Capítulo XV

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La cama se hunde bajo el peso de Jonathan, esta vez, Marina está en medio de ambos, es perfecto. A esta distancia puedo ver cómo Jonathan se acerca a la espalda de Marina, los ojos de mi amo son inexpresivos, pero en su rostro se nota el anhelo de hacerlo.
Sus manos tocan los hombros de la chica y con suavidad baja los tirantes de su brasserie de encaje. Su piel comienza a tomar el mismo aspecto que la mía, está erizada, y sus mejillas rosadas; me doy cuenta que Jonathan no solo provoca ese efecto en mi cuando me toca, Marina esta cayendo en sus garras.

Mi amo besa con delicadeza el cuello de la chica, lo recorre de un lado al otro, como si de un dulce se tratase; puedo sentir una sensación de deseo que empieza a formarse en mi estómago, pero de la misma manera siento un atisbo de celo. No puedo creerlo, a mi no me ha visto en semanas y prefiere sentirla primero a ella. Bueno, la realidad es que yo haría lo mismo, primero me cogeria a la chica y después remataría con Jonathan.

Jonathan continúa su recorrido hasta que el rostro de Marina se encuentra con el suyo. Primero se miran a los ojos, su mirada es intensa, llena de un deseo inexplicable, y mi mente solo puede pensar una cosa, "¡Bésala de una puta vez!".
Tal parece que hacen lo que les pido, pues en pocos segundos comienza una danza lenta y muy sensual entre sus labios al unirse; con sus manos mi amo baja el brassier de Marina, dejando que sus pechos salgan libres frente a mi rostro, perfectos.
Mi clitoris palpita al mirar tal escena, aún no puedo creer que esto esté pasando.
Sus manos toman ambos pechos y los acarician, primero lento y después sólo los sostiene masajeándolos provocativo.
Jonathan me mira aún besándola, esta jugando, lo sé. Con su cuerpo mi amo empuja con delicadeza a Marina hacia delante, sin dejar de besarla, provocando que sus pechos queden a centímetros de mi rostro.

Jonathan me mira directamente a los ojos y asiente. Acaba de darme vía libre para entrar en el juego. Mi mente no logra asimilar como es que su pequeño cuerpo luce tan apetecible y adorable a la vez. Con mis manos tomo sus senos, y los masajeo lentamente, tiene una piel tan perfecta, blanca como el marfil y tersa como los pétalos de una flor. Sus pezones son pequeños, de un color rosado muy lindo; apuesto que al darle una pequeña nalgada, su piel tomaría un exquisito color rojizo. Debe ser tan delicada.

Jonathan toma mi nuca y me acerca aún más a ella, desea que continúe, con mis labios tocó su pezon y los beso, primero lento y poco después comienzo a lamerlo como si de una paleta se tratase. Mis manos los masajean y voy turnando cada uno para lamerlos. En sus expresiones puedo notar que está disfrutando de mis caricias.

—No puedo encontrar una palabra para definirte—susurró sobre su piel desnuda.

No puedo resistir el impulso, comienzo a lamer con mayor intensidad sus pezones, el impulso y la excitación los vuelven firmes al contacto, Marina suelta un gemido lento y muy sensual. Su deseo la acerca a mi, la hace acercarse al placer.

—No te muevas—le advierto firme.

Mis manos no se detienen, quiero sentir su placer, quiero sentirla a ella; su cuerpo está pidiendo más y yo quiero darle el cielo. Mariana vuelve a gemir echando la cabeza a un lado, pero esta vez un "por favor", sale de sus desesperados labios.

—Mira esto, Diamon—escucho la voz de Jonathan detrás de la chica. Con rapidez y agilidad, Jonathan rompe la tanga de Marina provocando un leve chillido por su parte, ahora está completamente desnuda frente a mi, mi amo humedece sus dedos lamiéndolos y los desliza por su sexo provocando que Marina suelte un gemido largo, ella intenta disimular su placer mordiendo su labio inferior, pero es inevitable. Marina deja caer la cabeza en el hombro de Jonathan disfrutando de las caricias. Jonathan me mira y sonríe con complicidad en la cara.

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⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

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