XII. II

11 0 1
                                    

Hitoshi levantó el sillón de su cuarto con facilidad, Shoto en el otro extremo con una cara de desinterés impresionante. Empezaron a caminar hacia el lugar donde la puerta al sótano ya estaba abierta, con Katsuki esperando.

— ¿Para qué hacemos esto? —preguntó, mirando su celular con enojo.

— Para que se vea como un sótano normal, idiota. Ya te lo he dicho cinco veces —respondió Hitoshi con un tono más agresivo de lo normal. Shoto lo notó.

— Tranquilo, Toshi. Nadie sospechará de él, es un chiquillo —dijo Shoto con una voz calmada e indiferente.

Katsuki bufó con burla.

— Lo van a declarar culpable hasta que se demuestre lo contrario.

— No. Yo me encargué de que no cuando me venían persiguiendo esos tipos.

Hitoshi miró a Katsuki con rabia mientras bajaba las escaleras con cuidado. Cuando llegaron abajo, tiraron el sillón de forma desordenada junto a las partes de la cama que habían desarmado, el colchón, las mesas que usaban, sillas viejas y cualquier cosa que no se viera extravagante en esa casa. Se veía como el sótano normal de alguien de la edad de Monoma: muebles inútiles tirados al azar, sillas con cosas varias encima y mesas desgastadas.

Hitoshi subió por las escaleras trotando antes de acercarse a Monoma, mirándolo con pena.

— Deja de encariñarte con él —le dijo Katsuki por detrás, haciéndole un gesto a Shoto para que lo siguiera a la ventana de la habitación de Monoma.

Mientras subían por las escaleras, Hitoshi se volteó, siguiéndolos.

— No me estoy encariñando. Me siento culpable, es un chiquillo y lo estamos metiendo en todo esto —dijo, frunciendo el ceño.

Shoto asintió con la cabeza, las manos en los bolsillos.

— Es abogado, ya debería irse acostumbrando a gente como nosotros —dijo Katsuki.

— Sí, pero no a encubrirlos —replicó Shoto, abriendo la puerta de Monoma y viendo el gabinete con alcohol que habían escondido de él—. Qué malos. Me está tocando aguantar todo esto sobrio por su culpa.

Negó con la cabeza con enojo. Luego se montó en la ventana y se salió por el techo, aterrizando cual gato en el suelo.

Hitoshi dio una vuelta al cuarto desorganizado del estudiante, mirando sus apuntes mal hechos en la mesa y las sobras de comida de las cosas que Izuku hacía y que no le gustaban. Sonrió levemente al recordar la expresión de terror del rubio al ver los mejillones frente a él. Agarró el plato y bajó las escaleras.

— Ese tipo... —murmuró Katsuki mientras miraba a Hitoshi, montándose en la ventana para ir detrás de Shoto.

Hitoshi se les unió unos minutos después, sacando un cigarrillo y prendiéndolo mientras caminaban por detrás de las casas con cuidado, sabiendo perfectamente dónde estaban las cámaras, dónde tenían que ocultarse y el camino para irse caminando a un bosque desolado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

I Guess You're Addictive. │ 𝘚𝘩𝘪𝘯𝘮𝘰𝘯𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora