CAPITULO 4

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El abrió el papel doblado y vió que tenia anotado un numero de telefono.

-Definitivamente no la voy a llamar, es un tanto... agresiva. -dijo George divertido.

Me rei, el me miró a los ojos detenidamente y con una larga sonrisa, que se desvaneció al ver las vendas con sangre que tenía en la cabeza.

-Oye, de verdad, lamento lo que te pasó en la cabeza, me gustaria hacer algo por ti, por favor.

La forma en la que me lo dijo me conmovió mucho, como si lo hubiera dicho de corazon, pero me limité a decir:

-No, enserio, ya estoy bien, no fue nada solo un golpe, pero si de verdad quieres hacer algo, quiza podriamos dar un paseo, no me gusta este lugar.

-Si, por supuesto.

Y nos levantamos para seguir caminado por el colegio. El me dio un ligero codazo en forma de juego, asi que yo se lo devolví. Ambos nos reimos y luego de un silencio, el dijo:

-¿Tienes novio?

-No [Reí], he sido una solterona desde que nací, eso creo.

-No te creo, no creo que te hayas podido aguantar tanto tiempo sin un hombre, sin besos, sin caricias, sin sex...

Me sonroje un poco,
-¿Y tu?, si, ¿Tienes novia?

-No, ya no.

El se detuvo un poco y comenzó a rozar el piso con fuerza, se detuvo mirando al suelo.

- ¿Pasa algo? -dije.

-No, nada, sigamos caminando.

-Ok.

Seguimos caminando, pero me pregunté que era lo que habia pasado con su novia, pero supuse dos cosas: Ella le habia hecho a el algo horrible, o el la queria mucho pero lo dejó. Sabia que no era correcto preguntar eso, haci que cambié de tema.

-¿Que quieres estudiar?

-Nada.

-¿Que?

-Si, nada. Quiero terminar la preparatoria e irme lejos de aqui, mi tio tiene un puesto de trabajo reservado para mi en caso de que fracase en algo.

-¿Que puesto?

-Cocinero, de un hotel cercano a su casa, creo que el es el dueño.

-¿Y... Sabes cocinar?

-Claro, además mi tio me ha dicho que el menu de su hotel es muy simple, asi no tengo problemas, ¿Tu sabes cocinar?

-[Reí] No, soy un completo desastre, ayer incendié la cocina tratando de hacer mi desayuno [Reí de nuevo].

-Si quieres yo podría enseñarte algo, tampoco soy un gran chef o el amo de las cuchillas pero, se que te servirá, además te gustará.

-Gracias, eres muy lindo.

-Tu más.

No sonreimos y nos quedamos viendo, me comenzaba a agradar, es un chico muy amigable, debí haber aceptado las "clases de cocina con George", pero no tenia tiempo parra ello, este viernes, sabado y domingo estaría muy ocupada junto con Elizabeth, se lo dije:

-George, me encantaria pero este fin de semana estaré muy ocupada con los preparativos de la fiesta de Elizabeth y...

-Y... ¿Que darán de comer?

-Ni idea, pero creo que su mamá va a hacer el postre el sabado y el domingo quizá pidan pizza para la fiesta.

-¿Que?, de ninguna manera, dile a la mama de Elizabeth que el domingo iremos temprano a su casa para ayudarla, haremos la comida de la fiesta, nadie pedirá pizza.

Tragué saliva nerviosa, porque sabia que a la fiesta no llegarian unas cuantos familiares de ella, sino que solo sus amigos, cientos de amigos. George no conocía el poder de Elizabeth, ella facilmente podria dirigir a las personas de un pueblo.

Su casa no es una casa, es una mansión de muebles de maderas finas, baldosas brillantes, seis baños, escaleras de caracol, chimenea automatica, con sirvienta, jardin con fuente de angeles, rosales, y lo que no podia faltar, un buen sistema de seguridad, más de 40 camaras por toda la mansión que unicamente se desactivan cuando hay fiestas grandes. Y lo mas interesante es el arbol. Se trata de un frondoso arbol de varios metros de altura por el cual Elizabeth suele escaparse de casa, a travéz de la ventana. Lo hacia para ir a verme, ir a fiestas, o cuando se peleaba con sus padres. No entiendo como una chica rica puede hacer eso con gran facilidad, aunque viendolo bien, Elizabeth parece mas bien una rockstar, con todo ese cabello de colores y los jeans apretados que usa.
Me quede pensando por un buen rato de eso, y George se dió cuenta de mi ausencia asi que dijo:

-Hey, Lindsey, no es por querer que te vayas, pero se te hace tarde para tu clase, creo.

-Es cierto, tengo que regresar a mi salón, muchas gracias.

-De nada, acuerdate de lo que acordamos.

-Ok -dije alejandomé de el.

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