American coffe [Final]

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El aroma al café es lo que le hace dar un buen despertar, pese a ser un aroma bastante amargo y fuerte es uno que le gusta demasiado. Vivir feliz es mucho más fácil si uno aprende a estar en los diminutos detalles, cuando se aprende ese truco es cuando se comienza a vivir realmente. Sí, Mark era muy feliz si pensaba en su familia y amigos pero si iba más en profundidad era el aroma de la cafetería lo que lo hacía soltar ese suspiro seguido de una sonrisa. También tenía mucho que ver con que por fin podía hacer eso que le gustaba, al fin estaba en un trabajo digno con gente que lo respetaba. G7MS siempre sería su familia, en esa empresa están las personas que lo salvaron de acabar en las calles de un país desconocido o mucho peor, pero no era un trabajo estar allí si no pagar por toda esa ayuda. Ahora realmente sentía que el mundo le estaba dando las cosas que buscaba con mucho esfuerzo.

Ser un barista no era tan fácil como lo esperaba pero había conseguido un hombre que vio en él un buen aprendiz al cual entregarle sus secretos aún sabiendo con lo que se iba a encontrar algunos días ya que sabían de su enfermedad. Mark nunca más ocultó lo que realmente era, vamos, ya no quería problemas con secretos, simplemente si la gente no lo quería que fuera desde el inicio y no tras descubrir ese secretito suyo. Además había encontrado una buena distracción en esa cafetería porque de esa manera podía pensar menos en Jackson.

Podía recordar claramente la sensación de vértigo que le provocó ver de nuevo a su familia, a sus tierras. Sentir que realmente pertenecía a ese lugar y todo el cariño que le brindaron sus padres y hermanos lo ayudaron a sacarse un peso de encima. Uno no puede hacer borrón y cuenta nueva, cada persona debe de aprender a vivir con las decisiones que tomó así que debía de sentirse honrado de que su familia volviera a apañarlo pues era lo que más necesitaba después de tanto caos. Estuvo los primeros dos meses viviendo en casa de sus padres porque no querían que fuera a un hotel mientras buscaba una casa. ¿Cómo se explica la sensación de incomodidad agradable? Tenía muchos sentimientos encontrados, por una parte estaba alegre de reencontrarse con sus seres queridos volver a compartir historias, salidas y jugar con sus sobrinas y por el otro estaban todos sus recuerdos de Corea del Sur. Los extrañaba, claro está, ni siquiera él podía ser tan desapegado, extrañaba a sus amigos locos, cuando debió de despedirse de ellos nunca esperó que los tres rompieran en llanto. Nunca lo retuvieron pero pudo sentir sus corazones romperse y ese dolor era el que le hacía pensar constantemente que podía volver allí pero eso solo pasó varios meses después porque no estaba preparado psicológicamente para otro viaje tan pronto.

Después de esos dos meses que consiguieron buenos psicólogos y psiquiatras para Mark además de aquella casa pequeña donde había comenzado a trasladar sus cosas poco a poco decidió que era tiempo de volver a verlos. Los había llamado por teléfono unos días antes de viajar y el reencuentro ¡Esa fue la parte más bonita de todas! Jaebum, Jinyoung y Youngjae habían dado tanto por protegerlo de sus propias locuras que volver a sentirlos en un abrazo grupal le dio un nuevo sentido a toda su vida pese a que quedaron como unos locos en medio del aeropuerto.

— ¡Estás tan lindo! ¡Dios! —Youngjae lo apretujaba con fuerza.

— Mark, no sabes cuanto te extrañamos.— Podía sentir el cuerpo de Jaebum temblando contra el suyo y mientras trataba de calmarlos Jinyoung también fue por ese abrazo estrujándolos.

— ¡Bien, bien! ¡Pero me están asfixiando!

— ¡Desgraciado has estado apretado por más hombres y ni te quejaste!

La acusación de Jinyoung lo hizo reír. Sí, esos eran sus amigos y ese era el calor fraternalmente extraño que nadie más podía darles.

Bebió un poco del café para probarlo y sacó la lengua, definitivamente estaba demasiado amargo, debía de hacer un nuevo intento, esa era la razón principal de porqué siempre iba una hora antes de la apertura de la cafetería, necesitaba mucha más práctica y su buen jefe le había dado la llave. Era bueno sentarse a solas con una taza de café recién hecha en las manos, el amanecer en California siempre parecía caluroso incluso en invierno de manera que se sentó en una de las sillas y observó hacia la ventana que tenía a su izquierda el cielo. A esa hora la gente salía a pasear a sus perros, los deportistas a correr y la gente que iba al trabajo pasaba a desayunar allí ya que era una cafetería en el centro de Los Ángeles. Se tomaba ese tiempo a solas para poder pensar tranquilamente en él.

G7MS [Markson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora