Obligación Y Seducción, Libro UNO © COMPLETA

Capítulo 11

Hola mis amores. FELIZ SÁBADO.

Espero tengan un grandioso día y acá les dejo este nuevo capítulo de OYS.

Muchísimas gracias a todas las personas que me dejan su opinión más sus votos o aquellos que sólo me dejan sus votos pues ambos ayudan mucho a la moral.

En especial gracias a AntonelitaGomez, BetsyJuarez0, Claudys Dugmor, Emth21, mi querida Endoriel, Golondrina_Naty, HaileySoberano, ItzelAV, Katiealone quien ha dejado comentario y voto en TODOS LOS CAPÍTULOS YEAH!, LadyQUick, LauRichlee, RakeWay, RosAlexander, IrinaWalker7, diavalom, _Llanos_ CarolinaLaurobaVitto, DianaCarolinaEstrada, dianarenemis, Dinohernan51, ElizabethWT, FeritaZiga, Marceline_Laufeyson, Netsuamel, OpenTheEyes, SweatMagic, TheEstefania777, ThePerfectGirl, VeraSelene.

Sé que no respondo mucho las opiniones, más que todo por falta de tiempo pero no duden que las leo y estoy al pendiente de todos.

Como dije antes este FF estaba pensado para 10 cap, pero ahora estimo que serán unos 14 más o menos, así que estamos en la etapa final.

Los invito a todos a mi grupo en Facebook STEFANIA BLOOM FICS, dónde encontrarán más detalles e información de mis escritos.

Un beso gigante a todos.

Obligación y Seducción

Capítulo 11

Lotho volvía por los corredores de palacio y no podía ocultar sus lágrimas, él era de ella, de esa humana odiosa y mezquina que lo tenía embrujado. Lo que él le juro que debía hacer por obligación, ahora lo hacía por seducción.

Por su parte Cybele entró en su habitación y no se detuvo hasta meterse de cabeza a la pequeña piscina que le servía de bañera; siempre estaba llena pero si no se accionaba el mecanismo de calefacción, sólo era una fuente con agua helada y justo eso necesitaba agua helada.

¿Qué había hecho? ¿Por qué lo había hecho? Y lo más intrigante de todo ¿Por qué él lo había hecho? Sí ciertamente habían estado juntos anteriormente y antes de que él se marchara a la batalla, ella lo había provocado hasta que él la asaltó, pero en cada uno de esos momentos a pesar de todo ella sintió rechazo por parte de Thranduil, rabia por tentarlo y hacerlo pecar pero esta vez había sido diferente, esta vez él había iniciado porque así lo quiso y no sintió rechazo alguno, sólo sintió deseo, anhelo, dulzura.

«No, no, no, no» se iba a volver loca si continuaban con ese juego del gato y el ratón. Tenía que salir de ese lugar y debía hacerlo pronto o colapsaría. Luego de un rato de agua fría para calmar el cuerpo y la mente se salió de la bañera, con las ideas un tanto claras, o eso creía ella.

Unos cuantos días pasaron y Cybele se escondió lo más que pudo de Thranduil, quien a diario mandaba invitaciones para almorzar o cenar juntos. Las damas suspiraban cuando venía un mozo con la invitación pero la reina se las arreglaba para no asistir al encuentro sin que nadie se percatara.

Una semana después llegó un mozo con una caja tallada finamente a mano, a la sala privada que la reina compartía con sus damas.

— Es un obsequio del Rey —dijo el joven elfo.

— ¿Disculpa? —Cybele estaba segura que había escuchado mal.

— Su majestad le manda un presente.

Con un movimiento de la mano le indicó a Althair que tomará la caja.

— Muéstramelo —ordenó.