Capítulo XIII

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Camino por las calles heladas de Paris con el corazón dolido y con las esperanza por el suelo.
John no es un mal tipo, simplemente no es el hombre para mi, aunque mi corazón sienta todo lo contrario, mi mente sabe con certeza que nuestra relación es un rotundo no.
No por John, sino por mi y por mi intensa necesidad de controlar todo; y con un alma tan liberal como la suya, una mente tan controladora como la mía, no se compaginan bien.

Sin darme cuenta he llegado a calles que no reconozco ni un poco, tengo las manos heladas y el rostro entumecido. Las lágrimas no han ayudado en nada y sólo provocaron que mi rostro se encuentre en un estado peor.
Intento calmarme, pero mi mente no me deja tranquila y hace que recuerde las últimas palabras que John me ha dicho antes de marcharse la primera vez.

—"Nos veremos antes de que notes que me he ido".

John se ha ido, una vez más, pero creo que esta vez esa promesa se ha roto para siempre. Porque he notado su ausencia, todos lo malditos días que él no ha estado a mi lado y ahora le he pedido que no vuelva más, porque eso es lo correcto, por que es lo mejor para ambos y porque, aunque lo amo como nunca he amado a alguien, prefiero mantenerlo lejos, que vivir con promesas con no se pueden cumplir.
Las lagrimas vuelven a brotar, pero ya no intento contenerlas, prefiero llorar ahora, que seguir con este sentimiento de abandono contenido en el pecho.
Bajo la cabeza cuando las lágrimas comienzan a derramarse.
Por más que lo intento, no logro disimular lo sola que me siento ahora mismo. Mis brazos, en un intento por contener el calor de mi cuerpo, se abrazan involuntariamente al rededor de mi cintura.
Sigo caminando sin rumbo sintiendo como el hueco en mí corazón vuelve a abrirse. Intenté cerrarlo, durante el tiempo que no estuvimos juntos, pero ya no puedo más. Necesito alejarme de él, olvidar, cuidar mi corazón y dejar que esta vez mi mente guíe. Ahora sé que dentro de la vida de John, no soy la única mujer y quizá, eso es lo más me pega en el orgullo. No ser la única.

Mi teléfono suena en mi bolsillo, miro la pantalla, las horas han pasado y apenas caigo en cuenta que mi teléfono no ha parado de sonar desde que salimos de la cafetería.
Los mensajes se acumulan en la cortina de notificaciones, la mayoría es por parte de Paula, Alana y Jacob, pero sólo hay dos mensajes que captan mi atención.

"De John:

Discúlpame si mis palabras te hirieron, no deseaba que nuestro encuentro fuera así, y no quiero que mal interpretes mis palabras. No es que me haya librado de ti, de lo que quería despejarme, era de tu mundo tan controlador, que jamás logré comprender.
Espero que no guardes rencor con una chica que no tiene nada que ver entre tú y yo, ella no es culpable de nuestra discusión. Te perdí de vista hace un rato, pero espero que hayas llegado bien a tu hotel. Cualquier cosa, puedes buscarme en este número, intentaré no perderlo. Cuídate mucho, y por favor, no hagas nada que pueda ser contraproducente... te quiero mucho".

Las lágrimas siguen rodando. Continuó leyendo el siguiente mensaje en mi lista.

"De Jonathan:

Italy, Jacob me ha indicado que en estos momentos no te encuentras bien de salud y es por eso que no haz contestado mis mensajes. Le he pedido que te lleve al hospital, cualquier cosa, estaré al pendiente del teléfono. Llámame en cuanto puedas, no estás sola".

Mi corazón vuelve a latir con un dolor más intenso.
"No estás sola". Se repiten esas palabras en mi mente. Mi cuerpo reacciona, mis dedos actúan y presiono el botón de llamada. El timbre al otro lado de la línea suena una, dos, tres veces hasta que me manda a buzón.
Vuelvo a intentarlo, dejando que suene tres veces más, hasta qué cae en buzón una vez más. Esta vez si dejo un mensaje.

"Buenas tarde, señor King. Agradezco mucho su preocupación por mi salud—intento disimular mi voz, no quiero que sospeche que he llorado—, ahora me encuentro mejor. Sólo ha sido una infección estomacal, nada grave. Jacob ha cuidado bien de mi, pero mientras me recupero necesito dormir y descansar bien. Espero que esto no haya alterado su día, cuídese mucho. Estaré al pendiente de su respuesta".

Sumisión de una DominanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora