Capítulo 6: Sorpresa del huerto.

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Me desperté domingo por la mañana, aunque no había tomado nada la cabeza me dolía a mas no poder. Al incorporarme di un gemido, el tórax me palpitaba tanto que se podría decir que tenía dos corazones funcionando a la vez.

Un halo de luz se filtraba por las cortinas verdes, indicando el comienzo de un nuevo día, en el que tendría que cargar con esto.

—Yupi... 

La verdad es que no hable con nadie sobre lo ocurrido, no es que piense hacerlo ya que me mandarían a exorcizar o peor, a un manicomio lleno de ese color blanco que me enferma.

Además tampoco se me presentó la oportunidad, al llegar a eso de las 3 mis padres dormían bien panchos, después a las 6, Helen envió un texto diciendo que las pasara a buscar al colegio el lunes y ahí les otorgara las llaves.

Después de eso, no tuve algo parecido a un momento indicado.

Coloqué los pies en el suelo con sumo cuidado, respiré hondo (lo que me provocó otra punzada) y me levanté lento. Al estar de pie me encorvé de golpe, era más grave de lo que creía.

Caminé lento al baño sin saber con lo que me encontraría, ya que cuando llegué me eché a dormir, por eso tengo maquillaje esparcido, una cinta entrelazada por todo el cabello alborotado y la ropa con olor a alcohol.

Me pose frente al espejo y con sumo cuidado me despoje de la musculosa, entonces ahogue un grito horrorizado, ¡mi hermoso abdomen!, ahora mi piel de por si pálida se veía fantasmal con los colores junto a esta.

Tenía en toda la zona de las costillas hasta debajo del busto un violeta intenso, junto al violeta pigmentos rojos que dejaba bien en claro la profundidad del golpe y en su centro un amarillo pálido.

Oh mi Dios.

Exclamé con una mano en la boca.

Ahora sí que estaba en problemas.

<<< "A menos que lo ocultes">>>

La voz en mi cabeza tenía razón, no podía contarles lo de los ojos rojos, eso implicaría decir lo del choque que siquiera inmuto al auto, solo a mis costillas.

Suspiré frustrada, caminé a la bañera, la llené y busqué ropa.

Al tener las prendas sobre la cama me desvestí y trate de relajarme en la bañera, lo que fue imposible ya que el agua me causaba un fuerte ardor.

Cerré los ojos tratando de olvidar todo, no es que sea una adolescente histérica ni mucho menos, pero con que Liam crea florecitas, marchita arbustos para devolverlos a la vida y por ultimo ese choque con invisibles ojos rojos....y si, voy a enloquecer sin siquiera saber lo que es real o producto de mi mente.

¡Rojita vamos al huerto!

Di un salto, mama estaba detrás de la puerta gritando como siempre, lo que me era costumbre pero en estos momentos era un riesgo tenerla tan cerca.

Carraspee y traté de sonar lo más normal que el dolor me permitió.

¡Qué bueno, pero ahora me estoy bañando!

Pude sentir como esbozaba una de sus sonrisas.

¡Está bien, te esperamos con todo preparado!

Después de eso se oyeron sus pasos y la puerta cerrarse tras estos.

Suspiré con un gran alivio pero sin sacar de mi mente el asunto más importante, encontrar un modo de calmar el dolor... ¿pero qué podría usar?

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