CAPITULO 8

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El día continúo como de costumbre, Alessandro se mantuvo alejado durante el turno, trate de mantenerme ocupada y enfocada en cada paciente que llegaba, eso hizo que el tiempo trascurriera un poco más rápido. A la hora del almuerzo Fer me acompaño mientras nos sentamos en una de las mesas de la cafetería.

Tomé un sorbo de la botella de mi jugo de manzana sin ganas.

-¿Eso es todo lo que comerás como almuerzo?- Preguntó Fer en un tono acusador -deberías saber que una botella con jugo y unas galletas no son almuerzo.

Lo ignore tratando de mantener mi mente en blanco evitando la cantidad de pensamientos que venían a mi cabeza.

-¡Ey Tamara Russo! te estoy hablando.

Suspire frustrada – Te escuche Fer y sé que esto no es la comida más adecuada pero que puedo hacer, no tengo apetito y no quiero hablar más sobre el tema- puntualicé.

-No vamos a cambiar el tema, si te vieras en un espejo te darías cuenta lo diferente que estas desde hace unas semanas ya no quieres comer, te ves pálida y estoy seguro que has perdido peso, la preocupación en tu rostro es permanente, no me gusta verte así, sabes que eres mi mejor amiga y que puedes contarme lo que sea que esté pasando, estaré siempre ahí para ti aún si no quieras.

Lo mire a los ojos sentí que las lágrimas estaban a punto de salir trague el nudo que se había instalado en mi garganta parpadee para contenerlas. –Te agradezco todo lo que me dices pero en realidad son cosas que no puedo explicar todo es tan confuso, tengo problemas con Rob, nuestra relación ya no es la misma y... - quería hablarle sobre las cartas, sobre lo que había pasado con aquel hombre fuera de la discoteca, pero no podía hacerlo como podía explicarlo todo eso sin que pensara que fuera una broma mia.

-No es nada de lo que tienes que preocuparte, son cosas que pasan dentro de las familias, solo es cuestión de tiempo necesito acostumbrarme a estar sin Rob, necesito dejar de depender de él sino siempre seré débil.

-Nunca has sido débil Tamy, eres la persona más fuerte que he conocido, has pasado por tantas cosas, has sido capaz de soportar la crueldad de tu....- se detuvo aclarando su garganta, - quiero decir...

-¿Qué quieres decir?- pregunté tomándolo de las manos, él la soltó nervioso levantándose de golpe.

-No quise decir nada solo que eres muy fuerte Tamy, solo eso -se alejó dejándome de pie tan confundida ¿Qué quiso decir con crueldad? No recuerdo ningún tipo de situación tormentosa... a menos que se refiera a mi pasado, aquel del que no tengo ningún tipo de recuerdos, él sabía algo sobre mí y no me lo quiere decir.

Corrí tras el esperando algún tipo de respuesta, lo agarre del brazo encarándolo, -Quiero que me digas a que te referías con eso de la crueldad, estabas hablando sobre alguien, dime quien me ha hecho daño Fernando, ¡dímelo porque no lo recuerdo! -De repente sentía algo muy caliente recorrer por mi cuerpo me estaba quemando y solo quería sacarlo de mí.-el aparto su brazo de mi agarre, sus ojos estaban abiertos como platos y su cara estaba muy roja.

- Cálmate Tamara no estás bien, cálmate por favor... Tam....

Pero yo no podía calmarme sentía tanto dolor en mi pecho y un fuerte dolor empezó a recorrer por toda mi cabeza haciéndome caer de rodillas Fer trato de sostenerme pero al instante en que quiso tocarme algo lo impulso lanzándolo al piso lejos de mí, trate de mirar alrededor esperando encontrar al responsable pero no había nadie, el pasillo estaba totalmente desierto, en ese instante me di cuenta que había sido yo.

Lo mire esperando a que no le hubiese hecho daño, lentamente se fue levantando del piso, intento caminar hacia donde estaba yo –No te acerques por favor- el dolor se hacía cada vez más fuerte haciéndome retorcer en el suelo, lagrimas se me escapaban de los ojos - Fer por favor, ve por Alessandro, por favor. -le suplique, asintió dudoso y corrió alejándose.

SanameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora