Blue Men of the Minch

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Los hombres azules de El Minch, también conocidos como kelpies de la tormenta, o en el gaélico escocés como na fir ghorma, fear gorm, o sruth nam fear gorm, son criaturas míticas que habitan en el estrecho entre las Islas Nortes de las Hébridas Exteriores y la tierra firme de Escocia, buscando marineros para ahogarlos y barcos derelictos para hundirlos. Parecen estar ubicados solo en El Minch y las áreas vecinas, y son desconocidos en el resto del mundo.

Salvo por su color azul, las criaturas míticas se parecen mucho a humanos y son aproximadamente del mismo tamaño. Tienen el poder de crear tormentas, pero cuando el tiempo está bueno, flotan mientras duermen en la superficie del agua o apenas debajo de ésta. Los hombres azules nadan con los torsos alzados por encima del mar, torciéndose y zambulléndose como marsopas. Pueden hablar y, cuando un grupo se aproxima a un barco, el jefe del mismo a veces grita dos líneas de poesía al capitán del buque y lo desafía a completar el verso. Si el capitán fracasa en esa tarea, los hombres azules intentarán volcar el barco.

Se ha sugerido que los hombres azules míticos puedan ser una personificación del mar, o que tienen su origen en los pictos, cuyos cuerpos pintados se podrían haber parecido a hombres que se alzaban por encima del mar si se eran vistos mientras cruzaban el mar en un tipo de barcos similares a piraguas. Los hombres azules también podrían tener su origen en los esclavos de Norte África que los vikingos habían llevado a Escocia, donde pasaron los inviernos cerca de las Islas Shiant en el Minch.

DESCRIPCIÓN Y ATRIBUTOS COMUNES

Los hombres azules podrían haber sido parte de una tribu de "ángeles caídos" que se dividieron en tres; la primera se convirtió en las hadas de la tierra, la segunda se convirtió en los hombres azules del mar, y los restantes se convirtieron en los "bailarines felices" de la Aurora polar en el cielo. Las criaturas legendarias son del mismo tamaño que los humanos; pero, como su nombre lo indica, son de color azul. El escritor y periodista Lewis Spence pensaba que eran las "personificaciones del mar mismo" pues tomaban su color azul del tono del mar. Sus caras son grises y largas y algunos tienen brazos largos, que también son grises, y les gusta usar sombreros azules; al menos una narración expresa que también tienen alas. El agua tormentosa alrededor de las Islas Shiant, a 19 kilómetros al norte de la Isla Skye, un área propensa a mareas rápidas en todo tiempo, fluye al lado de las cuevas pobladas por hombres azules, un trecho de agua conocido como la Corriente de la Destrucción debido al número de naufragios ocurridos allí.

Se ha informado que otros kelpies de tormentas pueblan el Golfo de Corrievreckan, descritos por el poeta, escritor y folclorista Alasdair Alpin MacGregor como "los kelpies de tormenta más feroces de las Tierras Altas", sin embargo, los hombres azules existen en un área muy pequeña. Según Donald A. Mackenzie no tienen otros homólogos en el mundo o ni siquiera en otras partes de Escocia; una extensión tan pequeña es rara para creencias en espíritus y demonios. El folclorista y sacerdote de la Isla Tiree, John Gregorson Campbell afirma que los hombres azules eran desconocidos en Argyll en la costa cercana de la tierra firme,[ aunque el sacerdote de la Iglesia de Escocia John Brand, quien visitó Quarff en Shetland a mediados de 1700, informa sobre lo que podría haber sido un hombre azul en las aguas que rodean la isla. Bajo la forma de un hombre viejo con barba se levantó del agua, aterrorizando a los pasajeros y la tripulación de un barco al que seguía.

En los cuentos tradicionales los hombres azules tienen el poder de crear tormentas severas, pero cuando el tiempo está bueno se duermen o flotan debajo de la superficie del agua. Nadan con su torso por encima de la cintura alzado del mar, torciéndose y zambulléndose a la manera de una marsopa. Para divertirse, las criaturas juegan al shinty cuando el cielo está claro y brillante por la noche. Pueden hablar y charlar con los marineros y son especialmente habladores cuando rocían agua sobre los barcos, rugiendo de risa cuando los barcos zozobran.

Cuando los hombres azules se reúnen a atacar barcos, su jefe, a veces llamado Shony, se levanta del agua y le grita dos líneas de poesía al capitán, y si no puede añadir dos líneas para completar la estrofa, los hombres azules vuelcan su barco. Mackenzie destaca un intercambio entre un capitán y el jefe de los hombres azules.

Las respuestas rápidas sorprendieron al jefe azul; derrotado e incapaz de hacerle daño al barco, los hombres azules volvieron a sus cuevas submarinas, permitiendo que el barco pase libremente por el estrecho. Los hombres azules también pueden abordar un barco y exigir tributo a su tripulación, amenazando con crear una tormenta en caso de no recibirlo.

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