a madurar Tamara.

-Tienes razón y te agradezco que vinieras ahora ya estoy bien, no volveré a darte problemas - trate de caminar hacia el auto pero mis piernas me fallaron estuve a punto de caer pero los brazos de Alessandro evitaron mi caída.

-No estás bien, aun estas débil -

Me separe de él apoyándome en la puerta de mi auto.

Robert dio un paso hacia mí pero se detuvo, por un instante pensé que el realmente estaba preocupado por mí, por un instante sus ojos me dijeron que todas esas palabras que me había cantado eran real, pero sus acciones  decían todo lo contrario, era como si estuviera luchando consigo mismo pero en este momento no me sentía con la fuerza suficiente para averiguarlo.

- Alessandro ¿Puedes llevarla?

-No es necesa...

-Te llevara - sentenció mi hermano, luego caminó hasta su auto y se fue.

Fuí directo a la puerta del copiloto mientras Alessandro se acomodaba frente al volante giró acercándose a mi, nuestros rostros estaban tan cerca que podía sentir su respiración, tomo el cinturón de seguridad ajustándolo, se alejó de inmediato dándome una de sus cálidas y hermosas sonrisas lo cual le di la bienvenida no me había dado cuenta que la había extrañado en estos días hasta ahora, encendió el motor y nos adentramos a la autopista.

El viaje hasta el apartamento estuvo en silencio, no era un silencio incomodo era más bien reconfortante, él era consciente de que no me encontraba en un buen momento para hablar.

Me había perdido entre las luces mientras viajábamos que no me di cuenta que ya habíamos llegado, escuche la puerta del conductor cerrarse mientras la mía se abría, estiro su mano para ayudarme a bajar, la tome y solo ese contacto me hizo sentir una corriente que subía por mi mano y viajaba por todo mi cuerpo, note que el sintió lo mismo porque nos alejamos al instante. Entramos al apartamento todo estaba oscuro y silencioso

-Necesitas descansar, mañana hablaremos.

-Alessadro yo siento lo de esta tarde - Tomo un mechón de mi cabello que cubría mi rostro y lo acomodo, sus dedos tocaron por un segundo mi piel.

-Hablaremos mañana, ve a descansar - asentí caminando a las escaleras, cuando estaba por subirlas su voz me detuvo.

-Tamy- gire para estar frente a él - Promete que no volverás a huir, que no volverás a alejarte así - susurro, mis palabras habían desaparecido no pude gesticular  nada  así que solo asentí.

Al entrar a mi habitación, camine directo a mi cama solo quería dormir, como pude me quite mis zapatos y me metí entre las cobijas cayendo en un sueño profundo.

SanameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora