CAPITULO 5

22 0 0
                                    

El resto del dia en el colegio habia transcurrido rapidamente, iba caminando de regreso a casa pensando en como hacer que mi madre no se diera cuenta de lo que me pasó; llegué a una conclución, me quitaria las vendas y me lavaría la herida en la casa de Elizabeth. Si lo iba a hacer, definitivamente no llamaría a la puerta, por que la primera en salir seria probablemente su mamá, me miraría, se lo contaría a la mía y luego ella me hará un interrogatorio sobre esto algún día. No podía llamarla por que olvidé mi celular en casa. Tampoco iba a intentar pasar por la puerta de atrás de su casa, habían camaras ahi. Las ventanas solo se abren desde dentro... No sabía que hacer. Pero cuando por fin llegué, lo primero que vi me dio una idea de como llegar a ella. El árbol.

Lo observé por un momento, y la primer pregunta util que se me vino a la mente era, "¿Es seguro?". Sus ramas se veian quebradizas y quien sabe que tan alto sea. Pero si ella podía hacerlo, ¿Por que yo no?

Dejé mi mochila en el cesped del jardin y me acerqué al arbol. Tomé la primer rama que encontre y jalé de ella. No paso nada, puse un poco de mi peso en ella y aun asi no le pasaba nada. Quiza podia intentarlo. Agarré otra rama mas alta con mis dos manos y me alzé con todas mis fuerzas para sentarme sobre ella. Tomé un respiro, sabia que no habia escalado casi nada pero sentia como mis latidos se aceleraban. Vi hacia arriba y me volví a tomar de otra rama, esta vez mas delgada. Mis manos empezaban a ponerse rojas por la fuerza que ponia en ellas, segui escalando de la misma forma hasta que noté que en el tronco habian unas especies de huecos lo suficientemente grandes para poder meter las manos. Asi que los usé. Escalé mas rapido con ayuda de ellos. Me faltaba poco para llegar, veia la ventana de Elizabeth medio abierta a un par de metros. Al meter la mano en uno de los huecos, encontré un papel. No podia leer lo que decia asi que solo lo metí en mi pantalón. En el siguiente hueco encontré un fajo de billetes, los tomé. Y en el ultimo hueco encontré una caja de pastillas anticonceptivas.

<<¿Qué hace todo esto aqui?>> Pasó por mi mente. Quizá era el unico lugar seguro donde podia esconder esto, ya que nadie mas que ella se atrevería a escalar por este arbol.
Además de mi.

-¡Oh dios mio!, ¿Lindsey?

Volteé para ver hacia abajo y vi a George parado y asustado sobre el jardin. Me veia como si yo estuviera a punto de matarme, y en cierto punto lo estaba haciendo.

-¡Lindsey, baja de ahi!

-¡No puedo! -dije.

-¡Tranquila, voy para alla! -dijo mientras saltaba hacia la primer rama.

<<¿Qué?>> pensé mientras lo veia subir. No queria que me ayudara, podia escalar lo que me faltaba sin ningun problema. Asi que eso hice, segui escalando lo poco que me faltaba a mayor velocidad. George me alcanzaba bastante rapido, ¿Acaso no se ha dado cuenta de que estoy huyendo?. Me monté sobre una gruesa rama que terminaba justo en su ventana y avanzé gateando lentamente. Al sostener mi mano en una de las ramas pequeñas se rompió y me resbalé, soltando un grito enorme. Sentí como mi corazón comenzó de nuevo a latir rapido y mi cabeza como si fuera a estallar. Me agarré con las dos manos de la rama gruesa y avanzé colocando una delante de la otra.
George ya estaba a unos metros de mi, podia sentir su miedo y preocupación acercandose a mi.
Luego la preocupación de caerme se transformó en miedo de que George me atrapara. Solo queria estar con Elizabeth y la vi parada de espaldas travez de la ventana. Puse mis pies en la parte de abajo y traté de abrirla pero no pude.

-¡¡Elizabeth!!, ¡¡Abreme!! -grité con el poco aliento que me quedaba.

Ella volteó rapidamente y me vio colgada en la rama, con los pies al aire y mi peor cara. Corrió hacia la ventana y la abrió sin problema.

-¡Lindsey!, ¿Qué estás haciendo? ¿George? -dijo mientras miraba de arriba hacia abajo la escena.

-¡Por favor, por favor, por favor dejame entrar!

Sentí la mano de George en mi pierna y solté un grito ahogado. No lo pensé mas y le di una patada a George, no tuve ni idea de donde le di pero soltó mi pierna, me abalanzé sobre la rama y salté sobre Elizabeth. Quedé encima de ella ya dentro de su recamara pero me levanté a cerrar la ventana con rapidez. No pude creer lo que acababa de pasar, ayudé a Elizabeth a levantarse de un tiro, pero luego lo vi a él volviendo a abrir la ventana, sentí terror y grité metiendome bajo la cama de Elizabeth.

EXTASIS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora