Capítulo 2: "Nos vemos, Rubias."
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Luego de tener aquella extraña charla con Carol y Tyresse, me fui a recostar a mi supuesta cama; un sofá. Mis ojos no podían cerrarse luego de saber que mi padre estaba vivo, era uno de los mejores de aquél grupo, y que estaba suelto por el bosque.
Pobres caminantes. Pensé.
Mis ojos finalmente se cerraron, haciéndome caer en un profundo sueño.
En aquel aparecía una casa algo moderna y de color blanca atrayente. Sentí una oleada de calor en mi cuerpo, yo conocía aquella residencia como si fuera la palma de mi propia mano. Mi casa.... Todo parecía estar como antes de que esto pasara, quería gritar de alegría pero no podía abrir mi boca. Caminé hacia la entrada en la cual estaba cerrada con llave, aunque de un momento a otro ya me encontraba dentro.
-¿Qué es todo esto? -escuché un grito. Al parecer de un hombre.
Me acerqué a la cocina, la cual estaba impecable solo por el simple hecho de que tres sombras estaban allí. Era un hombre y una mujer discutiendo, ya que sus caras enfadadas lo decían todo. Una niña de 5 años se encontraba de rodillas en una esquina tapándose sus pequeños oídos. Aquél hombre tenía el cabello castaño por arriba de las orejas, un uniforme que al parecer era del trabajo y, entre sus manos, un celular. Al parecer, este electrónico tenía algo escrito detrás.
-Tranquilízate, ¿quieres? -dijo la mujer dejando a un lado su delantal y colocando sus manos en jarras-. Es solo un regalo de parte de tu hija.
Abrí los ojos, esa mujer era mi madre y aquella niña era yo. ¿Por qué no recordaba esto? ¿Acaso dijo hija? Papá...
-¿Qué me tranquilice? -preguntó enojado-. ¿Cómo quieres que me tranquilice si una mocosa manosea mi celular?
-¡Daryl! -chilló mi madre, la cual estaba un poco triste al extraño comportamiento de mi supuesto padre-. ¡Es tu hija! ¡No puedes llamarla de aquella manera! ¡Solo quiso hacerte un regalo de cumpleaños!
La pequeña niña lloraba en silencio mientras abrazaba sus rodillas. Me rompía el corazón ver esta escena como algún recuerdo de él mismo. ¿No era que mi padre me había abandonado cuando nací? Parece que no, que yo lo había conocido y nunca lo supe. Daryl miró enfurecido a la niña y tiró el celular a sus pies.
-No quiero tu maldito regalo -acto seguido tomó su chaqueta y salió de la cocina.
Mi madre miró con ojos abiertos la puerta que acababa de cerrarse ante sus narices; sus ojos se acumularon de lágrimas que no pudo contener. Juraba que desde aquél momento no quería seguir con mi búsqueda de Daryl Dixon, un padre gilipollas. Mamá se secó las lágrimas y se acercó a mi yo chiquita para envolverla en sus largos brazos y calmar sus sollozos. Tenía un nudo formado en mi garganta, no me esperaba esto de él...De mi propio padre. Me acerqué al objeto ya roto por el golpe dado y sentí lágrimas correr por mis mejillas.
"Te amo, papá"
Aquellas palabras estaban escritas con un plumón rojo y una carita feliz a un costado de estas.
Antes de que pudiera tomar en manos el celular, mi vista se volvió borrosa y fue ahí cuando me dí cuenta que todo formaba parte de una pesadilla... Una horrible pesadilla que hizo que odiara y supiera quien en verdad era mi padre. Sentí los rayos del sol clavarse en mis ojos, los cuales sentía algo húmedos. Tomé mis manos y sequé las supuestas lágrimas acumuladas.
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Complicated [Carl Grimes]©
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