Complicated [Carl Grimes]©

Capítulo 4

Capítulo 4: "Daryl Dixon."

_________________________________________

Caminé a duras penas por la oscuridad del bosque, no tenía nada para alumbrarme. Mi arma casi siempre estaba en alto ya que no podía divisar si algún caminante se me acercaba; buscaba a Daryl con mis ojos ya acostumbrándose a los árboles y la oscuridad que había en ellos. De camino había asesinado ya a cuatro caminantes que al parecer estaban devorando una linda ardilla, lo que llamaría yo "distracción a lo Dixon". Las hojas y ramas que pisaba era lo único que oía en este gran bosque, los pájaros o búhos me acompañaban colocando la escena un tanto terrorífica. Sentí un gruñido cerca mío, volteé para toparme con un caminante que me doblaba la edad. Apunté a su cráneo y este cayó encima mío, manchándome completamente de su sangre y haciendo que mi arma cayera a un lado.

¿Qué cosa es peor? Exacto, otros tres se sumaron a la caza de Madeline Dixon. ¡Divertido!

-Mierda -maldecí mientras intentaba sacarme de encima al putrefacto.

Cada paso que daban, cada paso daba la muerte. Suspiré pesadamente haciendo con todas mis fuerzas hacia arriba logrando sacar al caminante de mi cuerpo, pero no tenía tiempo de tomar mi ballesta ya que estaba muy cerca de los otros. Toqué en cada parte de mi cuerpo para sentir algún arma pero fue en vano. Otra de mis opciones era correr bien lejos, pero eso requería perder mi ballesta y también alejarme mucho más de la cabaña en la que todos me esperaban o tomaban algún Whisky mientras yo estaba al borde de la muerte. Sus cuerpos andantes estaban a menos de un paso mío cuando una flecha mata a solo dos de ellos, dándome paso para correr a la mía y matar al último que quedaba.

Corrí hacia ella pero el caminante se me tiró encima como si fuera una paloma provocando la caída de ambos. Mi rodilla se había raspada y mi codo chocó contra algo duro, y lo peor fue que me dio en el nervio ese que todos odiamos. Con mi otro brazo lo empujaba para que saliera encima de mí, la mayoría de ellos se me tiraban encima, pues ya sabía que soy muy sexy y de más pero tampoco para que me violen de esa forma.

"No es momento para tu ego, Dixon." Mi conciencia farfulló en mi mente.

Alguien, al parecer, se acercó al caminante clavándole un cuchillo en la cabeza, la cual se apoyó en mi regazo pero luego ese hombre lo arrojó lo más lejos posible. Me miró serio y me tendió la mano, pero yo la rechacé. Tomé mi arma y ambos nos miramos fijamente, como si estuviéramos en una guerra de miradas.

-Deberías tener más cuidado, niña -habló primero, llevándose a la boca un ¿escarbadientes?-. ¿A quién vienes a buscar? ¿El Cuco?

Rió amargamente.

-No; a ti -respondí fría. Daryl se tensó justo allí, dejando de hacer aquellos jugueteos con el escarbadientes. Ninguno soltó una palabra, él solo se dignó a hurgar en los bolsillos de los muertos fijándose si alguno tenía algo valioso.

-No creo que vayas a encontrar algo interesante -gruñó-. No soy un tesoro, niña. No contengo nada valioso.

-¿No me reconoces, verdad? -pregunté poniéndome derecha. Mi mirada lo desafiaba a que busque por su grandiosa mente de mosquito.

-¿Debería? -respondió con asco. Aquello sí fue duro, pero me contuve en gritarle alguna grosería.

Palmeé mis bolsillos encontrándome con el artefacto, al verlo tenía un cigarrillo en la boca recién prendido. Genial, otra cosa que aprendo de él. Tiré el celular a sus pies; primero me miró serio, luego confuso y finalmente tomó lo que le había arrojado con sus dos manos inspeccionándolo. Su rostro no mostraba ningún signo de vida, sus manos tocaban todo el electrónico hasta que lo dio vuelta en tono brusco, como si quisiera descifrar si aquello era cierto. Me miró de una forma extraña para mí... ¿Acaso era ternura? ¿Alivio? Porque yo no estaba de aquella forma, estaba enojada, furiosa, triste y sola.