Capítulo 5

1.3K 104 3
                                    

By Chihiro

Salí de la casa de Sora a paso lento mientras oía el sonido de la lluvia al chocar contra el paraguas que llevaba. De camino a casa, recapitulé todo lo que me había dicho.

Definitivamente no lo vi venir, y creí que eso había sido demasiado para un día. Haku, Sora y aquel mundo estaban irrumpiendo nuevamente en mi vida y no podía podía permitirlo bajo ningún motivo. Me mordí la lengua, sabía que no podría predecir lo que ocurriría de ahora en adelante. Tragué saliva y pensé que debía tomar una decisión concreta con respecto al tema, daría fin de una vez por todas a esta etapa.

Saqué mi celular del bolsillo de mi abrigo y miré la hora. 11:56. Todavía era temprano como para volver a casa así que decidí caminar a la deriva, necesitaba despejarme y pensar en cualquier cosa menos en lo que me acababa de suceder.

-¡Chihiro! -Reconocí la voz de Akira, quien estaba en la vereda de enfrente. Lo saludé con la mano y cruzó la calle mientras se acercaba sonriente hacia mí.

-Akira. -Él me miró con el ceño fruncido.

-¿Ocurre algo? Tienes una cara...

-No, estoy bien. -No había podido superar aquel shock de hacía unos minutos y al parecer eso se notaba. 

-¿Segura? Sabes que no me gusta ver esa linda carita triste. -Sonreí ante su intento de hacerme sentir mejor. 

-¿Qué haces aquí? Creí que ibas a irte de vacaciones con tu familia. 

-¿Qué dices? Nunca me iría sin siquiera avisarte. 

-¿Entonces te vas?

-No, mis padres se fueron hoy. Así que pensé que podríamos pasar más tiempo juntos. De hecho... ahora iba para tu casa. 

-Ah... claro. Pero aún no quiero ir. -Agarré su brazo con fuerza. -¿Te quedas conmigo? -Akira sonrió y comenzamos a caminar mientras mi paraguas nos cubría a ambos.

-¿Y...  entonces qué quieres hacer? -Lo abracé por la cintura con la mano que me quedaba libre y me quedé pegada a él.

-Solo quiero estar contigo. Tuve un día extraño y necesito algo de contención. -Akira me correspondió el abrazo, sin dejar de sonreír.

-Sabes que estaré para ti siempre que lo necesites, Chihiro.

-Lo sé... -Sonreí al sentir que me abrazaba fuertemente, como si tuviese miedo de perderme.

Las calles comenzaban a inundarse cada vez más y los negocios empezaban a cerrar dado que se acercaba el mediodía. Akira y yo íbamos abrazados, y entre charlas y juegos se nos pasó la hora. Era algo extraño porque siempre que estaba con él, el tiempo transcurría demasiado rápido... como si no quisieran que estemos juntos.

-Ya casi es hora de comer, ¿quieres que vayamos a algún lugar por aquí o prefieres que cocinemos algo? 

-Ah... la verdad no tengo cabeza para nada, podríamos pedir a domicilio. 

Cuando llegamos a la casa busqué el teléfono y se lo di a Akira. -¿Qué quieres comer? 

-Una pizza estaría bien, si tú quieres. -Akira no dijo nada, simplemente marcó el teléfono y pidió la comida. 

Nos sentamos en el sofá a mirar la tele en lo que llegaba lo que habíamos pedido. Nos acurrucamos y él me abrazó. Apoyé mi cabeza sobre su pecho mientras escuchaba latir su corazón, y fue ahí cuando me di cuenta de que ese era mi lugar, donde me sentía segura y a gusto, de donde no me quería apartar nunca. 

By Haku

-Vamos, vuelve a dormir.

-¡No, yo quiero jugar!

-Ya es tarde, debes dormir. Anda, no seas caprichoso.

-Pero mamá, quiero jugar. ¡Sen jugaría conmigo!

Ese tipo de discusiones que Yubaba tenía con Bebé eran más frecuentes de lo que me gustaría, siempre que ella no accedía a algo era mejor prepararse para el llanto de Bebé. 

-Sen no está aquí y jamás regresará. Así que vete a dormir y ya no me discutas. -gritó molesta. 

Al parecer eso fue todo, Yubaba salió de la habitación de Bebé suspirando mientras que yo me quedé en silencio, esperando a que terminara con sus asuntos.

-¿Que haces aquí?

-Vine a despedirme. Supe que te irás de viaje unos días y yo ya no estaré para cuando tú vuelvas. -Yubaba se me quedó mirando algo desorbitada pero luego me dio la espalda mientras miraba unos papeles de su escritorio.

-¿Despedirte? ¿Y a dónde piensas ir?

-Pasaré un tiempo con mi hermana. -Soltó una risita. 

-¿Irás al mundo de los humanos? -dijo sin apartar la vista de lo que estaba haciendo. 

-Esa es la idea.

-¿Y puedo saber qué te motivó a tomar esta decisión tan radical?

-Ya te dije que iré a ver a Sora. -Yubaba me miró de costado, sin quitar esa sonrisa de su cara. 

-Oh, vamos. ¿A quién crees que engañas?

-No quiero hablar de eso de nuevo.

-Nunca te importó tu hermana y ahora vienes con esa excusa absurda. Es obvio para cualquiera a qué vas a ir allí.  -Amagué a irme pero antes de ello, empezó a hablar.

-No tengo por qué darte explicaciones de mi vida, ya no. Las cosas dejaron de ser como lo eran, nuestro pacto terminó hace tiempo. 

-Puede que haya terminado nuestra relación bruja-aprendiz pero no olvides que estamos ligados para siempre. Tú me debes. 

-Yo no te debo nada, no creas que soy un idiota. Lo que se hizo en su momento fue beneficioso para todos no sólo para mí y mi especie. Fue una orden tuya y ya todo terminó. 

-Eso es lo que tú crees. -Fruncí el ceño. 

-¿A qué te refieres?

-No estoy segura pero algo me dice que tendremos problemas pronto. Me pregunto qué será...

-¿Estas inventado cosas para que me quede? -Soltó una carcajada.

-¿Estas bromeando? No tengo ningún interés real en ti. Sólo te estoy advirtiendo, ten los ojos abiertos o vas a terminar en un pozo del que no podrás salir. 

-Sabes que no soy fácil de engañar, tendré cuidado y protegeré a quienes me importan. -Yubaba se acercó a mí y puso su mano en mi hombro. 

-Recuerdo el amor, a los de este mundo nos cuesta enamorarnos ya que no está en nuestra naturaleza amar a otro ser... sin embargo puede darse en aquellos que se tienen un cariño inmenso. Nosotros somos seres fríos, pocos de nosotros encontramos en nuestro camino esa chispa que enciende nuestros corazones. Tú eres mitad humano Haku y durante el tiempo que te conocí, siempre creí que serías tan frío y calculador como nosotros, quizás más... al menos eso pensé hasta que llegó aquella niña aquí. El Haku que solía conocer antes de que ella apareciera ya no existe, esa pequeña te cambió. Te volviste blando y no digo que esté mal, el mundo ya no es como solía ser pero tienes que prestar atención a lo que te rodea o acabarás perdido. -Eso me dejó pensando, quizás ella tenía razón, quizás me estaba volviendo más vulnerable y... -No voy a juzgarte por lo que decidas hacer, si quieres ir por tu hermana entonces hazlo pero si vas por aquella niña debes saber que para que el amor de frutos tiene que funcionar de ambos lados. Abriste tu corazon pero debes ser cauteloso para no salir perdiendo. Tú estás dispuesto a hacer que funcione pero... ¿que hay con el otro lado?

-No lo sé. Pero solo hay una forma de averiguarlo, ¿no crees? -Yubaba sonrió.

-Buena suerte, Haku.

Línea del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora