Reagan había ensayado ese momento al menos diez veces en su cabeza antes de acercarse a Grace. Pedirle que la dejara llevarla a la escuela parecía una idea sencilla... hasta que notó la mirada seria de la omega, como si estuviera midiendo cada una de sus palabras. Ir a comprar juntas había sido un pequeño triunfo, pero esto era otro nivel.
La escuela era un terreno peligroso, el lugar donde se origino el acoso hacia Grace. Entendía sus posibles reservas hacia llegar con ella. Lastimosamente no podía asegurarle más que con sus palabras que no cambiaría su actitud al pisar el colegio.
Después de una fuerte exhalación bajo a la sala, donde la omega estaba sentada en uno de los sillones leyendo.
—¿Qué dices si te llevo mañana a la escuela? —preguntó Reagan con una sonrisa relajada, intentando sonar casual.
Grace la miró de reojo mientras continuaba ojeando el libro que tenía entre manos.
—¿Por querrías hacer eso?
—Bueno, ambas vamos al mismo lugar y es más conveniente que tomar el transporte publico —Recordaba que en el libro Grace solía ir en camión a la escuela para evitar a toda costa a Reagan — además me vendría bien un copiloto, dicen que la miseria ama la compañía.
—¿Y cual de los dos eres?
Reagan dejó escapar una risa suave ante la respuesta de Grace.
— ¿Yo? Definitivamente la miseria. — Se cruzó de brazos, apoyándose en el respaldo del sillón —. Pero con el copiloto correcto, podría mejorar.
Grace pareció pensarlo, su mirada fija en Reagan, analizando cada detalle como si esperara algún indicio de segundas intenciones.
—Está bien —dijo al fin, cerrando el libro con un leve suspiro—. Pero no prometo hablarte durante el camino.
—Trato — le sonrió —nada que una buena música no pueda llenar.
A la mañana siguiente, Reagan se levantó temprano. Preparó el desayuno con cuidado, intentando recordar lo que había visto a Grace comer los días anteriores. Huevo frito (Era demasiado pronto para aventurarse a hacer un Omurice), algo de fruta, y café. Siempre café. Se aseguró de dejar la taza justo al lado del plato antes de tocar suavemente la puerta de Grace.
—El desayuno está listo —avisó con un tono tranquilo, sin asomarse demasiado.
Grace apareció minutos después, su cabello todavía ligeramente desordenado por el sueño. Observó la mesa con una mezcla de sorpresa y precaución.
—¿café? ¿Tratas de persuadirme? Te estas esforzando demasiado.
—No me subestimes —bromeó Reagan—. Si tuviera que hacerlo, sería con algo mucho más elaborado. Esto es solo hospitalidad.
Grace rodó los ojos, pero un pequeño rastro de diversión se asomó en la comisura de sus labios. Se sentó y comenzó a comer en silencio mientras Reagan revisaba su mochila.
Cuando estuvieron listas para salir con Grace teniendo su característica trenza y Reagan con sus zapatos ya puesto, La Alfa se aseguró de llevar el auto a la puerta de la casa. La omega dudó por un segundo ante de entrar al vehículo.
El camino fue tranquilo al principio. Reagan intentaba encontrar el equilibrio entre darle espacio y mantener una conversación casual. Cuando ya casi llegaban, no pudo evitar notar la forma en que Grace se tensaba al reconocer las calles cercanas a la escuela. Era extraño verla de nuevo estar tan alerta con su alrededor, teniendo la misma mirada seria y distante que a Reagan le fue muy difícil apenas disipar.

ESTÁS LEYENDO
Calling (Omegaverse GL)
Ficção CientíficaReagan siempre fue la alfa perfecta, temida y odiada en igual medida, la villana de un best seller. Pero cuando una joven con un trágico final, despierta en el cuerpo de Reagan, se encuentra atrapada en un mundo donde los instintos primarios gobiern...