CAPITULO 11

17 2 0
                                    



Llevaba 3 vasos de vino, me sentía mareada pero animada, necesitaba mi celular recordé que lo había dejado en la cocina, me levante para ir a buscarlo, pero tropecé afortunadamente no me caí, logre llegar hasta la mesa, tome mi celular y marque el número de Luisa. Timbro 2 veces y luego contesto

-Hola Tamy

-Luuuu mi amiga cooomo estasss – arrastraba las palabras, mi lengua se sentía pesada

-Tamara ¿Estas bien?

-Estoy muuuy bien -hipé lo cual me hizo reír – la estoy pasado genial

-Tamara ¿Estas ebria? – su voz había subido de tono – dime en donde estas.

Me volví a reír – Estoy en el paraíso, Te amo Lu – le colgué regresa a la sala y me tire en suelo mientras servía otro vaso de vino, iba a olvidarme de todo o al menos lo intentaría.

Sentí varias sacudidas que me hicieron despertar, estaba mareada y mi cabeza dolía trate de levantarme, pero mi estómago se retorció provocando sacudidas, intente arrastrarme hasta el baño, pero alguien me ayudo a levantarme llevándome hasta el baño. Me arrodille junto al sanitario y expulse todo lo que tenía, una mano frotaba mi espalda.

-Eso es, saca todo – reconocí la voz – pronto pasara cariño

-Lu – intente de hablar, pero no podía

- Shhh tranquila, estoy aquí – se levantó, tomo una toalla la mojo y me la paso – no puedo creer que te hayas bebido una botella de vino.

Me retire un poco, seque mi cara con la toalla -Lo siento, estas enojada y yo no...

-¿Enojada? Claro que lo estoy, te emborrachaste sola y sin mí – trato de mostrarse indignada, me reí por lo que dijo – Eres una mala amiga.

Me ayudo a levantarme – Lo siento

-Está bien, pero no lo vuelvas a hacer – me guiño el ojo y salimos del baño

Me senté en el sofá, mi cabeza dolía, masajee la sien con mis dedos, Luisa se acercó y me paso un vaso con agua.

-Te ayudara con la resaca- bebí todo el contenido, estaba sedienta.

Se sentó a mi lado - ¿Qué haces aquí y cómo entraste?

-Me llamaste toda ebria ¿No lo recuerdas? – negué, no recordaba nada – bueno lo hiciste y me dejaste preocupada pensé que habías ido un bar a emborracharte, recordé que me disté una llave de emergencia así que lo primero que hice fue venir acá y cuando entre estabas tirada en el piso dormida.

Me sentía mal, preocupe innecesariamente a mi mejor amiga – Disculpa, no era mi intención preocuparte.

-Está bien linda, ahora si cuéntame que sucedió

Recuerdos de lo que sucedió en el departamento llegaron nuevamente, tomé un poco de aire y procedí a contarle todo.

- Resulta que no tengo un solo hermano – la mire su ceño se frunció sin entender – me acabo de enterar que Robert tiene un hermano gemelo, su nombre es Rolland y todo este tiempo ha estado ocupando el lugar de mi hermano, me ha estado engañando.

Lu abrió su boca y luego la cerro - ¿Cómo que un gemelo? Esto es increíble, esto es... - se levantó - ¿Estas segura?

- Lo estoy, el me conto todo, a demás vi las fotos – froté mi rostro – eran dos Luisa, dos chicos idénticos.

Mi cabeza palpitaba un poco mire a Lu, caminaba de un lado a otro su cara no era de sorpresa mas era de preocupación, saco su celular y vi que le escribía a alguien, fue un poco extraño.

-Esto definitivamente no me lo esperaba... ¿Cómo estas con todo esto?

Deje caer mi cuerpo, mis ojos se fueron al techo – confundida, es algo que no me esperaba, ahora tengo más preguntas que respuestas.

Tomo mi mano – estoy aquí contigo, no me iré a ningún lado- sonreí

- Lo sé y gracias por todo

Pedimos comida a domicilio y le conté otras cosas sobre mis padres y Robert, varias veces estuvo distraída con su celular luego se despidió y me quedé sola. No podía seguir sin hacer nada, necesitaba ir al hospital, intentar convencer al administrador de dejarme trabajar nuevamente.

Decidí caminar hasta el hospital estaba un poco cerca de mi apartamento, eso me ayudaría a pensar un poco y acomodar todas las piezas de este rompecabezas, cuando llegue estaba un poco nerviosa, deseaba no encontrarme con cierta persona, al entrar salude a varias enfermeras luego me dirigí a las oficinas no perdía nada con intentarlo. Toque la puerta y un adelante se escuchó, respire profundo y abrí

El doctor McGregor estaba leyendo unos papeles, pero levanto la vista

-Señorita Russo, pase tome asiento.

Camine hasta su escritorio y me sentí entrelace mis manos, estaba nerviosa

- ¿A que debo su visita? – ahora tenía toda su atención

-Bueno... mmm... como usted sabe el doctor Cabbali me suspendió de mis actividades en el hospital.

-Oh, es eso, bueno el doctor Caballi me notifico de su decisión, me dijo que usted necesita una semana porque no estaba en condiciones de atender a los pacientes – acomodo sus gafas- solo han pasado dos días.

¿No estaba en condiciones? Quien era el para decidir si estaba en condiciones o no – Si, vera, ese no fue un buen día, realmente necesito volver a mis actividades laborales, estoy bien y más que capacitada para atender a los pacientes que necesiten de mi ayuda, mi lugar es aquí y deseo volver.

Me sonrió – Sé que usted es una mujer capaz, la he visto, tiene esa vocación que a muchos de nuestros colegas en ocasiones le falta, he tenido excelentes referencias de usted.

Sonreí por dentro esto no iba ser tan difícil

-Pero por más que quiera reintegrarla a su puesto no puedo hacerlo

Mi cara cayo con esas palabras – Pero... ¿Por qué no? Usted es el administrador de este hospital y puede hacerlo.

-Sí, pero no puedo interferir en las decisiones que toman los doctores con los residentes, seria quitarles credibilidad y autoridad frente a ellos, así que si quiere ingresar nuevamente tendrá que hablar con su doctor a cargo, Lo siento.

Mi doctor a cargo era Alessandro lo que significaba que tendría que ir a rogarle que me reintegre, no definitivamente no iré a hablar con él.

- ¿Puedo ayudarla en algo más? --No gracias – me levante y me dirigí a la puerta- Que tenga un buen día.

Me marche estaba enojada, es como si la vida se hubiera ensañado conmigo y solo me da golpes y más golpes. Cuando doble el pasillo lo vi, me detuvo estaba hablando con una de las enfermeras de lo más amigables, ella le sonreía, trate de ser cuidadosa y no ser vista por él, pero para mí mala suerte choque con un paciente y derrame su bebida.

-¡Rayos! Lo siento mucho, fue mi culpa – me disculpe

-Tranquila es solo una bebida-

- De verdad lo siento- voltee y vi que Alessandro se acercaba, note su sorpresa al verme. – Disculpe tengo que irme

Como pude salí corriendo, sentí que alguien venía detrás de mi

-Tamara espera – seguí caminando a paso rápido alejándome de el

-Tamy déjame explicarte- sentí que tiraron de mi brazo, quedando frente a Alessandro mientras lagrimas que no me había dado cuenta corrían por mi cara.

 HOLA DISCULPEN LA GRAN DEMORA SE QUE FUERON VARIOS MESES PERO ES QUE ESTE SEMESTRE DE LA UNIVERSIDAD ME ABSORBIÓ MUCHISIMO TRATARE DE ACTUALIZAR PRONTO


SanameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora