» 19.

62 16 2
                                    



Esta de pie frente a mi, con su carita de angelito y un pequeño puchero que me hace querer pasarme toda la noche solo abrazándolo.

—Puedes sentarte en el otro sillón y guardar silencio, quiero ver mi serie.

—Pero ambos cabemos aquí.

—¡Claro que no! —me acomodé, alzando un poco mas mi cuerpo. —Aquí solo quepo yo.

—Es que tengo frío...

—Abrígate. —agregué con ironía.

—Bien.

Tomó asiento en el sillón del fondo en forma de L, y allí se acomodó.

No pienso durar mucho tiempo aquí, estamos nosotros dos solos, con la tentación de ahorita a flor de piel, y no quisiera que se repitiese la situación.

Pero creo que hablé demasiado rápido, porque se acercó a mi y en menos de dos segundos, tengo sus manos deslizándose por mi cintura y cadera, hasta que se acomodó sobre mi.

—Justin...

—¿Aún te duele la cadera? —cuestionó, con una sonrisa.

Logró acomodarse sin aplastarme, colocando su cabeza en mi estómago, y cerrando sus ojos.

Yo respiré profundo, y jugué con su cabello un rato.
Supongo que esto puede ser, solo está intentando dormir sobre mi, en un rato tendremos que volver a nuestras habitaciones y continuar con nuestra noche como si no ha pasado nada.

Acaricié su espalda, con delicadeza y lo sentí temblar. Una pequeña risa salió de mi cuerpo, acompañando una suya.

—¿Quien hace temblar a quien ahora?

—Sigo siendo yo. —respondió, sin mover su cabeza.

—Mentira, eso fue porque tenía frío.

—En ese caso, yo también tengo frío.

—Siempre buscando una excusa.

Alzó su cabeza, topando sus ojos con los míos.
—¿Quieres que te enseñe?

—¿Que me enseñes que, Justin?

—Que yo todavía te hago temblar.

Guardé silencio, no solo porque usó una voz ronca, es que se que si no uso las palabras correctas, terminaré envuelta en un desorden.

—No creo que yo quiera que me enseñes.

—Tienes miedo. —ahora se acercó mas a mi.

Solté una pequeña risa burlesca. —¿Miedo a quien, a ti?

Asintió.

—No creo que puedas provocar muchas cosas en mi, eso quedó atrás.

Mala elección de palabras Mia, muy mala elección.

Ahora la sonrisa que se dibuja en su rostro es una de diversión, porque acabo de "retar" al señor "amo que me reten".

Apoyó sus manos detrás de mi cabeza, y ahora tengo su cadena de B colgando sobre mi cara. Sus ojos me miran fijamente, y bajó un poco mas para estar cerca de mis oídos.

—¿Me estas invitando a que lo compruebe, o prefieres que me quede con la duda?

No quiero estar nerviosa, mucho menos tartamudear, pero es complicado para mi considerando la posición en la que estoy.

—Cualquier cosa que decida yo, te dará igual.

Rió sobre mi cuello, y ahí esta, la reacción que estaba esperando. Todo mi cuerpo se sacudió suave, pero lo hizo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mia Kardashian III ➸ jb  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora