-¡Ladrona!-dijo Noel con su elocuente sonrisa pícara.
Me tiró a la piscina a bocajarro, pero de esto me vengaría tarde o temprano. Otra cosa no, pero la venganza siempre a ido de mi mano y a sido mi defecto más pronunciado como el de cabezota, pero eso ya es a parte.
-¿Que te pasa a ti? Te gusta ir como los cobardes. Por la espalda.-Le sonreí. No se porque lo hice pero me salió así.
Le vi, vi su interés hacia lo que le había dicho y no se lo esperaba.
-Menudo dormilón-Dijo Martha- va todavía con legañas.
-Me van las noches largas y movidas. Ya sabes.
Mi prima se rió, se llevaban muy bien. Eso me había dicho siempre Martha. En realidad con todos los hermanos. Pero siempre trato de cordialidad, con Noel era distinto. Bueno Noel era distinto.
Pasamos la tarde jugando en la piscina, jugabamos al volley y lo pasamos muy bien. Los niños se salieron más tarde que nosotros, ellos siempre son mas acuáticos y lo disfrutan de otra manera.
-Oye ¿todavía tienes encharcados los pulmones de agua o que?-Dijo Noel con tono burlón.
Me había echo alguna que otra ahogadilla, igual que a mi prima.
Yo no le contesté, le mire con desafío y me fuy.
La tarde había echo que todo fuera mucho más interesante. Pero había algo en el hermano de Carlos que no me gustaba. Así como Carlos me daba buenas vibraciones él no.
Esa noche cenamos sandwich de jamón y queso todos. Y nos pusimos a escuchar música. Noel dijo que se iba a la discoteca que llegaría tarde y que no creía que viniera solo. Me miró. ¿Porque? Que me importaba a mí si venía solo o acompañado. No le conocía de nada y además lo poco que había visto no me hacía mucha gracia.
-Creo que deberíamos acostar a los niños. Ahora si queréis jugamos algun juego de mesa que mi hermano Mike dejo en casa.
Jugamos al trivial pursuit hasta bien tarde y cuando nos artarmos de ganar nos fuimos a acostar, esa noche tuve que dormir en el comedor, pusimos un colchón hinchable gigante y muy cómodo.
Entonces escuché la puerta, ya sabía quién era. Noel llegaba con una chica, era alta, incluso más que él. Rubia y con el pelo moldeado. Era bastante guapa.
No quería que se diera cuenta de que estaba despierta porque podría pensar que soy una cotilla y ya tenía suficiente con liarla ayer.
-Fivi, entra en mi habitación si quieres y ponte cómoda. No creo que tarde, tengo algo de sed.-Dijo Noel en un tono muy autoritario y jugueton a la vez.
Escuchaba los pasos para arriba y para abajo. Pero escuché que los pasos se paraban donde yo dormía, como si alguien me observará. Intuí que fue Noel. Después solo recuerdo decepciones y engaños dentro de mis pesadillas nocturnas. El pan de cada día.Cuando desperté a la mañana siguiente, todos estaban despiertos. Incluso Noel que ya era raro que lo estubiera, seguro que Fivi se habría ido pronto, un polvito mágico y adiós muy buenas.
Martha y Carlos hacían el desayuno y los niños jugaban en el sofá a perseguirse. Parecía que fueran los dueños de la casa con sus hijos y yo fuera una invitada.
Noel no me dejó entrar al baño, no había visto a un tio tan tardón como él en mi vida. Necessitaba arreglarme un poco, estaba demasiado despeinada y sucia.
-Prima, hoy ya vienen tus padres así que, ¿te apetece que vayamos ya para allí? No creo que tarden ya mucho. -dijo Martha.
Ian empezó a saltar como un loco estaba muy contento.
-¿Ya os vais?-Preguntó Noel mirandome con desafío. Acabava de salir del baño.
-Sí, mis padres deben estar al caer.-dije yo, ya dispuesta a cojer todo y largarme.
"No se que me pasa, pero te odio. No me gustas..."-Pensé mirando a Noel muy seria, fijándome en sus ojos color azul profundo. No me gustaba su prepotencia, él se pensaba que le volvía loquitas a todas las tías, y a mí, él me era indiferente.
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Yo? Sin ataduras!
RomanceHe de decir que la casualidad es algo que a la gente siempre le sorprende, aunque esta no es mas que la causa ignorada de un efecto desconocido. Mi casualidad surgió cuando cerré libro y paginas escritas, y alguien apareció para retomar mi historia...