Party O

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Era verdad que cuando uno se cruzaba con alguien como él, con aquella carita que despedía inocencia, más lo bello que le quedaba el antifaz y esas ropas carísimas podía pensar que hasta comiendo era sensual pero él sabía bien que no comía con sensualidad y aquel paquete de galletas lo sabía también.

Mark se encontraba apoyado contra la mesada de aquella amplia y blanca cocina sosteniendo en su mano izquierda el paquete mientras con su diestra engullía una galleta tras otra mirando un punto fijo sobre la mesada. El sitio donde se encontraba lo habían alquilado para esa ocasión especial, era una casa antigua, mansión mejor dicho, con centenares de habitaciones, baños, cocinas y despachos. Contaba con una biblioteca, con un salón de juegos y pileta techada y climatizada en la terraza, escenario más que perfecto para la fiesta que ya había iniciado hacía pocas horas.

No hacía falta que se concentrara para ignorar los comentarios a su al rededor, aquello lo hacía de manera natural cuando se ponía, según su jefe y amigos más cercanos, en modo autista. Así que allí en compañía del paquete de galletas, vestido con ropas blancas menos sus zapatos y las decoraciones también negras de su antifaz pensaba en si ese muchacho sobreviviría hasta la madrugada.

— ¿Por qué siempre te escodes en la cocina?— Jaebum ingresó a la habitación parándose frente a él. El dueño de G7MS también tenía un antifaz como todos en la fiesta— ¿Pudiste persuadir a la rata?

Mark primero comió una galleta más antes de responderle— Ratita... Es muy pequeño... ¿No podemos decirle simplemente que estamos locos y dejarlo ir? Es su palabra contra la nuestra

— Ahh~ siempre tan permisivo... ¿No te dij--?

El castaño estiró su mano poniendo una galleta en la boca de su jefe— Tiene diecisiete, sabes que es ilegal...

— Él sabhm... Nhm... — Jaebum debió tragar antes de responderle— Él sabe dónde se mete...

— ¡No sabe! — Espetó como un nene caprichoso incluso abultando el labio.— Pero ya entró, ya pasó y si mañana lo tenemos que sacar en camilla va a ser tu culpa.

— ¡Por favor! ¡Nadie se murió nunca aquí! ¡Hasta tú sobreviviste a la primera vez!

— ¿Quieres escuchar como terminé?

— Me encantaría...

Mark achicó los ojos y le dio el paquete de galletas de mala gana retirándose del lugar ¿Cómo evitar sentirse culpable? Había un pequeño recién ingresado en la universidad que era estudiante de periodismo y no tuvo mejor idea que querer investigar sobre los rumores de G7MS. ¿Por qué no eligió otras empresas? Así él no tuviera que haberlo invitado a participar de las tan codiciadas "Party O" para arruinarle la vida. Bueno, estaba exagerando, pero Mark sabía bien como luego de una fiesta como esa el mundo cambiaba, él recordaba bien la primer fiesta así a la que fue cuando recién entró en la empresa, a sus dieciocho y la realidad es que nunca más participó y prefirió ser simplemente el anfitrión ¿Motivos? Demasiada gente.

Al subir la escalera debió de esquivar algunas personas, se encaminó hasta el balcón y se quedó mirando hacia el horizonte. Se sentía horrible por Khumpi, como le decía a ese chiquillo tailandes por que su nombre completo era imposible de memorizar, pues vería y sentiría todo de lo que luego no podría hablar simplemente porque no tenía pruebas, porque nadie le creería y porque meterse con Jaebum y su empresa era no trabajar nunca como periodista de nada.

Suspiró desganado apoyando su codo contra la baranda del balcón pero no llegó a ponerse cómodo que una persona del sexo masculino lo tomó por el otro brazo y lo acercó para besarlo. Mark iba a apartarlo con suavidad y una de esas risas simpáticas que tenía pero no hubo ni necesidad de pensar en una excusa, un corcel negro vino a su rescate, golpeando al tipo y llevándoselo hacia el pasillo. Aunque pareció más un secuestro que un rescate debido a la fuerza bruta que empleó.

G7MS [Markson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora